Los orígenes de la mercantilidad de bilbao y la evolución de sus ordenanzas de comercio (con motivo del 700 aniversario de la Fundación de Bilbao)

AutorJavier Divar Garteizaurrecoa
CargoCatedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Deusto

En la Baja Edad Media el asentamiento político y el consiguiente aseguramiento de caminos y ciudades, permitió un desarrollo del comercio en Europa, aletargado desde la caída del Imperio Romano. Ese esplendor mercantil producido entre los siglos XII a XV, tiene como centros fundamentales a las Repúblicas del Norte de Italia (Pisa, Florencia, Venecia y Génova, fundamentalmente), las Ciudades Hanseáticas (capitaneadas originalmente por Lübeck, en la baja Alemania, e incorporando, entre las más destacadas, a Nowgorod, en Rusia, a Bergen, en Noruega, a Brujas, en los Países Bajos, y a Londres, que fue conocida, por su principal tráfico, como 'la corte del acero'), Marsella (que competía entonces con los puertos italianos, hasta que Génova impuso su supremacía) y Barcelona, cuya marina mercante compitió también con las de las Repúblicas italianas hasta finales del siglo XV.

  1. - Los orígenes medievales

    La normativa comercial aplicada a los negocios durante esta época estaba basada en todo el Continente por el Código justinianeo (libros IV, VI y XI), el Digesto o Pandectas (libros IV, XIV, XXII y XLIV), las Basílicas (libro LIII) y las Constituciones del Emperador León (LVI, LVII, LXIV, CII y CIII), como textos fundamentales. Pero las aplicaciones judiciales del Derecho perdieron paulatinamente en la Edad Media la practicidad que había sido la nota determinante del genio jurídico romano (pretores de los mercados y 'peregrinos' o de los caminos o vías para los negocios de las mercancías en tránsito). En vez de considerarse la norma jurídica sencillamente como regla para la resolución de los conflictos de interés, la influencia del proceso inquisitivo canónico buscaba la 'verdad', la justicia como ente moral.

    Los comerciantes o mercaderes (menospreciados además como gentes de oficio vil, materialista y usurero), refugiados en sus uniones o ligas, comenzaron a solucionar entre sí ('hombres buenos' o árbitros) sus conflictos. De ello a establecer una doctrina de fallos esenciales y a ordenarlos en recopilaciones sólo hubo un paso.

    La mejora paulatina de tales 'ordenaciones' fue dando lugar, con naturalidad, a las posteriores Ordenanzas Mercantiles, auténtico Derecho de clase antecedente de los Códigos de Comercio y de la Legislación Mercantil moderna (Tabla Amalfitana y Capitulare Nauticum, en Italia, los Estatutos Hanseáticos de Lübeck, Hamburgo y Bremen, los de Marsella, Arlés y Montepellier, en Francia, destacandose también en ella las maritimistas Rooles de Olerón (reglas muy completas para su tiempo, como también lo debieron ser, en los mares del Norte, las llamadas Leyes de Wisbuy, así como los Estatutos ingleses del s. XIII, 'Mercants...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR