Aportaciones metodológicas de diferentes disciplinas al estudio del lenguaje administrativo

AutorLuciana Calvo Ramos
CargoDoctora en filología románica i catedrática d'institut
Páginas30-62

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I Introducción
  1. Deseamos agradecer a la Escola d'Administració Pública de Catalunya la oportunidad que nos ha brindado de participar en la conmemoración del setenta y cinco aniversario de su fundación y al mismo tiempo de dialogar con todos ustedes sobre las aportaciones metodológicas que diferentes disciplinas lingüísticas y paralingüísticas pueden hacer al estudio del lenguaje administrativo.

    La conmemoración de la creación de una Escuela de Administración pública propicia el hecho de poder volver la vista atrás para poner de relieve algunos logros alcanzados en estos últimos años en materia de lenguaje administrativo y en los cuales esta Escola ha tenida una participación digna de encomio. Yo los voy a resumir brevemente, no para recrearme en ellos y considerar que son suficientes, sino para avanzar con su estímulo en la consecución de otras metas. Estoy segura que olvidaré muchos que ustedes podrán añadir a esta lista. En primer lugar, hemos de reconocer que se han tanteado y empleado métodos que podríamos llamar de 'descubrimiento' o de 'choque' para ver lo diferencial global del hecho lingüístico administrativo y para llegar a la esencia gramatical de este lenguaje. Poner la 'lupa' del análisis lingüístico en un coto tan cerrado como era el de Ja Administración española era tarea que había desanimado a muchos lingüistas de renombre, bien por desprecio o por temor.

    Hay que destacar, como hecho de importancia capital, la celebración de encuentros, jornadas y seminarios propiciados por las Escuelas y grupos de funcionarios en las diversas Autonomías que han contribuido a crear un clima de interés orientado hacia el buen uso de las lenguas peninsulares en el seno de las Administraciones, a la par que han contribuido al contacto entre funcionarios de diversas lenguas, y también han favorecido la elevación de los niveles lingüísticos en la función pública.

    La aparición de publicaciones periódicas y revistas, cuya difusión y calidad aumenta a medida que pasa el tiempo y que han concedido lugar prio-Page 31 ritario a los estudios de este registro de lengua, es otro de los logros que consideramos como muy positivo.

    Se han iniciado también los primeros estudios diacrónicos aplicados a textos jurídico-administrativos y han aparecido diccionarios y glosarios de esos términos con los que apenas contábamos hace muy pocos años.

    Se han favorecido los contactos juristas-lingüistas que podrán, con el. tiempo, ser beneficiosos para mejorar el marco jurídico-administrativo de este lenguaje.

    Han aparecido trabajos de investigación en materia de Lingüística aplicada a la traducción de textos administrativos y se han iniciado, además, los: primeros trabajos sobre lo 'deficitario' del uso administrativo del lenguaje-con vistas a una modernización de la comunicación administrativa en el seno^ del respeto a los usos nobles de las buenas tradiciones.

    La misma convocatoria de estas Jornadas que estamos celebrando y los. títulos de sus conferencias nos indican que caminamos en busca de métodos, de 'evaluación' y de métodos de 'decisión' para afrontar el estudio del lenguaje administrativo y para orientarlo hacia caminos y vías alternativas nuevas que puedan enriquecer las metodologías prescríptivas con otras de diferente orientación

  2. Como es sabido por todos, la evolución del pensamiento lingüística en el transcurso de este siglo ha implicado que se cuestionen gran número^ de principios heredados de una lingüística y de una filosofía anteriores. En. este sentido la Lingüística ha sido una ciencia piloto- en la que se han probado nuevas teorías, nuevas metodologías y nuevas técnicas de trabajo. En muchos casos con éxito y en algunos con fracaso, pero de ambos se ha sacado siempre provecho. Todo estudio de carácter lingüístico presupone una. teoría del lenguaje la cual implica, a su vez, una toma de posición respecto a. dos cosas:

    1. El lenguaje como estructura autónoma, y

    2. El lenguaje como sistema relacionado con el pensamiento, la sociedad, la cultura, la sicología del hablante y con otras realidades externas que-solemos llamar referentes y contextos.

    Es evidente que nosotras no vamos a hacer una historia de todas las teorías, métodos y técnicas de estudio del lenguaje que la investigación lingüística ha desarrollado a lo largo del siglo xx, primero porque ya hay muchas y mejor hechas de lo que nosotras podríamos hacerlo, segundo, porque es imposible en el límite de tiempo fijado para esta conferencia y tercero, porque la turbadora diversidad de direcciones, tanto teóricas como prácticas, de la lingüística del siglo xx (indicio, por otra parte, de su vitalidad) tiene como consecuencia una enorme confusión de escuelas, métodos, téc-Page 32 nicas y nomenclaturas, no siempre bien delimitadas, que nos impediría clarificar la cuestión.1

    No intentaremos tampoco operar una transposición de teorías y métodos lingüísticos, sino de adecuar al campo de estudio del lenguaje admi-.nistrativo los principios de las teorías, metodologías y técnicas lingüísticas y de ciencias que le son próximas.

    Intentaré en primer lugar señalar los escollos que la profundización en este tema plantea. En segundo lugar analizaré las orientaciones metodológicas y técnicas más evidentes en el campo de la Lingüística y de ciencias conectadas con ella y capaces de ayudar en los problemas del contexto del lenguaje administrativo. En tercer lugar analizaré los principales problemas -que están pendientes de estudio e intentaré seleccionar las metodologías y técnicas que nos parecen más adecuadas para afrontarlos.

    Analizaré sólo las teorías y los métodos que presenten un aceptable .grado de seguridad en cuanto a las pautas de explicitación, estabilidad, pertinencia y regularidad propias de cualquier comportamiento que pretenda :ser considerado como científico. Inventariaré los saldos positivos y negativos -de las teorías, técnicas y métodos partiendo de un pluralismo crítico y cognoscitivo como el más idóneo punto de partida de toda práctica científico-social.

    Procuraré obviar, en lo posible, las complejidades taxonómicas que la Lingüística contemporánea presenta y elegiré los términos de uso más común. En el caso de recurrir a algún término complejo procuraré aclarar el concepto. Entendemos que recurrir a la oscuridad en materia taxonómica .agravaría los muchos problemas que este tema presenta.

II Principales problemas que plantea la metodología lingüística
  1. Nos parece que el primer problema que debemos afrontar es la escasez de bibliografía de carácter general sobre Epistemología y Metodología lingüística. Esto se justifica, en algunos casos, diciendo que la Lingüística no se ha planteado con rigor científico los problemas de métodos por considerarlos, quizá, como temas propios de la Filosofía o de la Pedagogía y .alegando que tampoco se ha enfrentado claramente con la necesidad de demostrar teóricamente -y no sólo de hecho- la existencia, el valor o la finalidad de su objeto de estudio porque ya estaba definido en los diccionarios de uso, o bien nocionalmente o bien socialmente.

    Frente a esto nos encontramos con las protestas de numerosos autores Page 33 y escuelas lingüísticas que aseguran tener una gran preocupación por las cuestiones metodológicas. Pero cada una de ellas recurre a nomenclaturas propias para designar las cuestiones metodológicas, que difieren notablemente de las aceptadas por otras escuelas, y que, además, presentan contagios entre los tres términos 'método', 'teoría' y 'técnica', y también contagios con otros términos que más adelante analizaremos. Nos referimos, claro está, a contagios conceptuales.

    Si tratamos de buscar ayuda para clarificar los conceptos 'método', 'teoría' y 'técnica' en los diccionarios de términos filológicos y lingüísticos de mayor uso (Lázaro, Carreter, Greimas o Abraham) nos encontramos con que o bien no aparece alguno de estos tres términos, o aparece sustituido alguno de ellos por otro, o bien definen la 'teoría', 'el método' o la 'técnica' de alguna corriente lingüística o de una ciencia determinada. Con lo cual las definiciones resultan bastante insuficientes.

    En resumen: que hay poca bibliografía sobre metodología lingüística,2 que no está sistematizada, que las razones que se alegan como justificación son de poco peso y que los diccionarios de términos lingüísticos no ofrecen demasiada ayuda en este terreno.

  2. El segundo problema grave que encontramos es la contaminación de los tres términos 'método', 'teoría' y 'técnica'. Contaminación doble: se contaminan entre sí, y se contaminan con otros términos que analizaremos a continuación.

    La infección conceptual entre estos tres términos es muy frecuente. Dentro de un mismo autor encontramos que a veces se usan indistintamente y, así por ejemplo, se habla de 'teoría generativa', 'método generativo' y 'técnica generativa' para el mismo y único concepto. O bien, nos encontramos con que un autor considera como métodos la inducción y la deducción y señala como un 'tercer método' la 'teoría de los modelos. Hay quien analiza la diacronía y la sincronía como métodos y quienes los consideran como presupuestos anteriores a todo método.

    Por otra parte esos tres conceptos (teoría, método y técnica) se contaminan con otros términos que no son sinónimos pero que se pueden considerar como afines; así, por ejemplo, 'teoría' se sustituye por 'sistema', 'concepción', 'orientación', 'tendencia', 'línea', etc.; 'método' se reemplaza por 'mecanismo', 'descripción', 'didáctica', y, para 'técnica', se emplean: 'procedimiento', 'instrumentación', 'montaje', 'operaciones', etc. Page 34

    Es decir, en la Lingüística contemporánea hay un verdadero caos y un auténtico laberinto terminológico en materia de metodología y de taxonomía metodológica.

  3. El tercer problema grave es el de las controversias que arrastra la lingüística actual y que afectan notablemente a los aspectos metodológicos. Cuando ya parecía superada la controversia Lingüística tradicional/Lingüística histórica aparece otra nueva controversia: la que se establece entre Lingüística estructural/Lingüística aplicada, Teoría de la Información, Teoría de la Comunicación, Cibernética, semióticas, etc. Aparte de estas dos controversias, que mantienen sus espadas en alto, nos encontramos con la polémica doble: la de definir, por un lado, cuáles son las Ciencias propiamente lingüísticas y cuáles otras son las paralingüísticas y la polémica de la Interdisciplinaridad.

