Los métodos alternativos o complementarios de solución y/o gestión de conflictos

AutorÁngela Coello Pulido
Páginas29-122
29
Capítulo 1
Los métodos alternativos o
complementarios de solución
y/o gestión de conf‌lictos
Conicto y naturaleza humana son dos conceptos que se hallan uni-
dos de manera indisoluble. El hombre convive con sus semejantes en socie-
dad, pero esa convivencia no siempre es pacíca sino que, por el contrario,
con frecuencia surgen disputas entre los distintos individuos que componen
esa comunidad ya que el conicto es una constante en la vida de una per-
sona, manifestándose en todos los ámbitos de las relaciones humanas: en el
trabajo, en la familia, en las relaciones de vecindad, etc. Diversos autores han
teorizado en relación con la naturaleza conictiva del ser humano. Entre
ellos, el lósofo inglés del siglo XVII, omas Hobbes, que en su obra Le-
viatán (1651), reexiona acerca de la naturaleza humana y la organización
de la sociedad, invocando la famosa locución latina del comediógrafo latino,
Tito Macio Plauto (254 a.C. – 184 a.C.) «homo homini lupus» («el hombre
es un lobo para el hombre»)1.
1 Vid. HOBBES, T., Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y
civil, Sarpe, Madrid, 1983.
En esta obra Hobbes argumenta que en el estado de naturaleza todos los hombres
son libres, pero se hallan en una situación de guerra de todos contra todos. Arma
30 EL JUEGO DE LA MEDIACIÓN ÁNGELA COELLO PULIDO
Desde el momento en que el conicto se muestra como una constante
en la vida del ser humano en sociedad, la puesta en marcha de mecanismos
apropiados para su control adquiere una importancia trascendental y, puesto
que las relaciones que el hombre establece con sus congéneres pueden tener
muy diversa naturaleza, los medios de solución del conicto han de ade-
cuarse a las particularidades de las mismas.
Así las cosas, las relaciones civiles y mercantiles tienen un gran pro-
tagonismo en las sociedades actuales tanto por su habitualidad como por
su trascendencia y en el seno de las mismas pueden nacer conictos por las
razones más variopintas (por ejemplo, dicultades con los proveedores para
llegar a acuerdos satisfactorios, cuotas impagadas de comunidades de pro-
pietarios, divorcios, desavenencias en la gestión de patrimonios hereditarios,
impago de la renta por el arrendatario, vicios en la cosa vendida, etc.).
La mejor solución a este tipo de conictos es, sin duda, la amistosa,
sobre todo si los sujetos enfrentados tienen un interés común en mantener
su relación pro futuro (el comerciante y su proveedor que desean mantener
sus relaciones comerciales, el arrendador y el arrendatario que quieren con-
tinuar con el arrendamiento, los cónyuges que quieren divorciarse dañando
lo menos posible su relación en benecio de sus hijos comunes, etc.). Sin
embargo, con frecuencia los individuos en conicto no son capaces de resol-
ver sus problemas por sí mismos, ni siquiera con la ayuda de terceros de su
entorno cercano. Por ello, advierten la necesidad de acudir a un profesional
ajeno al conicto, imparcial y neutral, que o bien les imponga una solución
o bien les ayude a consensuarla.
este autor que el Estado nace por el pacto que hacen todos los hombres sometién-
dose a un poder absoluto que garantice la paz.
capÍtulo 1. los métodos alternativos o complementarios de solución y/o gestión de conflictos 31
1. EL CONFLICTO JURÍDICO
Y SUS MODOS DE SOLUCIÓN
1.1. APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE CONFLICTO
Todos sabemos por propia experiencia lo que es un conicto. Sin em-
bargo, si tuviésemos que denirlo, probablemente elaboraríamos un con-
cepto orientado hacia una disciplina concreta (la Psicología, la Pedagogía,
la Física, etc.) según el ámbito en que el conicto en cuestión haya tenido
lugar. Es decir, dada su naturaleza multidisciplinar, difícilmente ofrecería-
mos un concepto universal del conicto, además de por el hecho de que, con
frecuencia, tiende a considerarse como algo negativo cuando, en realidad, no
siempre se presenta como tal2.
2 El término conicto suele interpretarse como algo negativo, como algo destructivo
y desagradable frente a lo que adoptamos, muchas veces de manera inconsciente,
una actitud defensiva. En este sentido entiende LEDERACH (El abecé de la paz y
los conictos. Educación para la paz, Los libros de la Catarata, Madrid, 2000, p. 56)
que esta tendencia a percibir negativamente el conicto existe en gran parte porque
«percibimos el conicto por medio de sus consecuencias destructivas, y no por lo
que es en sí».
Sin embargo, determinados conictos son positivos puesto que acarrean una gran
utilidad social si las partes implicadas son capaces de gestionarlos adecuadamente
ya que, de esta manera, funcionarán como herramienta para lograr soluciones a sus
problemas. Sobre esta idea ha incidido la doctrina cientíca y, así, LEDERACH
(El abecé de la paz y los conictos…, ob. cit., pp. 58 a 59) arma que el conicto supo-
ne una paradoja. Considera que los adversarios son interdependientes, entendiendo
por interdependencia una actividad mutuamente dependiente. En el conicto so-
mos co-partícipes, co-operamos en el proceso. Arma este autor que el conicto es
positivo y necesario para el crecimiento del ser humano y que es indispensable para
la realización humana. «La vida sin conictos supondría una sociedad de robots,
cuyos miembros habrían eliminado toda diversidad, unicidad y distinción humana.
Sería una sociedad exenta de la voluntad de buscar por el signicado de la vida;
exenta del deseo de relacionarse los unos con los otros». Por tanto, la eliminación de
conictos no es deseable. En igual sentido, CAVALLI y QUINTEROS AVELLA-
NEDA (Introducción a la gestión no adversarial de conictos, Reus, Madrid, 2010, p.
66) han sostenido que «el conicto es productivo y permite el crecimiento cuando

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