La moralización en el anime Naruto

AutorBarba González, Rosario
Páginas606-619

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Introducción

El objetivo de este trabajo es presentar los resultados obtenidos del estudio de la propuesta de moralización de la caricatura japonesa Naruto en su versión adaptada para la televisión mexicana. El centro fueron las interacciones de los personajes del estudio de caso específico. El objetivo, establecer tipologías de cuáles y cómo son las prácticas y discursos que el anime del género shónen propone acerca de la moralidad por medio del ejemplo representativo que ha sido uno de los últimos en transmitirse en la televisión abierta y, por lo tanto, ser consumido por una parte importante de la población.

Naruto es un anime que proviene de la adaptación del manga del mismo nombre. Los dos términos hacen referencia a la particularidad del origen de los productos. El primero trata una animación y el segundo, una tira cómica, ambas producidas en Japón. La variedad de estilos, temas, narrativas o personajes de estos productos ocasionan que lo único que pueden tener en común es, precisamente, el país de procedencia. Sin embargo, hay rasgos que son más o menos consistentes como el tipo

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de ojos, el empleo de colores fantásticos en el cabello de los personajes y el anclaje territorial desde la cosmovisión de sus productores. En el caso de la animación, la técnica de animación limitada también es recurrente.

En particular, se trata de un anime de género shõnen sentai, el más vendido en México. Esto significa que está destinado a hombres de entre 12 y 17 años de edad. Se caracteriza por tratar de adolescentes tratando problemas característicamente adolescentes y tiende a ocurrir en secuencias de acción. Contiene una gran cantidad de recursos humorísticos, en especial de tipo hiperbólico de violencia física. Un elemento distintivo es el protagonista, que se caracteriza por tener cejas amplias, actitud de no rendirse y ser un poco tonto. Los temas giran en torno al honor, al heroísmo, la determinación y la solución de los problemas por medio del trabajo en equipo y el compañerismo. Ejemplos de este tipo son Dragon Ball, One Piece e incluso, Saint Seiya. (Brenner, 1977)

Comunicación moral como eje de análisis

Naruto funciona como un ejemplo representativo de una de las producciones de más renombre internacional. Narra la historia de Uzumaki Naruto, un adolescente hiperactivo estudiando para ser ninja y algún día, convertirse en Hokage, el máximo grado ninja en su aldea, con el propósito de que sea reconocida su existencia que se ha visto negada por el desprecio de los aldeanos. La historia transcurre en un universo feudal que, si bien retoma elementos históricosjaponeses, es absolutamente ficticia. La primera parte, que es la que ha sido adaptada para la audiencia mexicana, sucede entre los 12 y los 16 años del personaje pero también es la edad que se calcula en sus destinatarios. El discurso permanente del personaje gira en torno a proteger a sus compañeros, sobre la importancia de los lazos afectivos, de la amistad y la generosidad.

Así pues, tomo las prácticas y discursos de moralidad en este caso de anime como un pretexto para observar cómo lo anterior ocurre. Y es que el protagonista de la animación, Naruto, se postula como representante de la audiencia. Es una "cabeza hueca" que debe ser rellenada con educación y con las normas que le permitan convivir en su sociedad. Entonces, la audiencia, siguiendo sus aventuras, también va consumiendo las propuestas de significado que proyecta el anime.

El punto de partida es la propuesta de Berger y Luckmann (1997) sobre la construcción de la realidad social para construir una definición de sentido y significado. Dentro de este esquema pospositivo, se retomó la aplicación particular que comienza a desarrollar Luckmann (2000) en su conceptualización sobre la comunicación moral, que orienta esta investigación. Junto con este autor, retomo las consideraciones que Luhmann (2006) realiza sobre la comunicación moral en la modernidad, en comparación con la de las sociedades primitivas.