    Todo esto contamina la terminología metodológica hasta extremos aberrantes de metalenguajes altamente formalizados que unas veces son adorados y reverenciados hasta extremos ridículos y otras veces se rechazan de plano y frontalmente.

  4. Los problemas citados en apartados anteriores se agravan por algo que nosotras hemos padecido a lo largo de muchos años de docencia y que señala también José Polo:3 «Creo sinceramente que con frecuencia se da un grave divorcio entre la investigación y la enseñanza y, en ocasiones, incluso un plante (meta)teórico cuasi despectivo, una actitud renuente a pensar de tejas abajo. Si el tiempo futuro no es mezquino con mi propia investigación, habrá ocasión de mostrar, con hechos y doctrina, cuan beneficiosa resulta la forma 'integrada de practicar la ciencia. Bien sé que he expresado la idea anterior con algún relieve y simplificando la cuestión. Me refiero, naturalmente, a todas las situaciones en las que, no estando reñidos altura científica o tratamiento especializado con presentaciones de 'espectro amplio', automáticamente se excluye la posibilidad de una comunicación técnica flexible, que no debe ceder por ello en rigor acerca de los hechos (lo que supone un gran esfuerzo pedagógico que compensa holgadamente).»

    Como queda claro, Polo alude al divorcio entre las metodologías empleadas para la investigación lingüística y las metodologías empleadas para la enseñarla de las lenguas y del lenguaje en general. Este es un problema que se arrastra desde hace siglos y al que cada vez más contribuyen a agravar las disposiciones de carácter político-educativo, sin darse cuenta que nunca podrá existir investigación de calidad sin una enseñanza que la prepare y la fomente. Pero parece que negar la evidencia entra en los Planes educativos y de investigación españoles, Page 35

  5. Cuando algunas aficionadas a la Lingüística y preocupadas por estos problemas metodológicos pensábamos ingenuamente que el Sexto Simposio de la Sociedad Española de Lingüística dedicado monográficamente al tema «Metodología de la investigación lingüística» (celebrado en 1976-77) iba a resolver de una vez por todas muchos de los problemas mencionados en apartados anteriores, nos encontramos con la sorpresa de que no sólo no aclaraba demasiado el panorama sino que contribuía a oscurecerlo. Nos explicamos: acudimos a leer las Ponencias y comunicaciones a la Revista Española de Lingüística que edita Gredos, e incluso fotocopiamos las ponencias y comunicaciones que publicó y nos encontramos con lo siguiente:

    1. Resultados muy pobres, debidos quizá a escasez de medios económicos, materiales o a improvisación.

    2. Temática dispersa y muy puntual.

    3. Aportaciones (de grandes firmas de la Lingüística española) muy conocidas ya por los más ignorantes en aquella época.

    4. Ningún trabajo de síntesis.

    5. Escasa profundización en las cuestiones.

    6. Falta de unanimidad en la taxonomía empleada. g) Carencia de iniciativas y sugerencias de interés.

    En una palabra, del VI Simposio de la sel pocas novedades podemos aprovechar para clarificar los problemas metodológicos que tiene planteados el estudio del lenguaje administrativo.4

III Clarificación conceptual y terminología de los vocablos 'teoría', 'método' y 'técnica'. Algunas orientaciones metodológicas de carácter general que se observan en la investigación lingüística

A pesar de las dificultades que hemos señalado en el apartado anterior, nos parece que podemos llegar a una clarificación terminológica y conceptual de las tres palabras 'teoría', 'técnica' y 'método', o por lo menos trataremos de intentarlo. A pesar de lo enmarañado del horizonte de la investigación lingüística, también creemos poder vislumbrar algunas'Orientaciones metodológicas de carácter general que vamos a resumir en este punto.

  1. Nos parece que la definición más completa que encontramos de los tres términos arriba mencionados se encuentra en el Diccionario de Greimas. Eliminando lo que estas definiciones de Greimas tienen de aplicación ex- Page 36 clusiva a la Semiótica, podemos encontrar en ellas lo que de más interesante tienen de aplicación general.

    En primer término Greimas define la 'teoría' de la siguiente forma: «Ha-bitualmente se entiende por teoría un conjunto coherente de hipótesis, susceptibles de ser sometidas a verificación: 'hipótesis', 'coherencia' y 'verificación' son los términos claves para definir el concepto de teoría y, a menudo, sirven como criterio de reconocimiento para distinguir lo que es, realmente, teoría de lo que se proclama como tal.

    »2. Se considera que una teoría 'da cuenta' de un objeto de conocimiento, Aquí hacemos nuestro el sistema de C. Bernard, quien opone 'teoría', a 'sistema': mientras que este último sólo se somete a la coherencia lógica, la teoría exige, además, ser sometida a la verificación (que corresponde para C. Bernard a la experimentación). Desde luego, la noción de verificación puede variar de una teoría a otra, se la puede sustituir, por ejemplo, con los procedimientos de falsación o las exigencias de adecuación: ello no impide que la confrontación entre lo 'formulado' y lo 'dado' sea una condición sine qua non de toda teoría.

    »3. El hecho de que la teoría sea un conjuntó de hipótesis, no justifica que éstas se encuentren dispersas en conceptualizaciones diferentes. Muy por el contrario, la teoría trata de reunirías en un cuerpo de hipótesis generales, ascendiendo tan alto (o descendiendo tan bajo) como sea posible, por presuposiciones sucesivas, de modo que sus postulados tengan en cuenta las consideraciones de la gnoseología... -y, a la vez, las exigencias de la epistemología científica que la ayuda a formular esas hipótesis ultimas en una axiomática simple.

    »4. Entre este conjunto de hipótesis no demostrables y declaradas demostradas (o, lo que es más o menos equivalente, el cuerpo de conceptos fundamentales no definibles), y el lugar de concentración de la teoría con el dato (o su adecuación durante la aplicación), se sitúa el vasto taller de la construcción de una teoría. La primera tarea, en gran medida intuitiva, consiste en elaborar -a partir de un objeto planteado como cognoscible- un lenguaje de descripción y, luego, justificarlo con ayuda de un lenguaje metodológico; finalmente, se tiende a encontrar el nivel epistemológico en que los conceptos, indefinibles, y las hipótesis, no demostrables, deberán ser organizados en una axiomática. Tales operaciones hacen explícita la teoría, dándole la forma de una jerarquía de metalenguajes. Sólo entonces comenzará la segunda fase de la elaboración de la teoría, la formalización (es decir, la transcripción en un lenguaje formal): partiendo de la axiomática ya formulada, efectuará por deducción un recorrido en sentido inverso, garantizando así la coherencia de la teoría y comprobando su adecuación. Esta segunda tarea da a la teoría su estatuto hipotético-deductívo.

    »5. Si bien la formalización de una teoría parece un buen medio para comprobar su coherencia, sólo interviene, como tal, después, cuando la teoría está ya conceptualizada. Hay, pues, que distinguir entre la prueba dePage 37 la coherencia y la construcción coherente de la teoría misma; ésta se obtiene mediante procedimientos de interdefinición entre los conceptos y por la superposición de los niveles metalingüísticos que se examinan, analizan y comprueban entre sí. La construcción de las diferentes lógicas se caracteriza, especialmente, por el apriorismo axiomático que las hace, a menudo, inaptas para su empleo en semiótica.

    »6. De todo ello resulta que una teoría es un tipo particular de lenguaje construido, capaz de ser objeto de análisis semiótico: se puede prever, por ejemplo, una tipología de las teorías según su modo de construcción. Si se considera a la teoría como una jerarquía de conceptos y definiciones de esos conceptos, se reconocerá que adquieren la forma de sistemas o de procesos semióticos: en el primer caso, la teoría tendrá el aspecto taxonómico (los conceptos se interdefinen por especificaciones e inclusiones), en el segundo, la forma sintáctica (o sintagmática); las relaciones interconceptuales dependerán de la presuposición: El paso de una formulación a la otra se prevé bajo ciertas condiciones: la recuperación del análisis distribucional por la gramática generativa es un ejemplo de ello.

    »7) Hemos presentado en cuatro la construcción de una teoría como una tarea en dos tiempos en que la construcción conceptual y metalingüísti-ca están presupuestas por la formalización. En la práctica -y, más precisamente, en el dominio lingüístico- las cosas son mucho menos claras: numerosos esfuerzos de teorización quedan, por lo general, en el estadio intuitivo de preconceptualización; otros se detienen en la pre-formalización; otros finalmente colocan el arado delante de los bueyes: se precipitan por construir una teoría formalizada, cuidando muy poco de la elaboración y explicitación de los conceptos. La construcción de una teoría es una tarea de largo aliento; la lingüística comparada se ha tomado un centenar de años, de Bopp a Saussure, para constituirse en teoría coherente.»

    En síntesis, para que una teoría pueda ser considerada como tal, Grei-mas exige lo siguiente:

  2. Que sea un conjunto coherente de hipótesis susceptibles de ser sometidas a verificación (la verificación puede ser sustituida por los procedimientos de falsación o de adecuación).

  3. Opone 'teoría' a 'sistema' ya que éste sólo exige coherencia lógica y la 'teoría' requiere además verificación.

  4. La confrontación entre lo formulado y lo dado es una condición sirte qua non de toda teoría.

  5. La teoría debe reunir las conceptualizaciones en un cuerpo de hipótesis generales de modo que sus postulados tengan en cuenta los principios de la gnoseología y las exigencias de la epistemología científica. Esta ciencia ayuda a formular las hipótesis últimas en una axiomática simple.Page 38

  6. Toda teoría pasa por tres momentos: Conceptudización: elaboración de modo intuitivo de un lenguaje de descripción; Normalización: elaboración de un lenguaje metodológico para justificar la conceptualización y adecuación-, nivel epistemológico en que los conceptos, indefinibles, y las hipótesis, no demostrables, deberán ser organizadas en una axiomática.

