El origen de los derechos de los trabajadores: las internacionales obreras

AutorJavier Dorado Porras
Cargo del AutorEditor
Páginas383-410
INTRODUCCIÓN
El primer texto constitucional que proclamó junto a los derechos
individuales los derechos sociales de los trabajadores y campesinos
fue la Constitución mexicana de 5 de febrero de 1917, expresión del li-
beralismo social y de la ideología revolucionaria. Posteriormente estos
derechos fueron incorporados en la Constitucn de la República de
Weimar de 14 de agosto de 1919. Otras constituciones revolucionarias,
como la soviética de 1936 o la española de 1931, seguirían los mismos
pasos. Tras la gran crisis de 1929 y concluida la Segunda Guerra Mun-
dial se fue fraguando lo que se denominó el “consenso social-demó-
crata”, que permitió la progresiva protección institucional del trabajo y
de los derechos a él asociados mediante una compleja organización
política de la estructura social y económica.
Pero más allá de estos textos constitucionales positivos, la conquista
de los derechos sociales, económicos y culturales vinculados a la clase
trabajadora, así como la puesta en marcha de instituciones jurídicas de
reparto solidario universal, implicó un largo y tortuoso proceso históri-
co de luchas sociales y de transformaciones políticas e intelectuales,
principalmente en Europa desde 1848 hasta 1914, que giraron en torno a
las denominadas Internacionales Obreras. Éstas fueron la manifestación
institucional del internacionalismo proletario y del movimiento obrero,
que tuvo como objetivo la lucha social y solidaria de trabajadores de dis-
tintos países encaminada a una revolución obrera mundial1 o cuando
1Vid. KRIEGEL, A., Las Internacionales Obreras, Ediciones Martínez Roca S.A., Barce-
lona, 1977; y HOBSBAWN, E. J., Trabajadores. Estudios de historia de la clase obrera, Crítica,
Barcelona, 1979.
HISTORIA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. Tomo III: Siglo XIX384
menos a una solidaridad internacional en la lucha política por los de-
rechos humanos de carácter solidario e igualitario.
A comienzos de siglo XIX, en la fase de la primera industrialización
capitalista y de la aparición del mercantilismo y de la colonización, los
obreros lentamente comienzan a tomar conciencia de la necesidad de
luchar por el derecho a mejorar sus condiciones laborales, culturales,
sanitarias y vitales mediante acciones políticas y jurídicas solidarias.
Hasta entonces la ideología y la legislación imperantes, herederas del
iusnaturalismo racionalista y del movimiento burgués a favor del indi-
vidualismo ético y de la libertad, habían confinado a los trabajadores a
un escaso o nulo nivel cultural y a la necesidad de vender su fuerza de
trabajo y la de su familia a un coste bajísimo y en condiciones infrahu-
manas. Poco a poco la consolidación de la economía del mercado y de
la sociedad industrial fue vista como un obstáculo real para el desarro-
llo humano del tejido social2 y para la constitución de un vínculo so-
cial, estable y solidario. El capitalismo consideró al ser humano única-
men te com o fue rza de traba jo; s u ley inmanente era intentar reducir el
coste de esa fuerza de trabajo, maximizar l a tasa de plu svalía y dejar al
margen de lo económico lo que posteriormente se calificó como “cos-
tes sociales” (educación, salud, vivienda, seguridad, pensiones...).
Ante esta situación comienza entonces una larga lucha política, sindi-
cal y social para intentar convertir a las democracias liberales en democra-
cias sociales, económicas, culturales, participativas e igualitarias3, que fue
decisiva para cambiar el curso del pensamiento liberal. Fue un período in-
tenso de lucha de la clase trabajadora industrial por la construcción de
vínculos sociales, que permitieran superar las disfuncionalidades de la so-
ciedad industrial y capitalista, y por la toma de conciencia política e inte-
lectual que le permitiera paulatinamente el acceso hacia el poder.
1. LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES:
1864-1876
A) Antecedentes: los comienzos del movimiento obrero europeo
La revolución industrial comenzada a mediados del siglo XVIII pro-
dujo una transformación profunda en la estructura productiva de las
2Vid. POLANYI, K., The Great Transformation, Beacon Press, Boston, 1957.
3Llama la atención el paralelismo con la situación actual de franco retroceso de los
derechos sociales de los trabajadores en nuestras sociedades democráticas.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR