Necrológica

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Ramón Ramoneda Viver

Compartí despacho con Ramón Ramoneda poco más de un año cuando, recién llegado a Sabadell, me abrió generosamente las puertas de su notaría. Tiempo suficiente para poder dar fe de que nos ha dejado un notario ejemplar. Un hombre de ley y de leyes.

Yo le conocí más en el despacho que en el ámbito familiar y puedo asegurar que, como compañero, tuvo Ramón cualidades que escasean en los tiempos que corren. De carácter disciplinado, era riguroso en el trabajo, respetuoso con la verdad y coherente, que no es fácil. Si los humanos tenemos tendencia a usar dos varas de medir, y para con nosotros mismos somos más indulgentes hallando siempre alguna excusa o razón especial que justifique una excepción, Ramón estaba por encima de la inmensa mayoría. Nunca exigió a los demás más de lo se exigía a si mismo. Rígido en sus creencias, sobre todo en materia religiosa, respetó siempre que yo no participara de sus convicciones, manteniendo una exquisita distancia. Solidario en la tarea, cumplía con todas las actuaciones que la Notaría le imponía aunque yo, por ser más joven, propusiera descargarle de algunas tareas incómodas. Con tolerancia supongo que tuvo que aguantarme en mis fallos de notario joven y algo soberbio, él siempre tan humilde en sus maneras.

Como profesional pude comprobar su gran nivel técnico. Salía yo en aquél momento de las oposiciones restringidas, con el bagaje de doctrina y jurisprudencia que proporcionan recién aprendido, y nunca tuve la...

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