  7. La construcción de una teoría es una tarea de largo aliento que, a veces, lleva siglos. Algunos intentos de teorización fracasan y se quedan en los estadios previos a la teoría: preconceptualización, preformalización, o bien se ocupan de la formalización y descuidan la elaboración y explicitación de los conceptos.

  8. Se puede prever una tipología de las teorías según su modo de construcción: puede haber teorías taxonómicas (los conceptos se definen por especificaciones e inclusiones) y teorías sintagmáticas (las relaciones interconceptuales dependen de la presuposición).

    El concepto de 'método' es definido por Greimas de la siguiente forma: «1. Se entiende habitualmente por método una serie programada de operaciones5 encaminadas a obtener un resultado conforme a las exigencias de la teoría. En este sentido, el término 'método' es casi sinónimo del de 'procedimiento'; los métodos particulares, explicitados y bien definidos que tienen un valor general, son asimilables a los procedimientos de descubrimiento.

    »2. La metodología, consiste, entonces, en el análisis que trata de probar la coherencia interna de una teoría, los conceptos operatorios y los procedimientos que han servido para la elaboración de esa teoría. La metodología debe distinguirse de la epistemología, destinada esta última a probar el lenguaje metodológico.»

    Hasta aquí Greimas. Añadimos nosotras que, en consecuencia, toda teoría acarrea una metodología. En el seno de una teoría dada, el método implica, pues, la forma de manipular los hechos a lo largo de la línea elegida como dimensión (tiempo, espacio, estructura sociocultural, lógica o sicológica del objeto de investigación). En este sentido, en algunas ocasiones, como Greimas dice, pueden tocarse los extremos del método con los del procedimiento.

    Las diferentes formas de llevar a la práctica las concepciones metodológicas constituyen, pues, lo que llamamos normalmente 'técnicas' o 'procedimientos' en el lenguaje de Greimas.

    Para 'procedimiento' el Diccionario de Greimas da la siguiente definición: «... el término procedimiento se aplica corrientemente a las series dePage 39 operaciones limitadas y/o localizadas que con espondeo a una instancia, a un segmento o a un microuniverso dados.

    »2. Se distinguen dos grandes tipos de procedimientos: los procedimientos analíticos (o descendentes) que parten de un objeto (semiótico, dice Greimas) considerado como un todo y tratan de establecer las relaciones entre sus partes y el todo; y los procedimientos sintéticos (o ascendentes) que parten, generalmente, de los elementos considerados como indescomponibles, reconociendo que forman parte de unidades más amplias.»

    Greimas considera como 'procedimientos' la identificación de las unidades de un sistema, la forma de llevar a cabo la segmentación de unidades y los procedimientos de sustitución o generalización con los que se trabaja en los diferentes métodos. Como técnicas son también generalmente consideradas: la recogida y selección de materiales, los tratamientos cualitativos o cuantitativos del material recogido, la mediación de los datos, la valoración, etc.

    Así pues, de estas definiciones podemos concluir que es posible, al menos teóricamente, distinguir entre teoría, método y técnica o procedimiento. Aunque los procedimientos y los métodos puedan ser más difíciles de separar; sin embargo, son conceptos teóricos relativamente diferenciados.

    A continuación trataremos de organizar lo más ordenadamente posible las tendencias generales que se vislumbran en el panorama confuso de la investigación lingüística actual en materia de metodología, técnica y teoría. En el último apartado concretaremos más al tratar de aplicar las orientaciones metodológicas existentes en el panorama lingüístico actual al estudio del lenguaje administrativo.

  9. En el panorama de la Lingüística del siglo xx encontramos, de un lado, tres grandes teorías lingüísticas y, de otro, numerosas derivaciones de estas teorías. Las tres grandes teorías son el racionalismo lingüístico (o neorracionalismo, si se prefiere), el estructuralismo y el marxismo materialista. Estas tres teorías responden a los esfuerzos realizados por la Lingüística para lograr delimitar el área de investigación de su objeto, el lenguaje, de las áreas de investigación de otras disciplinas consideradas como menos lingüísticas, aunque a veces no hayan podido descontaminar totalmente su investigación de la de las otras materias. A partir de la década de los sesenta estas tres teorías entran en franco declive por razones que analizaremos más adelante.

    Al lado de estas tres grandes teorías nos encontramos con las teorías que no intentan separar el lenguaje de su contexto y que podríamos llamar disciplinas que se ocupan de los aspectos contextúales del hecho lingüístico y que reciben nombres muy diversos: Sociolingüística, Psicolingüística (a veces se habla de Psicolingüística postgenerativa), Etnolingüística, SociologíaPage 40 del lenguaje, Antropología lingüística, Sicolingüística social, Sociosicología lingüística, Textolingüística, Lingüística textual, Semiótica del texto, Semiótica de la comunicación, y un etcétera larguísimo. Tampoco esta larga serie de disciplinas ha dejado, a su vez, de contagiarse de las teorías que hemos denominado más propiamente lingüísticas y así, por ejemplo, la Sociolin-güística se ha contaminado en muchas ocasiones de las teorías marxistas materialistas, y lo mismo le ha sucedido a la Semiótica textual o a la Semiótica de la cultura; en otros casos, como en el de la Sicolingüística la contaminación se ha producido con las orientaciones más o menos racionalistas de la Filosofía del lenguaje, y así sucesivamente.

    El Racionalismo lingüístico o, si se prefiere el neorracionalismo lingüístico del siglo xx (ya que no en balde ha pasado Saussure por medio) es una teoría basada en el isomorfismo entre nuestros pensamientos sobre el mundo exterior (y también sobre las cosas que nos rodean) y la lengua que nos sirve para expresarlos y transmitirlos. Desde fines del siglo xvni la concepción racionalista de una forma de lengua que refleja el pensamiento lógico y los conceptos dados por Dios va desapareciendo, pero el racionalismo lingüístico sigue subyaciendo en la preocupación por la corrección y la normalización (buen uso) que se constata desde comienzos del siglo xx en las grandes lenguas de cultura cuyo papel internacional es bien conocido y en el interés de estas lenguas por dirigir la evolución en materia de pronunciación, gramática y vocabulario. El interés es el mismo en. las lenguas de minorías que luchan por su posición y en las que el esmero en la corec-ción y en la buena aplicación de las normas es esencial para su supervivencia. Es evidente que esta preocupación por la corrección gramatical y por la normalización que vuelve a estar de moda desde comienzos del siglo xx es muy diferente a la que tenía el siglo xvni, pues la convivencia con los estructuralismos que le ha tocado vivir no ha dejado de hacer su mella en ella.

    Los tres puntos ampliamente rechazados de estas teorías racionalistas son:

  10. Que confunden lo 'significativo' con lo 'lógico'.

  11. Que confunden lo 'lógico' con lo 'ontológico', es decir confunden los 'significados' con las 'cosas' (con la realidad del mundo exterior al ser humano),

  12. Que no captan ni reconocen que el lenguaje y sus categorías no están en relación con la facultad de pensar, sino con la facultad de reconocer.

    La consecuencia de estos tres errores es que se llega a ver la lengua como una nomenclatura, como un repertorio de etiquetas y las proposiciones gramaticales como estados de cosas y acontecimientos. Pero en contra de este punto de vista, N. Chomsky rehabilita las doctrinas cartesianas hablando de las ilimitadas posibilidades del pensamiento y de la imaginaciónPage 41 que se reflejan en el aspecto creador del uso del lenguaje y estima que la: lingüística moderna no ba entendido bien a los racionalistas del siglo xvni,. que, según él no lo fueron tanto.

    El racionalismo y el cartesianismo lingüísticos están también como sustento de la base del sistema metaf que emplea la ena francesa, como el propio creador del sistema manifestó en Madrid, no hace muchos meses.. Las ideas que expresaba M. Cbristian Serradji nos recordaban a algunas de-las asistentes a su conferencia las palabras de Rivarol quien identificaba el. francés correcto con la claridad en las ideas cuando decía la famosa frase-«Lo que no es claro no es francés». No obstante, M. Serradji manifestaba encontrarse satisfecho con la marcha de la Administración francesa, cuya lenguaje se basaba en estos principios cartesianos.

    Esta teoría racionalista arrastra una metodología de la investigación, que ha hecho suya la llamada «Lingüística tradicional» y que, renovada, penetra también en ciertos aspectos de la gramática generativa y es además la. teoría que subyace en la metodología de la enseñanza de las lenguas, generalmente. En este último caso a veces se combina con otras teorías en amalgamas bastante explosivas. Las metodologías que arrastra el racionalismo' lingüístico son de carácter prescriptivo y llevan a la tiranía de la norma académica.

    Las técnicas que suele emplear la metodología racionalista están basadas en la transmisión (en el caso de la enseñanza) o en el descubrimiento (en el caso de la investigación) de unos 'prototipos' considerados como modelos ideales de lengua. Esos 'prototipos de lengua están clasificados sistemáticamente y constituyen nomenclaturas cerradas en los distintos niveles delengua.

    El inconveniente mayor de estas técnicas radica en la proliferación de: casuísticas muy bizantinas que conllevan más excepciones que reglas y que-cuadriculan en exceso al hecho lingüístico.

    La segunda teoría importante es el positivismo y el neopositivismo lingüístico que, generalmente, se conocen con el nombre de estructuralismo o, mejor aún, para ser más exactos, 'estructuralismos'. El análisis estructural del lenguaje ha sido, y es, la vía más transitada y transitable de la Lingüística contemporánea, puesto que es la teoría que tiene un enraizamiento epistemológico más fundado y coherente. Razón de su larga vigencia. Comenzó siendo una acttiud teórico-metodológica que pronto se convirtió en. una moda parisina y tuvo una amplia circulación ideológica. Surgió en el momento en que los investigadores se hicieron plenamente conscientes de-las relaciones que existen entre los elementos integrantes de una lengua y las-erigieron en base de sus análisis y descripciones. La idea general, que está. en la base de todos los estructuralismos, se halla detrás de la concepción saussureana del signo lingüístico y es que la lengua, con ayuda de sus estructuras arbitrarias, configura la realidad que nos rodea: realidad sonora y semántica. Los conceptos, en cuanto tales, sólo existen tras haber sido-Page 42 -delimitados por el lenguaje; y las unidades del significante (fonemas y complejos de fonemas) nacen de su emparejamiento con un significado. La estructura de una lengua -o una estructura, al menos- es siempre, por definición, algo inherente a la propia lengua y la expresión 'Lingüística estructural' sería, por consiguiente, una redundancia.

