El Notariado: un cuerpo que no se defiende

AutorEsteban Fernández-Alú Mortera
CargoDecano del Colegio Notarial de Asturias
Páginas7-8
LA NOTARIA | | 3/2017 7
2/2011
En Noviembre de 2014 el Consejo Ge-
neral del Notariado celebró su reunión en
Oviedo. Fue un consejo de los excepciona-
les que se desarrollan en dos días ya que,
aparte de los asuntos de trámite, se preten-
día dedicar un tiempo especial a intentar
establecer una estrategia en orden a la
conducta que debería seguir nuestro cuer-
po para afrontar los problemas que nos
acosan.
Dadas las características de la reunión
consideré oportuno aportar al acta de la
misma un escrito en el que se esbozaban
algunos planteamientos que pretendían
contribuir a la consecución del objetivo
principal de la reunión -algún otro compa-
ñero elaboró un pormenorizado programa
que considero complementario del mío-.
Dicho escrito comenzaba con una breve in-
troducción que exponía lo siguiente:
“La historia habla de nuestro origen en
los tabeliones romanos, del esplendor del
notariado en la Edad Media, de la creación
del Protocolo por los Reyes Católicos, de la
posterior decadencia durante el llamado
Antiguo Régimen y del resurgimiento a par-
tir de la ley de 1862 aún vigente aunque con
reformas sustanciales.
Durante el convulso siglo XIX español
hubo, no obstante, intentos de moderni-
zación y de construcción de un Estado que
garantizase las libertades y derechos de los
ciudadanos así como que velase por sus
relaciones privadas de índole negocial de
manera que sirviesen como base para un
desarrollo ulterior de la Sociedad.
El notario a partir de ese momento es
un funcionario encargado de controlar
la legalidad de los actos y negocios parti-
culares y de darles carácter público. Pero
su función no se limita sólo a eso; realizan
una cierta misión arbitral entre las partes
y están encargados del asesoramiento de
las mismas, siempre partiendo de crite-
rios de neutralidad. Mención especial me-
rece la cuestión del asesoramiento presta-
do a esos particulares, por ser circunstancia
única dentro del mundo funcionarial ya
que el funcionariado puede ser consultado
por los ciudadanos y como resultado de
esas consultas hacer indicaciones, pero esa
actividad ni es esencial ni viene establecida
en el ordenamiento, siendo la característica
más remarcable del funcionariado la de ser
un elemento del aparato coercitivo del Esta-
do, circunstancia esta última que no encaja
con las características del notario.
A partir de los años ochenta, y a pe-
sar de la apariencia democrática de nuestro
sistema político, las garantías para la ciu-
dadanía, si bien no directamente pero sí in-
directamente, tienden a reducirse y esto
haría que la figura del notario no fuese
del agrado del conjunto de los poderes
que constituyen nuestra oligarquía rec-
tora”.
Continuaba con una indicación de los
problemas y adversidades que afectan al
notariado; sus posibles enemigos entre los
cuales se remarcaba el carácter incongruen-
te y nocivo de la injerencia en la función no-
tarial del Tribunal de la Competencia.
El Notariado: un cuerpo que no se defiende
Esteban Fernández-Alú Mortera
Decano del Colegio Notarial de Asturias
Tribuna

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