El Impuesto Municipal sobre Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza urbana, de Antonio Agúndez Fernández.

AutorFrancisco Corral Dueñas
Páginas652-653

    AGÚNDEZ FERNÁNDEZ, ANTONIO: El Impuesto Municipal sobre Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza urbana, Editorial Comares, Granada, 1990. Un tomo de 189 páginas.

El entramado fiscal español, supongo que como todos, aunque algo más, es una selva inextricable que pocos conocen. Entre esos pocos, por deber ineludible, están los Magistrados de lo Contencioso-Administrativo, una de cuyas misiones consiste en revisar los actos que no pocas veces originan desfases y que comete la Administración tributaria en sus diversos grados.

En estas materias tanto da que sea el Estado como sus hijuelas autonómicas o municipales; la sed recaudatoria se suele mostrar insaciable y parece como si la aspiración de casi todos los órganos fiscales se centrase en el prurito de ver quién consigue enflaquecer más la bolsa del sufrido contribuyente.

Por ello, el estudio que presentamos de nuestro querido amigo Antonio Agúndez, Magistrado recién jubilado de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo, que ha presidido con tino y acierto durante bastante tiempo, se torna de una utilidad y actualidad evidentes. Lo primero porque nos alecciona de modo insuperable sobre las normas existentes y lo otro porque nos pone al día de los últimos retoques.

Es Antonio Agúndez hombre estudioso y enteradísimo, prototipo del buen Juez, autor de otros libros que hemos comentado en estas páginas y agrarista de prestigio, que es algo así como andar quijoteando en estos tiempos tan materialistas. Largas son las contiendas que hemos compartido sobre temas fiscales en defensa del trato favorable que merecen las sociedades agrarias de transforma-Page 653ción y con pronóstico adverso según los últimos proyectos legislativos, todo hay que decirlo.

Decíamos que este estudio es utilísimo. Para quienes vivimos a diario el pulso del tráfico de los bienes urbanos no pueden pasar desapercibidos el agobio de los contribuyentes ante la creciente presión fiscal. Se avecina una subida catastral importante, la Ley de Tasas y Precios Públicos anatematiza con las penas del infierno para los que no declaren precios reales y a todo esto, los tipos de los impuestos son exagerados a todas luces. Al 6 por 100 de las transmisiones hay que añadir la plusvalía municipal; por eso el pobre comprador, al hacer cálculos, ha de sumar los dos impuestos, los intereses del crédito, impuestos y gastos de la hipoteca; hay que concluir que es más valiente que el mítico Amadís de Caula sí de decide a meterse en...

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