Nombres de dominio y protocolo de Internet

AutorJosé Luis Villar Palasí
CargoCatedrático. Miembro de la R. A. de Legislación y Jurisprudencia
Páginas75-90

S U M A R I O

  1. LAS DIFICULTADES DE COMPRENSIÓN Y LA TIPIFICACIÓN DE CATEGORÍAS JURÍDICAS.

  2. NACIMIENTO Y TRANSFORMACIONES DE INTERNET.

  3. CONECTIVIDAD CON OTRAS REDES.

  4. LA ESTRUCTURA DEL DNS.

  5. LA COORDINACIÓN DE REDES Y LA GARANTÍA DE UNIVERSALIDAD.

  6. LA LITIGIOSIDAD EN TORNO A LOS NOMBRES DE DOMINIO.

  7. RECAPITULACIÓN. PAPEL DEL DERECHO Y DÓNDE BUSCARLO.

  8. LAS DIFICULTADES DE COMPRENSIÓN Y LA TIPIFICACIÓN DE CATEGORÍAS JURÍDICAS

    Todo jurista, pero especialmente el que se dedica al Derecho Administrativo, conoce que está operando sobre un cuerpo vivo, sobre técnicas y categorías que nada dicen de suyo al Derecho, sobre normas que han sido elaboradas por ingenieros, arquitectos, físicos o matemáticos, que inciden de modo muy directo en la sociedad y, por consiguiente, en el Derecho. Pero que no fueron pensadas, ni tienen por qué serlo, para quedar encuadradas en un sistema jurídico.

    Lo anteriormente expuesto es aplicable al civilista, penalista, mercantilista, pero alcanza su paroxismo en el Derecho Administrativo moderno. Y dentro de él en las tecnologías recientes. Más concretamente en Internet.

    La dificultad se acrecienta cuando se trata de técnicas universales y cuando junto a la parquedad de normas estatales, o ¿más ampliamente¿ oficiales, se les adjuntan, con carácter prioritario por paradoja, normas dictadas por organizaciones no públicas de orden supranacional. Tanto más aun, cuando que Internet y sus predecesores con otros nombres nacieron con vocación de escapar a controles estatales, ser un ámbito de actuación libre, una especie del Far West, como se le he llamado gráficamente.

    Es difícil explicar por qué los cuatro grupos de dígitos del DNS no pueden pasar cada uno del número 255 y por qué la atribución de identificadores no incumbe a un organismo público internacional. La forma de nacimiento de la red universal, que expliqué sucintamente en otro lugar 1, nos dice el por qué de esta extraña organización. Y la física de transmisiones nos explicará el por qué de las limitaciones numéricas de su sistema de direcciones. Intentaré en la medida de mis fuerzas analizar este segundo extremo, cuya comprensión, aunque sea superficial, considero esencial para el jurista, que no es el artífice del procedimiento, pero participa en los litigios suscitados por su aplicación. Antes, aportaré unos datos introductorios.

    El TCP (Transmission Control Protocol), que encabeza el IP para formar el conjunto TCP/IP es conocido como la «dotted notation», una secuencia de cuatro números separados por puntos, cada uno de los cuales está formado por ocho bits. Dado que el sistema binario, base de toda la computación moderna, con ocho bits sólo permite formar 256 números (2 elevado a 8), ninguno de los cuatro números puede superar esta cifra.

    El TCP/IP forma con los números indicados una estructura de direccionamiento a modo de la que llevan las cartas: ciudad, distrito, calle, número. Esta estructura se basa en distintas clases de redes o separaciones IP:

    Clase A: de 1.0.0.0 a 127.0.0.0. La identificación se encuentra en el primer octeto.

    Clase B: de 128.0.0.0 a 191.255.0.0. La red se identifica en los dos primeros octetos.

    Clase C: de 192.0.0.0 a 223.255.255.0. La red se encuentra en los tres primeros octetos.

    Clase D: de 244.0.0.0 a 255.0.0.0. Son reservadas o experimentales 2.

  9. NACIMIENTO Y TRANSFORMACIONES DE INTERNET

    En 1969 surgió la red Arpanet, que en una quincena de años llego a conectar más de cien ordenadores, eso sí, de estructura pesada, de aquellos que hicieron decir a WATSON ¿presidente de IBM¿ que calculaba que fabricarían sólo unas docenas de aparatos más en los años siguientes. Quizás ni los autores iniciales de Internet fueron conscientes de cómo sus previsiones iniciales, volcadas a fines bélicos, iban a encontrar una expansión tan universal y progresivamente creciente.

    No fue sino en 1982 cuando Arpanet aceptó el protocolo TCP/IP

    que es el prevalente hoy por doquier. En 1986, con el objetivo de facilitar la conexión entre cinco supercomputadores científicos y superar las dificultades burocráticas de Arpanet, la National Science Foundation creo su red propia. Los objetivos bélicos iniciales fueron suplantados en los años ochenta por la finalidad científica y de hecho Internet se convirtió definitivamente en una red abierta: lo cual es hoy por hoy su característica básica. Ya no son únicamente científicos, investigadores y Universidades los conectados, sino que sus usuarios son de muy diversas condiciones, comerciantes, empresarios, escritores, políticos y, en general, toda persona que tienen el mas mínimo interés por sentirse conectado al mundo entero.

  10. CONECTIVIDAD CON OTRAS REDES

    Lo típico de Internet es la operatividad de conexión con otras redes. Una de ellas es la llamada ETHERNET, que es la más extendida entre las redes de área local. Especificada en un stardard (el IEEL 802.3, diseñado inicialmente por XEROX a quien se unieron DEC e INTEL), es esencialmente una LAN o red local, unida por cable coaxial que alcanza velocidades de transmisión hasta 10 Megabits por segundo. Actualmente funciona la FAST ETHERNET-T

    que llega a alcanzar velocidades de transmisión de hasta cien Megabit/segundo 3. Otra es el TOKEN RING, regido por otro standard (el IEEE 802. T6) que apunta a círculos cerrados de usuarios. O la RDSI (Red Digital de Servicios Integrados), conocida red abierta al público, normalmente gestionada por compañías telefónicas. Existen además muchas otras redes específicas, con fines militares, interuniversitarios, bancarios, etc., pero lo característico de todas ellas es que pueden alcanzar a Internet y operar con ella (aunque no necesariamente a la inversa). La operatividad y universalidad

    de Internet la convierte de este modo en la primera y universal red de redes.

    Esta operatividad se deriva de la normativa específica de Internet y de la conectividad a la misma, contenidas en los llamados protocolos, más de cien hasta el momento, que constituyen la norma para la intercomunicación entre ordenadores de cualquier naturaleza y a través del medio que sea: teléfono, satélite artificial, fibra óptica, cable coaxial, ondas de radio, etc... Existen protocolos singulares para usos específicos: correo electrónico (el popular e-mail, humorísticamente bautizado como Emilio) que tiene su protocolo propio (SMTP, Simple Mail Transfer Protocol), el envío o transferencia de ficheros o bases de datos (FTP, File Transfer Protocol), y otros. Como es bien sabido, los que más directamente afectan a Internet son el Internet Protocol (IP) y el Transmision Control Protocol (TCP).

    Dejando aparte los DNS de primer grado o nivel, reservados a fines gubernamentales, las propiedades del sistema residen...

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