Información complementaria
| Autor | Jesús F. Santos Peñalver. Luis Gil Herrera |
7. INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Quisiéramos completar el epígrafe destinado a la memoria haciendo mención a lo que no contiene. Citando a Pina (1995, pág. 113), “se echa en falta en la memoria una descripción del entorno en que opera la entidad, que justificaría la existencia o no de determinados programas o servicios, costes de los servicios prestados, prioridades y razones de una asignación presupuestaria concreta, objetivos a cubrir en cada programa o servicio, modificaciones introducidas de un ejercicio a otro y grado de consecución de los mismos. Tal vez se haya magnificado la información financiera en detrimento de la económica, tan importante, ésta última, para valorar la eficacia y eficiencia con que se prestan los servicios.”
Efectivamente, aunque la información económica y financiera que suministran las cuentas anuales establecidas por el plan proporcionan información relevante tanto para la toma de decisiones como para la función de control que desempeñan, quizá se haya olvidado en cierta medida cubrir algunas necesidades de información social.
No debemos olvidar que la función básica de las administraciones públicas no es otra que la de tratar de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que se encuentran bajo su entorno competencial. Por tanto, la contabilidad pública tiene la función de satisfacer las necesidades de información de los grupos sociales vinculados a los organismos públicos, es decir, facilitar información comprensible para los distintos usuarios, aunque algunos de ellos no sean conocedores de técnicas contables, que permitan valorar el grado de cumplimiento de estos objetivos. Nos referimos, fundamentalmente, al ciudadano.
Éste, como contribuyente (financiador), debe conocer cuál es el destino de los impuestos, el coste de los servicios públicos que utiliza, la gestión de los recursos y la capacidad de la administración pública para continuar prestando servicios al mismo nivel o superior.
Como señalan Muñoz y Norverto (Cf. 1995, pág. 27), la cuestión que se plantea entonces es: ¿Qué información necesitan los distintos agentes sociales, concretamente los denominados usuarios políticos y privados de la contabilidad pública, que no les facilita la contabilidad tradicional? Una información sobre la consecución de los fines y objetivos sociales que justifican la existencia del organismo.
Dicha información se podría clasificar en dos grandes apartados: ratios de entorno e indicadores de gestión. El primer apartado deberá suministrar información que relacione la actividad desarrollada por la entidad con la población administrada por ella, esto es, nivel de servicios, presión fiscal, nivel de inversión, endeudamiento etc… Esta información facilita a sus usuarios la realización de comparaciones espaciales y temporales entre administraciones públicas.
Por su parte, los indicadores de gestión deben cubrir la misión que desempeña el cálculo del beneficio en las entidades con ánimo de lucro, es decir, deben medir la eficacia, eficiencia y economía de los recursos administrados. No en vano, autores como Anthony y Young (1988, pág. 15), señalan que “la eficacia y la eficiencia son los dos criterios que enjuician los resultados de cualquier organización”.
7.1 Ratios de entorno
La interpretación y el análisis de la información económico-financiera que suministra cualquier entidad, debe venir referida al entorno en el que ésta desarrolla su actividad. De dicho entorno dependerán, entre otras cosas, las posibilidades de obtención de recursos vía impuestos, tasas y precios públicos, los proyectos de inversión, las transferencias a realizar o percibir etc…, así como la posibilidad de realizar comparaciones entre distintas administraciones públicas.
En España, la tradicional concepción de la contabilidad pública como elemento de control presupuestario y de rendición de cuentas, ha desembocado en que la información se transmita a través de multitud de documentos excesivamente detallistas, de difícil manejo incluso para usuarios cualificados y dirigidos fundamentalmente a usuarios internos.
Actualmente, en el marco denominado New Públic Management (NPM), el ciudadano y los usuarios no versados en materia contable han pasado a ocupar una posición más relevante en la consideración de destinatarios de la información suministrada por las administraciones públicas.
Como recoge Cortès (Cf. 1999, pág. 19), el contexto del NPM tiene muy en cuenta aspectos tales como:
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una mayor desregularización, esto es, dar más importancia a los objetivos y no a las reglas.
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Descentralización de la gestión.
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Responsabilidad de los gestores.
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Evaluación de la gestión.
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Una orientación de mercado, y sobre todo
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Una orientación hacia el cliente, quien, en último lugar, siempre es el ciudadano.
En esta línea, las recientes reformas contables que se han llevado a cabo en las administraciones territoriales de Francia e Italia, exigen publicar con las cuentas un conjunto de ratios que se consideran significativos para la mejor interpretación de la información económico-financiera contenida en las cuentas anuales. Estados Unidos y Canadá son también ejemplos de actuaciones similares.
Respecto al entorno en el que opera una administración, relativizar la información presupuestaria y financiera en relación con la población hacia la que van dirigidas las actuaciones de las administraciones públicas, podría ser útil para que los usuarios menos familiarizados con los aspectos contables pudieran realizar comparaciones en cuanto al nivel de servicios que perciben, el esfuerzo inversor de la entidad, el coste repercutido sobre los ciudadanos, o la evolución a lo largo del tiempo de estos aspectos.
Entre estos ratios, y sin ánimo de ser exhaustivos, podrían ser significativos los siguientes:
Obligaciones
Reconocidas (cap. I y II)
1. Índice de gasto público por habitante = ----------------------------
Nº de habitantes
Este ratio, que incluye únicamente los gastos de personal y los gastos corrientes en bienes y servicios, informa sobre el nivel de servicios que la...
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