    El problema capital de esta teoría radica en si la estructura que se atribuye a la lengua es la propia de la lengua o es una estructura impuesta a ella externamente por el investigador.

    En general, para los estructuralismos la lengua es orgánica en el sentido de que no se compone de hechos aislados sino de relaciones mutuas. Forma una totalidad en la que las partes dependen unas de otras. Pero la lengua, .aunque multiestructural y polisistemática, no es por ello un organismo.

    El estructuralismo abarca desarrollos muy diversos de estas ideas generales, sin embargo, a pesar de las diferencias entre Glosemática, Distribucionalismo, Formalismo, Funcionalismo, Estratificacionismo, Transformacio-nalismo y Generativismo6 existe en todas estas corrientes estructurales unPage 43 denominador común que son los tres pilares en los que se asientan todos los estructuralismos:

    1. El principio de la lengua como un todo (el eje sistema/paradigma).

    2. El principio de las partes (eje decurso/sintagma).

    3. El principio de las dependencias internas y mutuas entre los elementos de estos dos ejes.

    El estructuralismo ha aportado, además, nuevas escalas de valores en la consideración del lenguaje al incluirlo dentro de los fenómenos sociales y dentro del ámbito de la Semiología, aunque no hayan sido los estructura-lisraos propiamente dichos quienes han desarrollado estos dos aspectos del estudio del lenguaje sino otras ciencias.

    Los fallos de esta teoría han sido justa y precisamente denunciados desde sus principios y podemos sintetizarlos así:

    1) La impugnación frontal, en sus comienzos, de la perspectiva diacró-nica del lenguaje.

    2) La voluntad de minimizar la presencia del hombre en el proceso social, aun reconociendo el carácter social del lenguaje.

    3) El aislamiento de la lengua de entre los demás sistemas de actuación humanos.

    4) La hipótesis de un sistema lingüístico homogéneo y sin fisuras en que las variedades diatópicas, diastráticas y diafásicas no encuentran lugar debido.

    En materia de metodología quizá sea en el estructuralismo donde más innovaciones encontramos:

  13. Por un lado se postula la relatividad de todo principio metodológico: es el caso de Chomsky quien sostiene que ni la teoría general ni la gramática particular de una lengua están fijadas para siempre ya que el descubrimiento de nuevos hechos sobre lenguas particulares y las nuevas interpretaciones sobre la organización de los datos lingüísticos pueden generar un progreso y necesitar un reajuste de las teorías y de las metodologías. De otra parte, nos encontramos con lingüistas y escuelas muy aferrados a la búsqueda de métodos inmanentes, específicos y exclusivos para el estudio del lenguaje: sería el caso de Hjelmslev quien busca desasosegadamente un método inmanente exclusivo para la investigación lingüística y le exige que sea sin contradicciones, exhaustivo y lo más simple posible.

  14. Emplea una nueva gama de argumentaciones, diferente a la sostenida por la teoría racionalista, que tiene importantes consecuencias ya que va a influir en otras teorías y en otras metodologías.

  15. Emplea la inducción y la deducción, el análisis y la síntesis peroPage 44 no con carácter prescriptivo sino con carácter descriptivo y toma como eje de sus descripciones el de la sincronía, entendiendo por sincronía no estados de lengua petrificados sino una convivencia de usos más o menos generalizados y equivalentes en tensión dinámica y sin perder de vista que lo que cambia es un sistema regulable según las exigencias históricas de la sociedad.

  16. Frente al racionalismo lingüístico que defendía la tiranía de la norma, el estructuralismo defiende la tiranía del uso.

    Las innovaciones que el estructuralismo presenta en materia de técnicas son muy importantes:

    1. Evita la taxonomización atomística de la lingüística tradicional mediante la superación de clasificaciones discretas en favor de una serie de 'continuos a lo largo de los cuales se establecen gradualmente fenómenos lingüísticos partiendo de la base de las propiedades transcategoriales. Así se establecen situaciones de gradación en las oposiciones metalingüísticas 'competencia y actuación' o en semántica entre 'palabras vacías y palabras llenas' (semánticas/sinsemánticas) o en las categorías gramaticales entre 'formas nominales y verbales'.

    2. Se imponen las técnicas de formalización propias de modelos tomados de otras ciencias (lógica matemática, lógica operativa, etc.). Estos modelos son una especie de apriorización de la experiencia que se proyecta de nuevo,sobre los hechos concretos.

    3. Se utilizan técnicas estadísticas y probabilísticas propias de las ciencias exactas y del cálculo de probabilidades en la selección y cuantificación de datos.

    4. En las últimas generaciones de estructuralistas se aplican, también, las técnicas usadas por la Teoría General del Sistema de Bartalanffy que permiten tratar ciertos rasgos del lenguaje con las técnicas de los modelos cibernéticos de tipo estocástico no determinístico (por ejemplo el mecanismo de feedback o retroalimentación.

      é) La controversia entre Lingüística estructural y Teoría de la Comunicación ha llevado al análisis de la acción conjunta de los diferentes niveles de lengua, a la noción de arbitrariedad y convencionalidad de los sistemas lingüísticos y al análisis de la función del tiempo dentro del sistema.

    5. Ha desarrollado el estructuralismo a partir de los años cincuenta de este siglo el estudio científico del significado empleando técnicas combinatorias, operacionales, distribucionales o contextúales para acosar los problemas del significado que son los que más tardíamente han interesado a los estructuraÜsmos.

    6. El estudio del significado se ha hecho científicamente aplicando métodos propios de las Ciencias exactas (en Lexicometría) y de la Combinatoria sin el auxilio de las cuales la Semántica y la Lexicografía no podríanPage 45 por menos que haberse quedado en la contemplación de sus propios conceptos generales.

      La tercera de las teorías lingüísticas es la sostenida por el materialismo marxista cuyas ideas se concentran en los radios de acción de las diferentes Semióticas de los países del Este y de algunos autores occidentales.

      El término 'Semiótica' se viene usando de manera ambigua y equívoca. Cristina Peña Marín dice: «Para algunos es el nombre de aquella doctrina de los signos que permite hablar de todo sin decir nada y cuyas abigarradas preferencias terminológicas no responden, como en otras áreas del saber, a requerimientos conceptuales y metodológicos, sino al simple capricho o a un prurito oscurantista; para otros, igualmente desconocedores del desarrollo teórico y analítico de la Semiótica, ésta constituye la inteligencia artificial de las cosas ya conocidas o una moda cultural del París de los años sesenta, o tan sólo una etiqueta legitimadora de cierta culturología snob.»7

      J. Kristeva en su comunicación al Círculo Semiótico de París de 1970 diseñó los dos rasgos generales de la Semiótica:

    7. Pretende ser ciencia de las significaciones.

    8. Es la metodología de las ciencias humanas, puesto que considera las prácticas sociohistóricas como sistemas significantes.

      Para Kristeva, la Semiótica es la ciencia que retomando la epistemología de los estoicos y de Platón, la axiomática de Peirce y las teorías de Saussure y confrontándolas con la realidad de los textos y con las descubrimientos filosóficos y matemáticos de nuestra cultura occidental, entabla unas relaciones dialécticas con las muestras más significativas del simbolismo de otras culturas ajenas a la nuestra.

      La Semiótica sería, en una palabra, una ciencia del conocimiento materialista, no dogmática, capaz de dar cuenta del texto y de cómo se engendra el sujeto en la historia.

      Para Carmen Bobes, la Semiótica es una investigación de carácter lógico y axiológico y además es una investigación sobre el lenguaje.8 Aunque casi todos coinciden en que la Semiótica es una investigación sobre el lenguaje, no hay acuerdo sobre su objeto concreto y se oscila desde uno de los niveles del lenguaje (el semántico) hasta la totalidad del lenguaje como uno más entre los sistemas de signos usados por el hombre en sus creaciones culturales (aunque de hecho ha dedicado su atención de manera casi exclusiva al lenguaje humano).

      La mayoría de los investigadores de Semiótica estima que el lenguajePage 46 es un sistema de comunicación, que se sirve de signos y que estos signos están organizados. Al mismo tiempo el lenguaje es para ellos una realidad cultural específica, un hecho humano que tiene su puesto en el conjunto de la obra cultural.

      Nos falta perspectiva histórica todavía para valorar los aciertos y los errores de esta teoría pero entre los primeros podríamos señalar el intento de superar el evolucionismo y el empirismo metodológico, así como el afán por superar la concepción lineal del lenguaje que aparece en los estructura-lismos y el intento de sustituirla por una concepción más global. La sustitución por los conceptos de 'verificabilidad' y 'adecuación' de los principios del empirismo y del evolucionismo parece positiva tratándose de analizar un fenómeno tan complejo como es el lenguaje humano.

      Se les suele achacar como lastre negativo, el materialismo filosófico que invalida la teoría para muchas personas y el afán por una terminológica oscura en la que aparecen a veces términos del marxismo poco adecuados para una investigación lingüística (por ejemplo el hablar de 'trabajo producto o 'consumo').

      Hasta cierto punto, la Semiótica utiliza métodos funcionales mientras analiza los lenguajes naturales, pero parte también de una valoración que la lleva a seleccionar o calificar de adecuados o inadecuados unos usos frente a otros, en razón del criterio de exactitud, que aplica para conseguir una lengua apta para la expresión científica. Pero en su intento de formalizar el lenguaje, la Semiótica se acerca a la Lógica, y, al tratar de señalar una finalidad predominante o única y, en consecuencia, una valoración de la lengua, se aproxima a los problemas axiológicos y deontológicos de la lengua con métodos filosóficos o esenciales. Mientras que la Lingüística trata de describir la lengua como es, y, la Estilística, como es en la creación literaria, la Semiótica intenta buscar un 'deber ser' de lengua, al que puede llegar o bien por depuración del lenguaje ordinario (formalización de una lengua natural) o bien por creación de uno nuevo (creación de lenguajes artificiales).

