In memoriam Ernesto Pedraz Penalva (1945-2014)

AutorMar Jimeno Bulnes
CargoCatedrática de Derecho Procesal. Universidad de Burgos
Páginas15-21

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Es la redacción de estas líneas el encargo más arduo que pueda recibirse a lo largo de cualquier carrera académica y para todo discípulo, sin duda mucho más difícil que cualquier trabajo de investigación. Se une ahora la gran trayectoria universitaria, investigadora, docente y humana del profesor Pedraz Penalva, cuyo recuerdo tiene aquí lugar junto a la gran tristeza que causa el hecho de escribir una nota necrológica y para mí de modo particular esta. El profesor Pedraz Penalva falleció en su casa el pasado sábado 29 de marzo de 2014 después de atravesar una larga y penosa enfermedad -aun sin perder en ningún momento su ánimo y humor- dejando a todos sus discípulos consternados.

El profesor Pedraz Penalva (y no Peñalva, como él se ocupaba en muchos casos de rectifi car) fue mi profesor de las asignaturas de Derecho Procesal I y Derecho Procesal II impartidas en 4º y 5º cursos de la Licenciatura de Derecho bajo el Plan de 1953, todavía y durante aun bastante tiempo vigente en la Universidad de Valladolid; recuerdo especialmente sus clases en el primer año pues durante el segundo no pudo ocuparse en su totalidad del curso con motivo de su preparación entonces de las oposiciones a cátedra. El profesor Pedraz -he de advertir no le gustaba en demasía el término «maestro», al menos para él aplicado- impuso un nuevo modelo en la enseñanza, no sólo en relación a los contenidos de la asignatura sino también a la metodología, hoy tan en boga con el auge del proceso de Bolonia por la que todas las universidades pasamos (y sufrimos). Conservo aún la imagen gráfi ca de verlo en alguna ocasión compartiendo «banquillo» con nosotros o bien acercándose a las gradas del aula

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Vázquez de Menchaca emulando el más puro método socrático anglosajón al tiempo que mantenía la discusión dialéctica con nosotros, su humilde y, aún en bastantes ocasiones, sorprendido alumnado.

Nacido el 5 de abril de 1945 -un día antes que yo como él bromeaba- en Salamanca nunca perdió su condición de salmantino «de pro» a pesar de los numerosos años que llevaba ya entonces viviendo en Valladolid; prueba de ello y con carácter anecdótico eran los gemelos charros que adornaban su camisa en no pocas ocasiones y que mostraba con orgullo. Inició su carrera académica en la Universidad de Salamanca accediendo a la condición de Profesor Ayudante en 1 de octubre de 1968, universidad en la que ocupó diversos puestos docentes hasta adquirir la entonces adjuntía por oposición en calidad de profesor numerario el 1 de agosto de 1975. Tras una breve comisión de servicios accedió a la condición de Profesor Adjunto numerario de Derecho Procesal en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid el 17 de junio de 1977, universidad cuya Cátedra de Derecho Procesal ocupó desde la fecha de 25 de abril de 1986 y permaneciendo en activo en la misma hasta su muerte.

Fue siempre un hombre renacentista en el más amplio sentido de la palabra, por cuanto aunaba junto a sus ingentes conocimientos de Derecho Procesal en particular y Derecho en general, un vasto conocimiento de historia y política que su mayor reflejo se expone en aquella obra bibliográfica relacionada con el estudio de la jurisdicción como elemento del «viejo trípode procesal»; sin duda ha creado escuela su teoría sobre la «potestad» y no «poder» jurisdiccional conocida y reconocida in extenso en este y otros países como muchos nos hemos ocupado en trasladar. Decía él en alguna ocasión que siendo el objeto de su tesis doctoral otra importante temática procesal como era, creo acertar, la prueba...

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