Mediación en contextos de educación superior y de investigación

AutorCarlos María Alcover de la Hera
Cargo del AutorUniversidad Rey Juan Carlos
Páginas233-248

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1. Introducción

En la literatura reciente sobre mediación se destaca la necesidad cada vez mayor de considerar las características de la cultura social de la organización y del contexto donde se lleva a cabo, puesto que van a condicionar los estilos estratégicos que los mediadores utilizan en su trabajo, así como las modalidades de mediación para su adaptación a dichas características. Todo ello pone de manifiesto la importancia de utilizar enfoques contingentes de mediación caracterizados por su flexibilidad y su capacidad de adaptación a las particularidades de cada intervención2.

Este capítulo tiene como objetivo presentar un modelo de intervenciones en mediación para la resolución de conflictos en contextos de educación superior e investigación3. Su principal característica se resume en la necesidad de contextualizar tanto el conflicto en sí mismo como el procedimiento utilizado en su resolución; o dicho de otro modo, en la convicción de que la modalidad empleada en la resolución del conflicto ha de ser contingente respecto a sus particularidades (tipo e importancia del conflicto, características de las partes, tipo de relaciones entre ellas, roles que desempeñan, tiempo del que se dispone para resolverlo, posibilidades de utilizar procedimientos alternativos para su resolución, etcétera)4.

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A partir de la segunda mitad del siglo XX, y especialmente en sus dos últimas décadas, los mecanismos internos de solución de conflictos han cobrado una gran importancia en todo tipo de organizaciones: Entidades financieras, sistemas sanitarios, prisiones, universidades, grandes empresas e instituciones5. Con ellos se persigue que las partes implicadas en un conflicto, una reclamación u otros tipos de disputas participen directamente en su resolución y tengan la oportunidad de expresar y utilizar su voz6 para cambiar situaciones, reclamar sus derechos, defender sus intereses o exigir el cumplimiento de una norma. Los sistemas organizacionales de resolución de conflictos (ODR, en sus siglas en inglés) utilizan mecanismos ya consolidados entre los sistemas alternativos de resolución de conflictos (ADR, Alternative Dispute Resolution), y tienen como principales objetivos minimizar las potenciales consecuencias negativas del conflicto y maximizar las positivas7. Entre estos mecanismos organizacionales, que evitan los procesos adversariales o la intervención de instancias punitivas, se encuentran la mediación y los sistemas de defensores (ombudspersons), cuyos ámbitos de implementación han aumentado considerablemente en los últimos 25 años8.

El uso de la mediación como proceso para la gestión de conflictos cuenta con un largo pasado en todo tipo de culturas alrededor del mundo, así como en múltiples contextos, especialmente en las relaciones internacionales, las negociaciones laborales, las disputas comunitarias, los problemas familiares y las disputas legales9. Más recientemente, en los últimos 25 años se ha asistido a un gran incremento en el uso de la mediación como estrategia prioritaria para la resolución de conflictos dentro de las organizaciones, es decir, aquellos que se producen en diferentes niveles: Entre los miembros, grupos, departamentos o instancias que las constituyen10. En síntesis -y tomando lo esencial de las definiciones formuladas en la literatura11 -, la mediación es un procedimiento, compuesto por una serie de estrategias y técnicas, mediante el cual las partes implicadas, con la participación y ayuda de un mediador imparcial e independiente, identifican, formulan y analizan las cuestiones en disputa, con el objetivo de desarrollar y proponer ellas mismas opciones o alternativas que les permitan llegar a un acuerdo que solucione el conflicto o mejore las relaciones entre las partes.

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Este capítulo tiene como objetivo presentar un modelo contingente de intervenciones de mediación en ámbitos de educación superior y de investigación teniendo en cuenta tres dimensiones básicas: El nivel de equilibrio o simetría de poder que caracteriza las relaciones entre las partes implicadas; la perspectiva temporal previsible de sus relaciones (corto plazo versus medio y largo plazo); y el nivel de formalización del proceso (estableciéndose un continuo entre mediaciones formales e informales). Por último, también se consideran como elementos constituyentes de todo proceso los objetivos o resultados de la mediación (acuerdo o solución del conflicto y mejora de las relaciones entre las partes implicadas). Las interacciones entre estas tres dimensiones dan lugar a diferentes modalidades de intervención en mediación en contextos universitarios, y se postula que la pertinencia de su elección puede influir en la eficacia tanto del proceso como del resultado de la misma.