      Hacia finales de los años setenta se pueden constatar en el panorama de la lingüística contemporánea diversas tentativas para superar el declive de las teorías que hemos analizado (estructuralismos, generativismos, materialismo histórico, neorracionalismos) y para proyectar una denominada 'teoría integrada' (TeSWeST en siglas alemanas cuya traducción española podría ser 'teoría de la estructura del texto y de la estructura del mundo') que facilite un marco adecuado para la investigación científica de los problemas del lenguaje.

      Este marco debería superar los fallos de las teorías que hemos destacado con anterioridad y tener un radio de acción más amplio que abarcara los aspectos lógico-semánticos, sintácticos, lingüísticos, fonológicos, pragmáticos, semióticos, etc., de los discursos del lenguaje humano.Page 47

      Las propiedades metodológicas que cuadrarían a esta teoría serían las siguientes, como más destacadas entre otras muchas:

    9. Partir de textos como unidades básicas de la lengua.

    10. Describir el conocimiento que los hablantes tienen de las convenciones semánticas, sintácticas, pragmáticas, semióticas, etc., necesarias para la emisión y recepción de texto dentro de su propia comunidad.

    11. La meta de la descripción estaría en la representación de esas convenciones mediante un sistema explícito de reglas.

      Los problemas que presenta la construcción de una teoría integrada son enormes y dependen en primer lugar de la enorme complejidad del objeto' de investigación que es de tales dimensiones que su descripción sólo puede ser adecuada si se describen los diferentes aspectos de la relación entre sus-elementos estructurales individuales, cosa que sólo puede ser conseguida por una teoría integrada. Por otra parte la interpretación lógico-semántica requiere un aparato complejo, incluso si la descripción se restringe a algunos. tipos de expresiones de carácter de oración.

      Para la elaboración de esta 'teoría integrada' se puede partir del aparato' teórico ya existente en otras teorías con todas sus limitaciones y tratar de superarlo y modificarlo para obtener la ampliación necesaria requerida por el objeto de investigación o bien se puede seguir un camino contrario: tratar de crear un aparato teórico-metodológico en concordancia con las exigencias del objeto de investigación.

  17. Como desarrollos superadores, por una parte, del estructuralismo generativo, pero no necesariamente desvinculados de éste ni mucho menos opuestos, y, por otra, como enlace con la tradición lingüística y filológica, pero quizá con menos aparato teórico y mayor complejidad metodológica y técnica, tenemos una serie de ciencias como pueden ser la Sociolingüística, la TextoÚngüística y la Sicolingüística que se han consolidado científicamente a partir de los últimos años de la década de los sesenta (entre el 1966 y el 1972, aproximadamente).

    En algunas de estas tres ciencias subyacen teorías neopositivistas y materialistas procedentes de los estructuralismos y marxismos que hemos considerado en el punto anterior.

    Al lado de estas tres ciencias nos encontramos con un enorme desarrollo1 de ciencias paralingüísticas que parecen conducir los estudios lingüísticos al terreno de las ciencias exactas: la Estadística lingüística y la Lingüística1. matemática pueden ser un buen ejemplo de ello.

    También las ciencias de la Información y de la Comunicación, con su avanzada tecnología pisan cada día más de cerca el terreno propio de h Lingüística y analizan con las técnicas de la inteligencia artificial los proce-Page 48 sos de producción y las condiciones de producción de los mensajes lingüísticos.

    La Sociolingüística parte del postulado teórico de que la estructura en sentido vertical de un estado de lengua está en función de la estructura de la sociedad. Así pues, la gama de sociolectos se corresponde con la estratificación de la sociedad.

    Sin demasiado andamiaje teórico ha ido naciendo a empujones y, bastante desasistida en un principio, se ha bifurcado en dos ramas: la Socio-lingüística y la Sociología del lenguaje.

    La Sociolingüística ha recorrido un camino inverso con relación a otras ciencias: ha pasado de ciencia aplicada a ser ciencia teórica. De la investiga--ción llamada de 'campo' a la investigación llamada de 'sillón'.

    Ha centrado su interés, en sus comienzos (década de los sesenta), en el plano de la actuación y ha empleado métodos funcionales para poner en relación unas variables sociales tales como diatopía, niveles generacionales, -ocupación y grupo étnico con unas variantes lingüísticas que ha seleccionado normalmente entre niveles de habla coloquial, de grupos marginados o de etnias minoritarias.

    Ha actuado con unos procedimientos bastante rigurosos en la selección de hablantes, circunstancias y variables, en la recogida de textos y en la identificación de las variables lingüísticas y sus variantes en los textos. Ha prestado mayor atención a los hechos de habla que a los de lengua, y además se ha interesado más por la expresión oral que por la escrita.

    Para el procesamiento de datos y para la interpretación de los resultados lia recurrido a los cálculos de probabilidad, a los modelos estadísticos y a los modelos matemáticos de no ocurrencia.

    El divorcio inicial que presentaba con relación a la lingüística tradicional y a la estructural parece superado al conseguir que la investigación sobre la .actuación se incorpore a la investigación sobre la competencia formando parte de la gramática misma pero pasando por el proceso inverso: de la .gramática individual - a la gramática social -» a la gramática ideal.

    Ocurre que sus métodos y técnicas de trabajo de 'campo' se han centrado sobre problemas de bilingüismo, diglosia, educación compensatoria, etcétera, pero no se han extendido a otros sociolectos de nivel culto.

    Con relación a la Textolingüística podemos observar que no representa una desvinculación tajante con la ciencia crítica literaria en su dimensión tradicional de privilegiada y casi exclusiva disciplina científico-filológica que atendía al texto.

    La enorme densidad del problema de la coherencia del discurso puesta de relieve en el dominio de disciplinas paralelas de la Lingüística (Lógica y Psicología cognitiva) encuentra en la Lingüística textual uno de sus primeros planteamientos en términos metodológicos lingüísticos. Los mecanismos de cohesión y coherencia del discurso se perfilan y fijan a través de un sistema complejo de marcas implícitas y explícitas de cohesión.Page 49

    La Textolingüística tampoco está desconectada totalmente de la Gramática generativa. La proclamación del texto como unidad de discurso más extensa, superior a la 'sentencia', supone la superación evidente del presupuesto básico del generativismo sintáctico y semántico, tanto en su patrón chomskyano como en h. totalidad de los retoques de este planteamiento original. La traslación al dominio textolingüístico de las nociones genera-tivistas de la organización del discurso tales como las de estructura profunda y superficial, macro y microcomponentes textuales, del mismo modo que la concepción de la progresión constructiva e interpretativa del texto como conjunto de transformaciones macro y microtextuales, ha supuesto una iniciativa inteligente, ya que contribuye de manera positiva a la aclaración lingüística de un fenómeno del discurso, el texto, de positiva complejidad.

    La Textolingüística presenta dos tipos de investigaciones: las que analizan los caracteres intrínsecos del texto (prosodia, retórica o estilística y narratología) y las que se interesan más por el contexto en el que se producen y transmiten los textos y cuya relación con la Sodolingüística es más estrecha.

    La Textolingüística se presenta como una teoría integrada de la lengua tanto en la vertiente cognitiva como de teoría de la acción. Parte de que el uso de la lengua no es sólo un acto específico sino una parte integral de la interacción social. Los sistemas de la lengua son sistemas convencionales que no sólo regulan la interacción sino que están integrados por categorías y reglas que se han desarrollado bajo la influencia de la estructura de la interacción en la sociedad.

    En este punto, como decíamos antes, la Textolingüística coincide con la visión de la Sociolingüística: ambas tienen una visión funcional de la lengua tanto como sistema que como producto histórico; visión en la que se acentúa el papel social predominante de la lengua y que actúa como correctivo necesario de la visión psicologista de la lengua (que veremos a continuación) y del uso de la misma, para lo cual nuestra competencia en el hablar es esencialmente un objeto de la Filosofía de la mente.

    Es cierto que nuestro conocimiento de la lengua es un sistema mental complejo, pero este sistema mental, como todos los sistemas convencionales, por una parte se ha formado por las exigencias de la conducta social efectiva y satisfactoria y, por otra, se usa y cambia bajo estas condiciones.

    La Textolingüística es, también, una Pragmática del discurso en tanto en cuanto analiza las relaciones sistemáticas entre estructuras del texto y del contexto e integra metodologías tradicionales hipotético-deductivas y analítico-sintéticas con los avances técnicos de la estadística matemática, la matemática de conjuntos y de la automatización de datos.

    La Psicolingüística es considerada hoy como una disciplina reciente entre las ciencias paralingüísticas, sin embargo, hunde sus raíces en los trabajos de los psicólogos alemanes Wundt y K. Bühler. Ha sido en Estados Unidos hacia los años sesenta donde, con el desarrollo de la Gramática generativa,Page 50 empezó a forjarse una psicología del lenguaje de orientación lingüística, pero ha vuelto también Alemania a tomar las riendas de un campo de estudio que le era familiar y ha emprendido los estudios psicolingüísticos en el marco de un conjunto de problemas más amplio que el que presentaba la Psicolin-güística postgenerativa americana que apenas abordaba los problemas de semántica.

    Objeto de investigación de esta disciplina es el análisis de los procesos que se operan al hablar y escuchar frases o enunciados, es decir, investiga las informaciones que comunican los enunciados y la forma en que el usuario de la lengua elabora esas informaciones, al tiempo que analiza el papel que desempeña el uso del lenguaje en cuanto elemento de interacción social, con lo cual se aproxima a la Sociolingülstica.

    A la larga, su propósito es pragmático puesto que sus investigaciones inciden en el plano de la actuación y pueden ser eficaces para que sepamos cómo escribir textos de un modo más comprensible o para mejorar la enseñanza de la lengua ya que la meta de la didáctica de la lengua no ha de ser sólo que el alumno aprenda determinadas reglas gramaticales y estilísticas, sino que sepa para qué existen, cuál es su función comunicativa y cómo puede relacionarse mediante ellas con los demás.

