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Respaldado por un balance contable saludable y una acción que coloca a JP Morgan por delante de Citigroup en valor de mercado, Dimon está demostrando la agresividad con la que algunos de los supervivientes de la actual crisis buscan reavivar sus ambiciones de expansión, tanto a través de adquisiciones como adoptando una posición beligerante en aquellos negocios donde los competidores debilitados se baten en retirada.
Pese a una caída del 34% en las ganancias durante el cuarto trimestre de 2007 y unos estándares de rebajas contables más estrictos, en JP Morgan aseguran que su volumen de generación de hipotecas se incrementó en un tercio frente al año anterior. “Al aprovecharse de la caída libre que han sufrido muchas firmas hipotecarias, JP Morgan ha incrementado su participación en el mercado hipotecario estadounidense en cerca del 11% frente al 6% de hace sólo 6 meses”, ha indicado Michael Cavanagh, director financiero del banco estadounidense.
A su juicio, lo mejor está por venir. Tras una cruzada de tres años con el objetivo de recortar costes e invertir masivamente en tecnología, Dimon ha declarado que “el alicaído panorama financiero puede aumentar las probabilidades de que JP Morgan haga adquisiciones, tal como lo anticipaban muchos analistas e inversores. En términos de compra de activos o de adquisición de compañías, tenemos la mente muy abierta".
Este decidido banquero de 51 años quiere expandir JP Morgan hacia lugares que prometen un gran crecimiento, como California y el sudeste de Estados Unidos, aunque esas regiones se hayan visto duramente golpeadas por la crisis inmobiliaria. Con tantas firmas de Wall Street sobre la cuerda floja, es posible que Dimon se sienta tentado a estudiar de cerca a entidades como Morgan Stanley o Bear Stearns, ya sea en busca de activos específicos o de algo más grande. Tanto Dimon como otros ejecutivos de JP Morgan le han restado importancia a la idea de conseguir un gran...