Este interés, en el modelo de Luckmann (2004), se cristaliza como el contenido de la comunicación moral. Para su aproximación, se han empleado dos autores que hacen una reconstrucción de la moral y la ética a través de la historia de occidente: Sánchez Vázquez (1999) y Escobar (1992). La valía de estas intervenciones, consistentes en sus definiciones y descripciones, recae en la descripción elemental de lo que se entiende por moral desde la filosofía ética.

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Con la intención de complementar su estudio con una visión más aterrizada, se ha incluido la perspectiva de Barnsley (1972) quien, desde la sociología, contempla las características de los códigos morales, las razones sociales de su existencia y cómo se pueden evaluar. Sus nociones fundamentales siguen las planteadas por los primeros autores. Pero, además, aborda la constitución de los códigos morales en las sociedades desde la fenomenología, cercano a Berger y Luckmann (2001).

Para incluir una perspectiva que se supere de la linealidad y la concepción estrechamente occidental, incluyo en el análisis, a Brandt (1998). Sus retratos son también consistentes con los planteamientos de los primeros dos autores. Resulta útil porque, además, recopila distintos sistemas éticos y sus aplicaciones, de una variedad de culturas. Este autor, entonces, sirve para ampliar el panorama de la ética pero su recopilación no incluye la normatividad moral japonesa. Así mismo, Kasulis (1981, 1990 y 1998), recopila doctrinas del budismo, confucionismo y sintoísmo para describir las concepciones de vacío, de la persona, del acto y de la comunicación interpersonal, entre otros temas. Con esto reconstruye el horizonte de la filosofía propiamente oriental en Japón y se sirve de paralelismos con las propuestas de Aristóteles, Sócrates, Platón y otras figuras importantes en la teoría ética occidental.

Finalmente, para implicar la ética y sus virtudes en oriente y en particular, en Japón, se emplea el código de conducta Bushido. Si bien fue establecido para la clase guerrera durante el feudalismo, ha sido rescatado, hasta hoy, como máximas de deber ser. Se ha reconstruido a partir de dos fuentes de información: Tsunetomo Yamamoto, samurai del clan Nabeshima que dictó, entre 1710 y 1717, una descripción de su tradición como guerrero y el texto Bushido: el alma de Japón de Nitobe, descendiente de una familia de samurais, dedicado a recopilar elementos y características del Bushido y de la vida del samurai para darla a conocer a Occidente. Además, para promover la comprensión occidental, hace paralelismos con características, eventos y ejemplos principalmente anglosajones, como Shakespeare o el feudalismo europeo.

Dentro de este modelo, "el sentido es la conciencia del hecho de que existe una relación entre las varias experiencias" (Berger y Luckmann, 1997, p. 32). Con esta afirmación, también se declara que la conciencia es siempre referenciada. El sentido de las experiencias y de las acciones se construye por medio de las funciones relaciónales de la conciencia.Con tales configuraciones o sistemas de sentido, se han creado tipificaciones que cuentan con formas organizadas de transmisión. De esa forma, quienes las utilizan habitualmente, establecen pautas de comportamiento normalizadas, se constituyen en instituciones sociales.

La institucionalización es un proceso contextualizado de construcción de tipificaciones que han sido dominantes en su articulación con el ámbito o colectividad particular. Son tipificaciones de la acción y al mismo tiempo, sujetos de la acción, en tanto que caracterizan los patrones de acción. Las instituciones proporcionan a los individuos patrones de comportamiento que permiten tipificar la conducta y orientar la interacción.

La tarea de las instituciones, en particular de aquellas dedicadas al procesamiento social de sentido, consiste en acumular sentidos y ponerlos a disposición del individuo, tanto para sus acciones particulares como para el moldeado de su conducta. La comunicación del sentido está ligada con el control de su producción. La

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educación y otras formas de adoctrinamiento directo sirven para procurar asegurar que el pensamiento y las acciones del individuo sean consecuentes con las normas sociales. Los controles y la censura pretenden homogeneizar los sentidos a partir de los dominantes, impidiendo la difusión de disidentes. En este caso, la forma semántica del...

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