Parada Vázquez, J. Ramón: Sindicatos y Asociaciones de Funcionarios Públicos

AutorJosé Menéndez
Páginas863-866

Parada Vázquez, J. Ramón: Sindicatos y Asociaciones de Funcionarios Públicos, Editorial Tecnas, Madrid, 1968, 178 págs.

Page 863

El capitulo I.» cumple la obligada misión de puesta en escena, de presentación de la temática del libro. Es a principios de nuestro siglo cuando surgen los balbucientes intentos en pro de la sindicación y del asociacionismo de los funcionarios. Pero el ambiente es totalmente adverso. La simple mención de la idea catapulta contra ella las opiniones de los juristas de la época. Se imponen los esquemas aceptados los fáciles dogmatismos que preconizan una divisoria sin suturas entre quienes trabajan para la empresa privada y quienes, por el contrario, dedican su actividad al laboral oficial. A veces la disyuntiviva es tolerable. Pero la fricción se enciende inevitablemente cuando los que trabajan para el Estado realizan funciones de comprometido etiquetamiento. El funcionario técnico no se diferencia del técnico no funcionario. ¿No es la misma la actividad del ingeniero, la del maestro, la del contable..., con independencia de que su trabajo se rinda al Estado o al sector empresarial?

El sindicalismo de los funcionarios presenta importantes diferencias. En primer término, adolece de ese sindicalismo opuesto y equilibrante que caracteriza al sector privado y que viene representado por el sindicalismo empresarial, por cuanto los funcionarios se enfrentan con un único patrono, que es el Estado. Por otra parte, existen limitaciones para este sindicalismo. Por exigencias de la esencia misma del poder político, al que están estrechamente vinculados, deben quedar marginados a este sindicalismo los funcionarios militares y las fuerzas de policía. También el recorte que implica el que no pueda acudirse a la via normal de la negociación colectiva o a la opuesta vía traumática del derecho a la huelga.

El sindicalismo de los funcionarios tiene indudables ventajas. Como son, el abocar a una participación efectiva en la gestión pública, el potenciar la defensa de los intereses de los agrupados y el servir de punto de apoyo a cualquier intento de reforma social dentro de la función pública. Pero también presenta inconvenientes. Tal vez el más destacado consista en propiciar la actividad narcisista de los funcionarios.

El autor subraya convenientemente que la significación del derecho sindical en el régimen jurídico de la función pública no se restringe a la posibilidad de fundar asociaciones profesionales, sino que cobija toda una tendencia al reconocimiento del conjunto de los llamados derechos colectivos (el de huelga, el de negociación colectiva...).

El capitulo II del libro estudia las fases de la evolución del sindicalismo funcionarial.

"Es por contagio del sector privado como se enciende el afán sindicalista entre los funcionarios" nos...

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