Propuesta de un modelo explicativo de adecuación de personas a puestos de trabajo basado en la integración de competencias e inteligencias múltiples

AutorÁngel Olaz
Páginas195-214

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1. Un propósito inicial

Este trabajo tiene por objeto reflexionar acerca de la adecuación profesional de la persona al puesto de trabajo, como elemento clave en el desarrollo de las organizaciones.

El modelo propuesto pretende conectar el esquema de las inteligencias múltiples con la elaboración de un modelo teórico competencial, basado en el alineamiento de tres aspectos clave: los conocimientos, capacidades y habilidades profesionales.

Resultado de este «ensamblaje» se estudiará el impacto que pueden presentar, por un lado, el conjunto de inteligencias y, por otro, el de las distintas competencias profesionales en un mejor dimensionamiento del puesto con relación a la persona que lo ocupa y, desde otra óptica, la posibilidad de «moldear» el puesto de trabajo por parte del trabajador como resultado de la interacción entre inteligencias y competencias profesionales. De este modo, se trataría de paliar o minimizar una serie de efectos no deseados sobre el trabajador en el desarrollo de sus tareas y, por agregación, en la organización que le sustenta.

Para ello se comenzará aproximándose a qué se entiende por inteligencia, realizando a continuación un breve acercamiento histórico al estudio del término a través del análisis de distintos autores, hasta desembocar en el estudio de las inteligencias múltiples desarrollado por el profesor Howard Gardner1.

Tras este rápido recorrido se profundizará en el significado del concepto competencia, en el contexto del mercado laboral y más concretamente en el puesto de trabajo, examinando los diferentes escenarios (conocimientos, capacidades y habilidades) que —siempre a nuestro modo de ver— lo definen y estructuran.

El siguiente paso propone integrar en un mismo constructo inteligencias múltiples y competencias desde un punto de vista profesional y también personal. Estos aspectos permitirán examinar en más detalle la adecuación entre, por un

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lado, inteligencias-competencias y, por otro, persona-puesto, ayudando a esquematizar las posibles discrepancias y efectos —algunos lamentablemente no deseados— sobre el trabajador y el propio puesto para, en su caso, paliar, mitigar o minimizar el conflicto existente y resolver las descompensaciones tanto en un sentido como en otro.

Por último este trabajo presentará un conjunto de reflexiones que permitirán poner en valor, la idea de una interconexión entre los distintos tipos de inteligencia y un esquema de gestión por competencias en la siempre deseable búsqueda de la mejor adecuación de la persona al puesto de trabajo que, si comienza en los procesos de reclutamiento y selección, debe extenderse más allá en los planes de formación y desarrollo de los recursos humanos.

2. Una breve aproximación histórica a la comprensión del término inteligencia

Desde que H. Gardner (1983) comenzara a esbozar la teoría de las Inteligencias múltiples, han cambiado los tradicionales puntos de vista sobre la inteligencia humana, generalmente centrados en el Coeficiente de Inteligencia (CI)2, abriendo de un modo singular nuevos horizontes a la intervención sociopsico-educativa.

Lejos de entrar en un debate —algo inútil, inabarcable y ocioso a la vez— acerca de qué único modo puede entenderse la inteligencia, no está de más mencionar aunque sea de un modo esquemático, algunos enfoques —muchos de éstos encontrados entre sí— relacionados con el contenido, alcance y dimensión atribuidos a la inteligencia humana.

Al igual que otros psicólogos como L. Thurstone (1939); J- Guilford (1967) y más tarde y R. Sternberg (1985), H. Gardner adopta una visión pluralista describiendo el conocimiento en términos de un conjunto de inteligencias.

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El planteamiento que defiende H. Gardner, entiende a la inteligencia como un proceso cambiante y que se desarrolla en función de las contenidos expe-rienciales que el individuo, en su interactividad con el entorno, desarrolla en el transcurso de su vida. En este sentido y en sintonía con otros investigadores como R. Feuerstein, Y. Rand, M. Hoffman y R. Miller (1980), coincide en que la inteligencia es el resultado de la interacción entre los llamados factores biológicos y ambientales y, por consiguiente puede educarse y entrenarse.

Hay un grupo de autores encabezado por L. Resnick (1976) y también por J. Brown, A. Collins y P. Duguid (1989) coincidentes en señalar que de igual modo que cualquier otro atributo personal, la inteligencia depende de alguna manera del contexto, de ahí la importancia que representan los elementos contextúales y educativos para el propio desarrollo de la inteligencia. Una visión, por tanto, discrepante de la de otros psicólogos como R. Herrstein y Ch. Mu-rray (1994), que defienden de un modo determinista, una inteligencia estable e inmodificable desde «la cuna hasta la tumba».