    Al apropiarse la Sicolingüística las ideas de Chomsky se ha transformado profundamente el modo de emprender el estudio del lenguaje del lado de la Psicología. Antes del año 1957 la Sicolingüística partía de la teoría sico-asociativa según la cual los conceptos y las palabras se van evocando y condicionando unos a otras. La investigación experimental se limitaba a palabras sueltas y empleaba métodos analógicos y contrastivos y, como técnica, el cálcalo de probabilidades. Esta técnica unió a la Sociolingüística con la Teoría de la Información: en ambos casos se trataba de medir la probabilidad de sucesos potenciales y de considerar el acontecer lingüístico como un proceso que se desarrolla según unas leyes de probabilidad. En ese proceso el estado actual es asumido del pasado y el futuro del presente, lo que se denominaba procesos de Markoff.

    Gracias al postulado chomskyano de que el hombre no tiene que aprender y retener frases hechas sino reglas mediante las cuales puede dar forma a su pensamiento se pudo superar el postulado sícoasociativo y la Psicolin-güística posterior al 1957 volvió sus ojos hacia las teorías que estudian los mecanismos reguladores de los procesos lingüísticos y a los análisis de la sicología del enunciado (no de la palabra) con lo cual el giro ha sido de muchos grados en esta disciplina. Si bien las teorías de Chomky no siempre han prestado a los sicolingüistas el servicio esperado y por eso, a veces, han tenido que proceder a una reconversión sicológica del modelo chomskyano.

    Lo mismo que en el caso que hemos considerado antes de la Sociología del lenguaje, hay, también, una Sicología del lenguaje que analiza los pro-Page 51 blemas desde el lado de la Sicología con preferencia a los aspectos lingüísticos.

    Otro enfoque, que complementa al de Chomsky en la medida que hace hincapié en la pragmática y en la función comunicativa del lenguaje, es el de los filósofos del lenguaje posteriores a los años sesenta (Searle, Austin y Grice) que consideran el estudio del lenguaje como parte integrante de una teoría general de la acción. Para ellos hablar no es otra cosa que participar en una forma de conducta gobernada por reglas y la unidad mínima que interviene en estas reglas es el 'acto de habla', puesto que 'hablar' es siempre 'realizar'.

    El intento de estos filósofos es el de proporcionar descripciones filosóficamente iluminadoras de ciertas características generales del lenguaje, tales como que la referencia, la verdad, el significado y la necesidad y sus métodos de investigación son empíricos y racionales más que apriorísticos y especulativos, de aquí que, aunque su interés primordial no sean los lenguajes naturales, se vean forzados a prestar atención estricta a los lenguajes naturales.

    La hipótesis de que el 'acto de habla' es la unidad básica de la comunicación, tomada juntamente con el principio de la expresabilídad, sugiere que existe una serie de conexiones analíticas entré la noción de 'actos de habla', lo que el hablante quiere decir, lo que la oración emitida significa, lo que el hablante intenta, lo que el oyente comprende y lo que son las reglas que gobiernan los elementos lingüísticos.

  18. Entre las ciencias aplicadas que han extendido su radio de investigación al campo del lenguaje nos encontramos con la Lingüística matemática y con la Estadística matemática.

    La primera inicia sus esfuerzos por someter el lenguaje a la lógica matemática a mediados de siglo y su acceso a este campo de estudio fue posible gracias a los esfuerzos llevados a cabo por la lingüística estructural con el fin de liberar el estudio del lenguaje de muchos aspectos y conceptos no susceptibles de hacerse operativos y también a las propiedades combinatorias del lenguaje que aproximan su estructura a una estructura matemática. La aplicación de modelos matemáticos a la Lingüística halla un amplio campo de aplicación especialmente dentro del dominio sintáctico.

    Ocurre que la terminología específica usada en Lingüística matemática es compleja y heterogénea: no sólo se manejan términos procedentes de la matemática y de la teoría de la computación, sino que también la mayoría de los términos lingüísticos que se usan, por pertenecer a los enfoques lingüísticos más modernos, no están muy bien determinados.

    Los lógicos matemáticos tradicionalmente se han venido interesando en las relaciones entre los operadores lógicos y sus contrapartidas en los lenguajes naturales y también en cuestiones más profundas de significado y referencia.Page 52

    Cuando se han llegado a formalizar más las teorías matemáticas han adquirido la forma siguiente: se define un conjunto de axiomas y unas reglas de inferencia permiten la deducción puramente formal (es decir, mecánica) de teoremas a partir de los axiomas. Los teoremas son considerados como las oraciones de un lenguaje y el conjunto de axiomas, con las reglas de inferencia, como su gramática. Los lógicos matemáticos estiman que reglas bien definidas asocian las formas del lenguaje con sus significados y han llevado hasta sus últimas consecuencias este postulado, con lo cual se ha producido una introducción de útiles matemáticos en la lingüística post-generativa.

    Para llegar a una etapa en la que los subcampos de la matemática les resultaran significativos, los lingüistas, norteamericanos primero y después los de algunos países europeos, tuvieron que modificar su actitud hacia el lenguaje y famiÉarkarse con las propiedades combinatorias de los elementos lingüísticos, con los sistemas algebraicos y formales y con el manejo de las máquinas automáticas, lo que ha permitido revelar muchas operaciones que se producen dentro de ks palabras y las oraciones y que pasaron desapercibidas a los lingüistas y a los hablantes de las lenguas naturales.

    Al mismo tiempo, se ha roto el muro de incomprensión tradicional que separaba las ciencias humanas de las ciencias exactas y se ha introducido una noción nueva para los lingüistas: la noción de 'eficacia'. .

    En España la situación en este aspecto no es la misma ya que, en primer lugar, no se ha producido la constante renovación de principios generales ni de instrumental de trabajo que se ha producido en otros países; en segundo lugar, no se han comenzado estudios serios sobre Lingüística automática ni sobre Estadística lingüística, ni existen equipos intetdisciplinarios equilibrados, ni las Instituciones han fomentado la creación de Centros de Investigación de este tipo.

    A la par que los modelos matemáticos se han ido aplicando cada vez más en la lingüística postgenerativa, va cobrando creciente importancia la Estadística lingüística. Esta ciencia opera sólo sobre datos numéricos y sobre material cuantificado previamente, lo que supone que el material sometido a estudio por ella debe tener caracteres cuantificables, algunos de los cuales se estima oportuno aislar y someter a operaciones estadísticas. La labor del estadístico comienza después de la elección y del recuento de datos numéricos. La elección y la definición de los caracteres así como su medida o su identificación pertenecen al especialista en concurrencia con la lingüista o con el filólogo.

    El trabajo de la Estadística lingüística ha sido muy eficaz colaborador en el terreno de la Sociolingüística y de la Lexicometría y se espera eficacia en otros campos.

    La formalización, la cuantificación, la estadística y los modelos lógicos algebraicos o matemáticos fueron introducidos en la Lingüística mucho antes de que se hablara de automatización. Sin embargo ha sido la automati-Page 53 zación la que ha contribuido a divulgarlos y a profundizar en ellos, dándoles una técnica a la vez de aplicación y de investigación. Sin confundirse exclusivamente ni totalmente con ninguna de las corrientes arriba mencionadas, la automatización ha permitido a todas ejercitarse plenamente y comprobarse a sí mismas.

    La expresión 'Lingüística automática' empleada a la par que 'Traducción automática' y 'Documentación automática' puede dar lugar a confusión. Si la Lingüística puede recurrir y, de hecho, ha recurrido a un cierto número de procedimientos parcial o totalmente automáticos, es evidente que no por ello la investigación lingüística es automática. Queda todavía mucho camino por andar en este terreno: queda por establecer la definición de lo que se busca, el concepto y la elaboración de los procedimientos en sí, así como también su interpretación.

    Existe ya una literatura muy abundante especializada en el proceso de datos pero el lingüista la desconoce casi siempre, le es difícil abordarla por su carácter técnico y raras veces, por otra parte, está escrita por y para lingüistas. Además, de todos los graduados universitarios, los menos preparados para afrontar la automatización son los de las facultades de Letras y, por otra parte, el lingüista es reacio a que el lenguaje humano sea observado desde una máquina y al tiempo es más insensible que otros científicos a las nociones de eficacia, celeridad y método. No obstante, están viendo con bastante impasibilidad cómo la Fonética y la Semántica se les están yendo, cada-vez más, de las manos y que la automatización de las investigaciones en estos sectores incrementa su aislamiento.

    El ordenador, instrumento de aplicación, de verificación, de información y de creación, ha convertido la Lingüística automática en puente de paso de múltiples disciplinas y ha contribuido a liberar a la Lingüística de las trabas de una tradición humanística al introducirla en el mundo llamado de las ciencias exactas.

    La síntesis tan simplificadora que hemos hecho de las teorías, metodologías y técnicas que han dominado a lo largo del siglo en que vivimos ha dejado fuera muchas cosas importantes en este aspecto pero nos permite llegar a algunas conclusiones que creo pueden ser importantes para aplicar al estudio del lenguaje administrativo:

  19. Que es posible, al menos teóricamente, evitar la contaminación conceptual y terminológica de los tres términos: teoría, método y técnica.

  20. Que en el período transcurrido de este siglo dominan tres teorías importantes: racionalismo, estructuralismo y materialismo histórico que se extienden por diversas ciencias lingüísticas bajo el nombre de Gramática, Fonética, Fonología, Semántica, Lingüística, Lexicología, etc. y que se presentan ya como decantadas.

  21. Que en esas teorías se encuentran aciertos y logros consolidados yPage 54 fallos que se han ido superando y corrigiendo a medida que se han observado, y que se camina hacia una 'teoría integrada.

  22. Esas teorías y ciencias arrastran metodologías y técnicas muy dispares que van desde la exigencia de métodos inmanentes exclusivos para la Lingüística hasta la relatividad más absoluta en materia metodológica. Desde el empleo de técnicas propias de las ciencias exactas a las de la cibernética.

