Los objetivos que se deben alcanzar mediante las operaciones de valorización

AutorMaría de los Ángeles Fernández Scagliusi
Páginas111-114

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En cuanto a los fines de la valorización de los bienes públicos, no hay que perder de vista que la misma no pretende solo la maximización de los beneficios que pueden obtenerse, sino la mejor satisfacción del interés general. La obtención de lucro no es la función esencial de estos bienes. La Administración necesita bienes como instrumentos, como soportes físicos para el desempeño y el desenvolvimiento de su actividad; lo que no excluye, sino que comprende, la utilización eficaz de estos. También la eficacia es una exigencia constitucional y esta es susceptible de lograrse con rentabilidad económica y social190.

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La gestión de los recursos públicos debe estar orientada por la eficacia, la eficiencia, la economía y la calidad, a cuyo fin se aplicarán políticas de racionalización del gasto y de mejora de la gestión del sector público —art. 8.1 a) y b—. Estos son criterios de racionalidad económica y, por tanto, auténticos principios o criterios de limitación de las decisiones financieras que tienen como destinataria a la Administración.

En todo caso, en el desarrollo de la explotación económica del dominio público, el interés general debe guiar y proporcionar el marco de integración de las preocupaciones y pretensiones financieras, otorgando así legitimidad a la búsqueda de rentabilidad del dominio público191. Puede afirmarse que el interés económico y financiero representa un ensanchamiento de la noción de interés general.

Los objetivos de la valorización son variados. El máximo rendimiento financiero del patrimonio no es la única finalidad que persiguen las Administraciones Públicas mediante las operaciones de valorización, sino que ellas, teniendo siempre como guía el interés público, pretenden también cumplir otros propósitos. Realmente es oportuno que tengan en cuenta otros factores y otras metas, además de la optimización financiera a corto plazo, ya que estos no tienen por qué ser incompatibles. Por ejemplo, puede procurarse la racionalización de los bienes públicos, de manera que no solo se provoque una disminución de los costes, sino también un aumento de la satisfacción de los beneficiarios de los servicios públicos. Del mismo modo, las Administraciones Públicas pueden fijar objetivos a más largo plazo, como el mantenimiento de sus patrimonios192, intentando conseguir que también los sujetos privados participen y colaboren en los costes193. La perspectiva puramente policial de las utilizaciones privativas ha quedado sustituida por otra que asume que los ocupantes del dominio público contribuyen a la óptima...

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