D'ors, Alvaro: Parerga histórica, EUNSA, Pamplona, 1997, 361 págs.

AutorPatricia Zambrana Moral
Páginas1612-1616

    D'ORS, ALVARO: Parerga histórica, EUNSA, Pamplona, 1997, 361 págs.

Ya en otra ocasión nos ocupamos en esta misma sede de la Revista Crítica de Derecho Inmobiliario, año LXXI, n.° 631 (noviembre-diciembre/1995), págs. 2305-2308, de una tesis doctoral defendida en la Universidad de Santiago de Compostela por Agustín Gándara Moure, sobre El concepto de Derecho en Alvaro D'Ors. Ahora, con su particular visión de la historia, basada en textos, y de la historicidad del mismo Derecho, nos presenta Alvaro D'Ors «una colección de artículos de Historia jurídica» con frecuente incidencia en el Derecho Civil y sobre todo en la Metodología jurídica y Teoría General del Derecho. Divide su libro en dos partes, una dedicada al método y otra a recoger estudios diversos sobre instituciones ubicadas en diferentes momentos históricos. La tarea realizada por D'Ors es meramente una recopilación de artículos -diez en cada parte- reconociendo que se «reproducen en su forma original con muy pocas modificaciones», aunque ha añadido algunas notas a los mismos, con afirmaciones en ocasiones un poco fuertes. El título Parerga no es original y está tomado del derecho intermedio, donde Alciato escribió una obra Parerga iuris, de la que disponemos de una buena edición en BaSllea en 1571, aunque esto D'Ors no lo dice.

Dentro de los aspectos metodológicos, tan sólo dos páginas y media alcanzan el primero titulado «verdad y veracidad». Constituye un fragmento de una Page 1613 contribución más amplia donde realiza una reflexión filosófica, más que jurídica, de carácter abstracto sobre la imposibilidad del científico de alcanzar la Verdad -a la que identifica con la fe-. ¿Pretencioso? Tal vez, pero, en todo caso veraz sin duda. Dado que la Ciencia sólo puede pretender la objetividad, se plantea en el siguiente artículo -posterior en el tiempo, pero lógicamente situado en la posición que le asigna- el objeto de la Historia y la Verdad en esta ciencia, partiendo de lo que califica como una crisis del historicismo del siglo xx que implica la extinción de «la fuente de inspiración genial que venía animando singularmente a los grandes hombres de los siglos anteriores». Se publicaría Ínicialmente en la revista Verbo en honor a Juan Vallet de Goytisolo de quien se atreve a afirmar, de forma contundente y con excesiva tendencia conservadora, que es un «gran defensor del pensamiento tradicional, en estos tiempos de fanatismo revolucionario» (pág. 19). Atribuye la referida crisis a un cambio de mentalidad a la que denomina «moderna», manifestada en diversas formas de «estructuralismo», unido a la aplicación a la Historia del método propio de la Sociología, defendiendo -quizá de forma exagerada- su independencia de esta ciencia. No advierte cuando afirma que la Historia debe reconducirse a «reflexiones personales sobre existencias personales y no sociales» que cualquier existencia se ubica en un contexto social y que el devenir de los acontecimientos históricos depende en gran medida del mismo, no pudiendo concebirse de forma abstracta.

El sentido con el que concibe la Verdad -en íntima conexión con la Teología- le permite concluir que el historiador no puede aspirar a la misma, sino todo lo más a la Objetividad. El hilo conductor de su argumentación sigue radicando en que la historia se ha de basar en los verba -textos- y no en los facta -hechos-. Volverá a acercarse a la Teología cuando parafrasea la afirmación paulina (IICor 3,6), «la letra mata, el espíritu vivifica», intentando huir de una interpretación literal de la expresión con base en las Sagradas Escrituras como máxima expresión de letra y espíritu. Nos resulta este trabajo un tanto alejado temáticamente del objetivo inicialmente pretendido de alcanzar una colección de textos jurídicos, pese a que recurre a pasajes de juristas como Paulo y Ulpiano.

Centrada en la Historia del Derecho, propiamente dicha, se encuentra su pretensión de configurar una «metahistoria jurídica» -siguiendo la línea iniciada por su padre Eugenio D'Ors, aunque con un sentido netamente diferente-. Dedica este trabajo con elogios excesivos, llegando hasta pretender intuir la voluntad divina, «en obsequio jubilar al profesor Sánchez Bella, paladín infatigable del Estudio General que quiso Dios en...

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