Nota de los autores

AutorÁngel Luis Vázquez Torres/Domingo Carbajo Vasco/Fidelio López Peláez
Cargo del AutorEconomista/Economista. Abogado. Inspector de Hacienda del Estado/Economista
Páginas15-16

Page 15

Cuando en el año 2002 sacamos la primera edición de este libro, decíamos que las tres pala-bras de moda eran Tecnología, Medioambiente y PYME pero en la actualidad se han quedado reducidas en una sola “Crisis”. Una crisis que se inició con un claro componente financiero pero que, rápidamente, se trasladó con una fuerza devastadora a la economía real de los principales países occidentales y muy especialmente a la economía de nuestro país, donde todas las empresas están sufriendo la dureza de esta crisis, pero son las PYME las que más padecen las consecuencias, hasta el punto de condicionar su propia existencia (durante los ejercicios 2008 y 2009 más de 300.000 PYME han desaparecido como consecuencia directa de la crisis del 2007).

Atrás quedó la época de dinero fácil y barato, y de un sistema financiero dinámico y muy competitivo obsesionado en “colocar” los prácticamente ilimitados fondos obtenidos en el mercado internacional. No había habido tal exceso de liquidez desde que el oro español de las colonias inundó el Continente europeo pero, al contrario que en esa ocasión, en que el oro de los españoles sirvió para industrializar Europa (salvo España, por supuesto), en este caso, el exceso de liquidez se destinó a financiar alegremente todo tipo de proyectos, relajándose, en muchos casos, la ortodoxia de la buena práctica bancaria y, en otros, incluso se diseñaron complejos instrumentos financieros que, olvidando el valor intrínseco de los bienes y activos asociados a los mismos, lo único que hacían es incrementar artificialmente el valor de los activos, hasta que saltó, la denominada “crisis financiera” y nos dimos cuenta de que detrás de muchos de estos instrumentos financieros solo había “humo”. Al igual que cuando los ríos pierden gran parte de su caudal aparecen los “lodos” del fondo, esta situación de crisis ha puesto de manifiesto los “lodos del sistema financiero” como es el caso de las hipotecas “subprime”, las irregularidades en las agencias de “rating” o los escándalos tipo Madof.

No solamente las entidades financieras contribuyeron a la creación de esta situación, todos contribuimos, los consumidores con un consumo desenfrenado, las familias sobreendeudándose, las empresas descapitalizándose, los asesores recomendando el apalancamiento financiero, etc. Todos contribuímos a este desatino, pues parecía que el dinero no se agotaría nunca.

Podemos recordar1 una reunión mantenida en una empresa con el gerente y propietario...

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