  23. El concepto de lengua como mero sistema de signos que domina en la Lingüística hasta los años sesenta ha sido superado por el postgenerati-vismo, pero pagando el precio de la introducción en el seno mismo de la teoría lingüística de las dos nociones que había intentado dejar aparte en la primera mitad de siglo: el sujeto hablante y la sociedad con la que se relaciona.

  24. Que a partir de la década de los sesenta comienza el período que solemos llamar postgenerativismo caracterizado por la aparición de ciencias que podríamos llamar paralingüísticas y de ciencias aplicadas a la Lingüística. Entre las primeras la Sociolingüística, la Sicolíngüística, la Textolingüís-tica y la Filosofía del lenguaje; entre las segundas la Lingüística matemática y la Estadística lingüística así como la Lingüística automática.

  25. Que estas ciencias postgenerativas tienen una mayor preocupación por las cuestiones de técnica que debe aplicarse al análisis del lenguaje que por los aspectos teóricos y por los apriori tradicionales de la Lingüística.

  26. Que la automatización introducida en la investigación lingüística ha convertido a esta ciencia en puente de paso de múltiples disciplinas y ha contribuido a liberarla de las trabas de la tradición humanística para introducirla en el mundo de las ciencias exactas.

  27. Por lo que respecta a España hemos visto la absoluta indiferencia, cuando no desprecio, que se constata por los avances en la investigación de la Lingüística matemática y automática y la desconfianza que se aprecia hacia todo instrumento susceptible de sustituir a la observación humana o de complementarla.

  28. Que nos encontrarnos en una verdadera encrucijada de posibilidades.

    Vamos a ver en el último apartado cómo podemos aplicar lo dicho anteriormente al estudio del lenguaje administrativo.Page 55

IV Algunas sugerencias para la aplicación de estas metodologías lingüísticas al estudio del lenguaje administrativo
  1. Observado en el punto anterior el desarrollo de metodologías y técnicas en las ciencias lingüísticas, paralingüísticas y en las ciencias aplicadas a la Lingüística nos queda por plantear la cuestión principal: ¿Cómo hacer llegar estas nuevas metodologías lingüísticas, especialmente las que constatamos a partir de la década de los sesenta, al estudio del lenguaje administrativo?

    Nos parece que la aplicación práctica al estudio del lenguaje administrativo de las nuevas metodologías lingüísticas depende de los siguientes factores:

    1. Del tipo de problemas del lenguaje administrativo que deba ser afrontado.

    2. De la perspectiva teórica del investigador.

    3. Del material lingüístico objeto de estudio y de los niveles lingüísticos que se elijan dentro de este material.

    4. Del carácter teórico y práctico que se desee imprimir al estudio.

    5. De los medios materiales con los que se cuente para la investigación.

    6. Queda en último lugar el problema de la metodología de la enseñanza de este registro de lengua.

    Vamos a analizar punto por punto cada uno de estos factores, no para pontificar sobre los métodos a emplear de manera radical sino solamente para sugerir algunas posibilidades.

  2. Al lenguaje administrativo le quedan muchas cuestiones pendientes de estudio, que podríamos agrupar en cuatro apartados.

    A) Cuestiones ontológicas

    1. Está por analizar la diatopía del sistema; es decir, nos faltan por conocer muchas vanantes parciales de este diasistema. Como intentos afortunados en este sentido podríamos citar los del señor Torrent en las segundas Jornadas de esta Escola cuando analizó los problemas lingüísticos del lenguaje parlamentario y también las conferencias presentadas al segundo Ciclo de Lenguaje y Administración de Madrid sobre el lenguaje administrativo de los formularios del señor Martínez Bargueño, el análisis del lenguaje tributario del señor Sánchez Blanco y la muy brillante conferencia sobre el lenguaje de la informática en la administración.

      II, Queda por analizar en profundidad la cuestión de límites que, pro-Page 56 bablemente, no podrá ser establecida mientras no conozcamos a fondo la cuestión de la diatopía del sistema.

    2. Habrá que puntualizar más en las diferencias entre lo administrativo, lo jurídico y lo jurisdiccional que muchas veces son términos que se emplean indistintamente para conceptos diferentes.

    3. No hemos visto tampoco lo diferencial de este tecnolecto frente a otros registros de los que se suele separar y con los que, a veces, se roza. Me refiero a la cuestión pendiente de las diferencias del lenguaje administrativo con relación al lenguaje literario y al lenguaje periodístico o de otros medios de comunicación. Decimos esto porque con mucha frecuencia se dice que el estilo administrativo no debe tener nada que ver con el lenguaje literario y sin embargo la realidad nos dice que existen muchas pretensiones literarias, a veces muy camufladas, en los estilos barrocos y floridos de algunos juristas. Y por otra parte, cierto tipo de prensa y anuncios de la administración se aproximan a los eslogans publicitarios de la prensa ordinaria.

    4. Apenas conocemos nada del lenguaje administrativo oral. Para la investigación de estas formas de expresión habrá que recurrir a lo que en Sociolingüística se llama la investigación de 'campo'. Y no sabemos si es factible y la Administración lo permitirá.

      Estas son algunas de las cuestiones ontológicas, es decir, que responden a la pregunta ¿qué es el lenguaje administrativo?, aún pendientes de contestación. Quedan otras muchas.

      La metodología que podría emplearse para el análisis de estos problemas ontológicos podría ser la que hemos señalado como propia de la Sociolingüística, de la Textolingüístka y también para la definición y caracterización de los subsistemas podría recurrirse a la metodología estructural.

      B) Cuestiones deoníológicas

      No se han planteado tampoco de forma objetiva y científica las cuestiones deontológicas del lenguaje administrativo. Cómo debe ser el lenguaje administrativo y su grado de perfectibilidad es cuestión que tampoco está estudiada con rigor, pese a que Duarte y yo misma nos hemos planteado el problema de la viabilidad de una modernización del lenguaje de la Administración no hemos entrado a fondo sobre cuatro puntos que subyacen a esta cuestión:

      - ¿Es perfectible el lenguaje administrativo?

      - ¿En qué es perfectible?

      - ¿Hasta dónele se desea llegar en cuestión de perfectibilidad?

      - ¿Con qué medios se cuenta para lograr su mejora?

      A la primera de estas cuestiones de si es perfectible el lenguaje de laPage 57 administración creemos poder asegurar desde la perspectiva lingüística que, como cualquier otro código, es convencional y arbitrario y por ende susceptible de variación en el espacio y en el tiempo. Pero nos parece que no opinan igual desde la perspectiva jurídica a juzgar por lo que venimos oyendo desde hace algún tiempo en conferencias de juristas.

      A la segunda interrogación de ¿en qué es perfectible? podemos decir que se puede buscar la perfección del sistema mismo (es decir, su sintaxis, su morfología y su léxico), o bien que se puede buscar sólo una perfección superficial de normalización y buen uso; también se podría buscar una perfección de las estructuras profundas que llegara a analizar su coherencia y cohesión interna, su exactitud y veracidad, su economía verbal, sus entro-pías y sus isotopías semánticas, sus fraudes lingüísticos o sus silencios antidemocráticos; podría buscarse una perfectibilidad en sus ragos de estilo porque, a veces, se le exige algo sin saber bien lo que se le pide; por ejemplo, en el caso de la tan traída y llevada cuestión de la claridad; hay muchas clases de claridad: la de la evidencia, la claridad del arte, de la ciencia, la claridad en la estructura superficial y la claridad en las estructuras profundas. ¿Cuál debe de ser y qué condiciones debe reunir la claridad administrativa? Es una cuestión pendiente de estudio, porque no podemos caer en la ingenuidad de decir como Rivarol «lo que no es claro no es administrativo». Ni tampoco nos parece que debamos decir lo que afirmaba un jurista que: «la claridad perjudica la seguridad».

      A la tercera pregunta: ¿hasta dónde se desea llegar en materia de perfeccionamiento de este código?, es cuestión que escapa a nuestras posibilidades decisorias y que deben plantearse las administraciones españolas, o, tal vez, ya se lo han planteado. Desde la vertiente lingüística hay una larga serie de afinados métodos y técnicas para conseguirlo, algunos de los cuales hemos sintetizado en puntos anteriores. Quizá no basta con conformarse con lo que hacen Francia o los Estados Unidos, ya que cada lengua tiene su personalidad y exigencias administrativas diferentes.

      En último lugar, la cuestión de medios para perfeccionar un código nos parece bastante delicada porque, si bien es verdad que no siempre es necesario el derroche económico para lograr resultados eficaces, también es cierto que sin la existencia de unos mínimos no se puede trabajar. Y, por ahora, falta un mínimo de centros de investigación con equipos integrados que lleven a cabo una investigación eficaz, permanente y operativa.

      Si se admite que el lenguaje administrativo es perfectible, habrá que considerar los aspectos deficitarios de los diferentes subcódigos. Tarea que nos parece larga y poco fácil, especialmente si hay que trabajar con escasez suma de medios y en solitario.

      Pero pudiera suceder, como ya hemos dicho antes, que haya quien no-admita la perfectibilidad de este registro y que considere que no se deba tocar. Es una opinión también respetable.

      Quizá para resolver los problemas deónticos pudieran utilizarse losPage 58 métodos y las técnicas de las semióticas, especialmente de la Semiótica deóntica, y de las semánticas estructurales.

      C) Cuestiones axiológicas

      Tampoco se han estudiado los problemas que responden a la cuestión ¿para qué sirve este lenguaje?, es decir, apenas conocemos los aspectos funcionales, pragmáticos y contextúales del lenguaje de la Administración.

      Desconocemos la complejidad de este código y su rendimiento funcional. No sabemos cómo cumple las funciones inmanentes y transcendentes -que cumple cualquier lenguaje y en qué medida debe cumplirlas.

      En cuanto a su aspecto pragmático ignoramos las relaciones sujeto hablante -código- sujeto receptor y tampoco sabemos cómo se realizan los procesos de competencia y actuación.

      Ignoramos las relaciones de este código con el contexto sociocultural y no están estudiados los aspectos protocolarios, ejecutivos, constatativos, imperativos y descriptivos de este lenguaje ni sus formas informales o solemnes.