3. Las Inteligencias Múltiples

Los estudios de H. Gardner que genéricamente pueden agruparse bajo el nombre de la Teoría de las Inteligencias Múltiples, contemplan a la inteligencia no como algo unitario sino como la agrupación de un conjunto de inteligencias múltiples, distintas e independientes.

H. Gardner no sólo se aparta de la ortodoxia oficial que concibe a la inteligencia desde una perspectiva única, sino que se aparta igualmente del modo en que se identifica a la inteligencia por medio de tests, afirmando que se define mejor a los humanos señalando sus distintas inteligencias (relativamente independientes) que asegurando la existencia de una sola inteligencia definida a través del CI. Una de las críticas que se hace a los estudios de este autor se basan en que aun siendo su enfoque racional, no está sustentado en la investigación empírica y cuantitativa, sino en un análisis factorial subjetivo.

El autor entiende a la inteligencia como la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas. Más concretamente habla de siete grandes tipos de inteligencias: la musical, cinético-corporal, lógico-matemática, lingüística, espacial, interpersonal e intrapersonal.

Según H. Gardner las inteligencias funcionan habitualmente juntas aunque de manera compleja, interactuando unas con otras. De hecho, cualquier actividad humana inteligente demuestra que en su ejecución se activan todas las inteligencias.

Siguiendo el mismo orden que menciona el autor (Gardner 1993), a continuación se relacionan los siete tipos de inteligencias, con una mínima alusión a

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las características de las personas que las poseen, aun admitiendo lo arriesgado de caer en generalizaciones:

— La inteligencia musical está relacionada con la capacidad de escuchar, percibir, distinguir, transformar y expresar el tono, timbre y ritmo de los sonidos musicales. Genéricamente las personas que destacan en este tipo de inteligencia se ven atraídas por los sonidos, tanto los artificiales como los que pueden encontrarse en la naturaleza y por todo tipo de melodías y composiciones musicales. Lógicamente, parece razonable conectar este tipo de inteligencia con la de personas que desarrollan su actividad como instrumentistas y cantantes, lo cual no significa que en otras ocupaciones más relacionadas con el ámbito productivo o empresarial dejen de tener interés, por ejemplo en sistemas de fabricación donde el control, ritmo e intensidad del aparataje da «pistas» del modo en que se está desarrollando el proceso de trabajo.

— La inteligencia cinético-corporal tiene que ver con la habilidad para emplear el cuerpo como fuente de expresión de ideas, emociones y sentimientos. Se reconocen en la persona que presenta una serie de particularidades relacionadas con la coordinación de sus miembros, sentido del equilibrio, fuerza muscular, flexibilidad y velocidad entre otras características. Este tipo de inteligencia es fácil detectarla de forma precisa en actores, deportistas, bailarines y también en instrumentistas, pero de igual modo que en el caso anterior, además de estos perfiles puros, en otros puestos de trabajo aparentemente distanciados como la profesión docente y en personas orientadas al mundo de la comunicación, la utilización del cuerpo y del lenguaje gestual puede y es un importante recurso comunicativo.

— La inteligencia lógico-matemática se encuentra vinculada a la capacidad de manejar números, datos, y relaciones lógicas de un modo eficiente junto al nivel de abstracción necesario. Pueden encontrarse casos de este tipo de inteligencia en matemáticos, físicos y todas aquellas personas que orientan sus estudios y actividad profesional hacia el terreno científico. Nuevamente y en el mundo de las organizaciones empresariales, el contar con un nivel adecuado de esta inteligencia puede ser de extraordinaria utilidad.

— La inteligencia lingüística se encuentra íntimamente ligada en esencia a la capacidad de emplear de manera eficaz las palabras y todo lo relacionado con la sintaxis del lenguaje, fonética, semántica y todas sus dimensiones prácticas. Normalmente este tipo de personas se caracterizan por su facilidad para redactar, leer y la facilidad para aprender idiomas. No se está hablando, por tanto, de literatos y novelistas en un sentido puro, sino también de otro conjunto de puestos de trabajo que inevitablemente y en mayor o menor medida requieren de unos niveles de comunicación verbal tanto oral como escrita para el desarrollo adecuado de sus tareas.

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-La inteligencia espacial relacionada con la capacidad de observar con certeza la imagen visual y espacial...

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