      Para este tipo de problemas los métodos de la Teoría de la Comunicación y de la Información, así como de la Filosofía del lenguaje y de la Psicolingüística podrían ser de utilidad.

      D) Cuestiones epistemológicas

      Al lenguaje administrativo le quedan todos los problemas metodológicos y epistemológicos por resolver. Nosotras sólo hemos intentado sugerirlos.

      No estamos muy seguras acerca de la conveniencia de emplear una metodología ecléctica y diferente para las distintas cuestiones del lenguaje administrativo o si será preferible buscar un método inmanente y exclusivo para este registro. Es evidente que cuando decimos 'metodología ecléctica' no queremos decir que sea una metodología incoherente o inconsecuente. Tampoco estamos muy seguras de que se puedan aplicar por ahora al estudio de este lenguaje técnicas de la lingüística matemática o de la lingüística automática, al menos, a juzgar por los medios con que contamos algunas personas que trabajamos con alguna constancia en estas cuestiones.

      Queda el problema de la metodología de la enseñanza de este registro a nivel de Escuelas de Administración Pública y de otros grados de enseñanza. ¿Se podrán corregir los fallos que presenta el divorcio general entre metodología de la investigación y de la enseñanza con el tiempo, o al menos en las Escuelas de Administración Pública? Es penoso constatar que de las Facultades de Letras salen graduados incapaces de redactar un acta, un oficio o una convocatoria; supenemos que esto se agravará en el caso de los .graduados de las Facultades de Ciencias o de las Escuelas Tecnológicas.

      Nos tememos bastante que la radical separación de los estamentos de la enseñanza, a la que cada vez más apunta la política educativa de estePage 59 país, ahonde la sima existente entre la Universidad y Ja Investigación y la docencia en el resto de los niveles educativos, con lo cual, en lugar de corregirse la diferencia entre metodología de la investigación y metodología de la enseñanza de las lenguas se agravará, sin duda, el problema.

      Como ya apuntábamos en el punto segundo de nuestro trabajo, el vacío más absoluto en cuestiones de metodología y epistemología lingüística nos sale al paso. Estimamos que habrá que ir evaluando poco a poco los métodos que se van empleando y que habrá que decidirse por aquellos que se presenten como más eficaces y de mayor rendimiento.

  3. La perspectiva teórica del investigador y del docente no cabe duda que arrastrará hacia metodologías y técnicas en consonancia con ella. Es evidente que una concepción racionalista del lenguaje no puede conducir al empleo del mismo método y de las mismas técnicas que una concepción es-tructuralista o materialista. Para los primeros los métodos y las técnicas prescriptivas serán prioritarios mientras que, para los segundos, la descripción del uso, la sincronía y los métodos analíticos serán imprescindibles y el tercer grupo estimará la dialéctica marxista como metodología insustituible.

  4. La metodología y las técnicas pueden depender también del corpus lingüístico que se seleccione como material de trabajo. No se puede trabajar igual con un corpus escrito que con uno oral, ni con corpus extenso que con uno breve, ni con un tipo de documentos de trámite que con un corpus legislativo. También dependerá la metodología de los niveles lingüísticos con los que se trabaje: no se puede trabajar de la misma forma con el léxico que con la sintaxis, ni se trabajará igual en la superficie del sistema que en las estructuras profundas; ni se trabajará igual al analizar el contexto que si se considera sólo el sistema.

  5. El propósito teórico o práctico que se imprima al estudio o a la docencia podrá influir también decisivamente en la elección de un método u otro. Quizá también el destinatario: no es igual el método de trabajo para la divulgación que para la investigación pura. Lo que sí nos parece seguro es que no podemos estancarnos sólo en las cuestiones prácticas y limitarnos a decir que la investigación teórica retrasa la aplicación práctica porque, en fin de cuentas, mientras la investigación teórica no resuelva satisfactoriamente las cuestiones de estudio que tiene pendientes este lenguaje, será difícil que las cuestiones prácticas puedan resolverse por sí solas y de forma apriorística.Page 60

  6. Como ya hemos señalado antes, la metodología dependerá también de los medios materiales con que se cuente para la investigación y la docencia. Como en este país nuestro los medios materiales y económicos suelen ser muy escasos, mal repartidos y peor aprovechados (salvo honrosas excepciones) resulta que casi siempre llevamos remora con relación a otras latitudes. Como ya decíamos en apartados anteriores será muy difícil que en estos registros administrativos se pueda avanzar en la investigación y aplicar el último grito en técnicas automáticas cuando no existen centros de investigación integral con especialistas que puedan trabajar en equipo. No hay nada parecido al Instituto Tecnológico de Massachusetts ni al ceta francés de Grenoble, ni podemos esperar a corto plazo que exista nada similar en nuestro país. De ahí que debamos ser realistas y ajustamos a las modestas posibilidades con que contamos. Por otra parte no debemos olvidar la desconfianza de muchos lingüistas hacia ciertas metodologías de la Lingüística que la aproximan a las ciencias exactas o cibernéticas.

  7. En cuanto a la forma de superar el divorcio entre metodología de la enseñanza y metodología de la investigación nos parece que se requiere una buena dosis de humildad del lado de la investigación y un gran afán de superación del lado de la docencia; ambas cosas muy difíciles de lograr por el momento.

    Recordar también lo que ya es sabido: que los planes de estudio de las enseñanzas medias apenas prestan atención a los problemas de estratificación y que en las Facultades de Letras españolas, exceptuado el lenguaje literario, los estudios de estratificación siguen muy anclados en las pautas metodológicas de la dialectología tradicional. Por lo que respecta a las Facultades de Derecho, insistir una vez más en lo que hemos repetido ya muchas: es pena que estas facultades jurídicas dejen a sus alumnos con el nivel lingüístico de COU.

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Comunicaciones y ponencias presentadas al congreso de la Sociedad Española de Lingüística celebrado en Madrid del 9 al 11 de diciembre de 1976 y publicadas en la Revista de Lingüística Española del año siguiente, entre ellas señalamos:

Problemas y perspectivas metodológicas de una lingüística postgenerativa

de Víctor Sánchez de Zavala.

Sociolingüística: nuevos enfoques metodológicos

de H. López Morales. «Metodología estructural y funcional en lingüística» de E. Alarcos Llorach. «Metodología diatópica y Sociolingüística» de F. Gimeno Menéndez.

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[1] Pueden consultarse entre otras muchas: SzEMERÉNYI, Oswald: Direcciones de la Lingüística moderna. Versión española de Celestino Valladares. Gredos, Madrid 1986; Malmberg, Bertil: Análisis del lenguaje en el siglo XX. Versión española de Segundo Álvarez, Gredos, Madrid 1986.

[2] Una excepción a lo dicho podría ser: Polo, José: Epistemología del Lenguaje e Historia de la Lingüística (Momentos de su desarrollo en el ámbito hispanohablante), Gredos, Madrid 1986. También los trabajos del grupo trances Equipe Episteme: Inven-taire Bibltographique des méthodes d'analyse des langages ttaturels dans la perspective de l'injormatique documentare. Coordinado por José Vidal Beneyto y Cécile Rougier. Marseille 1974.

[3] Obra citada, pág, 56.

[4] Algunas de las ponencias presentadas a este congreso están recogidas en el volumen: «Metodología y Gramática generativa» de F. Abad y varios. SEGEL, Madrid 1979.

[5] Por 'operación' debe entendecse aquí la descripción que cumple todas las condiciones de dentificidad.

[6] Aunque incluimos al generativismo entre los estructuralismos, sabemos bien que la gramática generativa altera sustancialmente los presupuestos científicos del inmanen-tismo estructuralista que le precede en Estados Unidos y sustituye el ideal taxonómico inmanentista por el procedimiento de investigación con modelos hipotéticos. Sus métodos son deductivos y parten del principio de que los datos de la experiencia no son, en ningún modo, garantía de cualquier hipótesis general que pretenda dar cuenta de su funcionamiento mediante leyes inducidas de su observación. Con todo, algunos postulados del generativismo chomskiano podrían ser aceptados y firmados por muchos estructuralistas, su punto de partida es el estructuralismo americano (al que supera, desde luego), y sus «Estructuras sintácticas» (1957) introducen un ahondamiento en la médula misma de la clarificación estructural del lenguaje. La razón fundamental por la que nosotras no dedicamos un apartado exclusivo a las teorías de Chomsky es porque sus postulados fundamentales, como son los de las dos -estructuras (superficial y profunda), la obligatoriedad de las transformaciones, los aspectos semánticas, la optatividad, los mecanismos léxicos, etc., han estado sometidos .a! cambio y al retoque permanente y necesario, ya que no se concibieron como reflexiones a posteriori de hechos lingüísticos de evidencia inmediata. Además, la segunda etapa del análisis chomskyano, relativa a la aplicación de sus principios a la descripción de los hechos de lengua y de lenguas concretas, sólo se ha realizado en parte y en aspectos concretos y puntuales por lo que respecta al español. .De otro lado, al anteponer las teorías chomskyanas a la descripción de hechos de lengua una voluminosa y, a veces, muy abstracta reflexión metalingüística, ha hecho que, en ocasiones, se desvanezca el andamiaje hipotético y naufraguen sus principios; pero, aún -con todos estos inconvenientes, hay que reconocer que el generativismo ha proporcionado a las investigaciones realizadas por la lingüística contemporánea sobre lenguas naturales un mayor rigor y un acercamiento a las investigaciones de las Ciencias Exactas. Lo más consolidado de la teoría chomskyana ha pasado a integrarse en otras dis--ciplinas como la Textolingüística, la Sociolingüística, la Sicolingüística, etc., y de ello, tal vez, podamos beneficiarnos en el estudio del lenguaje administrativo de una manera .más eficaz y práctica.

[7] Jorge Lozano, Cristina Peña Marín y Gonzalo Abril: Análisis del discurso (Hacia una semiótica de la interacción textual). Cátedra, Madrid 1982.

[8] Carmen Bobes: «La semiótica como teoría Lingüística». Gredos, Madrid 1973.

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