2. La mediación en los contextos de educación superior y de investigación

Los contextos universitarios se caracterizan por una elevada complejidad, que tiene su origen tanto en la gran diversidad de actividades y funciones encomendadas como en las características y las relaciones de los diferentes colectivos o sectores que la componen. Dichas actividades se aglutinan en torno a las dos funciones básicas de la universidad: La docencia y la investigación, las cuales dan lugar a una enorme multiplicidad de situaciones, interacciones y relaciones en las que se encuentran implicados los miembros de la comunidad universitaria, además de provocar tensiones al establecer prioridades entre ellas12. Las comunidades universitarias se componen básicamente de tres sectores: Los estudiantes, el Personal Docente e Investigador (PDI) y el Personal de Administración y Servicios (PAS), sin olvidar las relaciones externas que se establecen, en diverso grado, con los representantes de la administración o los poderes públicos, con los miembros de otras organizaciones universitarias (locales, regionales, estatales e internacionales) y con otros agentes sociales: empresas, instituciones y organismos públicos, asociaciones, colegios profesionales, sindicatos, etc.13, especialmente en una época como la actual, donde las interdependencias y los retos socioeconómicos, -lo que Ronald Barnett ha denominado una era de supercomplejidad14 -, pueden desafiar, redefinir, modificar e incluso transformar radicalmente la identidad, el funcionamiento, los objetivos y el papel social de las universidades15.

Internamente, la interdependencia existente entre los miembros de los tres sectores de la comunidad universitaria trae consigo una permanente interacción entre ellos, la cual presenta un carácter horizontal (interacciones entre miembros que pertenecen al mismo sector) y transversal (aquellas que se producen entre miembros de diferentes

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sectores y que incluyen todas las combinaciones posibles). Además, cada sector es heterogéneo en lo relativo no sólo a las diferencias obvias derivadas de las características personales o sociales de sus miembros, sino también, y especialmente, a los distintos niveles de poder y de estatus con que cuenta cada uno de ellos16. Esta marcada jerarquización de la comunidad universitaria es una de sus características más relevantes, en sí misma y en lo referente a los problemas, desacuerdos y conflictos que pueden presentarse en su seno. Sin embargo, el problema no se reduce a que las universidades sean estructuras jerárquicas, sino, como señala Barsky, a los conflictos y a la ambigüedad de las líneas de autoridad, comunicación y roles. En consecuencia, "antes que funcionar como una única institución, las universidades pueden reconceptualizarse como una federación de departamentos, institutos y unidades de trabajo. Así, la autonomía, las metas comunes y la interdependencia pueden ser negociadas de un modo similar a como ocurre en las relaciones entre estados en el contexto internacional"17 .

Aunque el origen y los tipos de conflictos pueden ser muy diversos y pueden identificarse en diferentes niveles -individual, interpersonal-grupal y organizacional18 -,

Holton identifica tres fuentes de conflictos que tienen una especial incidencia en los contextos universitarios19: La existencia de metas incompatibles, la escasez de recursos y las interferencias que se producen entre los miembros. En opinión de Ostar20, el conflicto en las universidades puede verse exacerbado no sólo porque existan diferentes grupos de interés en su seno, sino también por el hecho de que cada uno de ellos reclama la "propiedad"; así, el PDI alega en su favor el principio de libertad académica, la existencia de autonomía universitaria en la gestión y la consideración de la universidad como una "comunidad de académicos"; los estudiantes reclaman su participación en los procesos de toma de decisiones argumentando su apoyo financiero a las instituciones mediante pago de sus tasas académicas y en la consideración de que las universidades no existirían sin ellos; la administración reclama también su parte de responsabilidad en virtud de sus competencias legales en lo relativo a las directrices y políticas educativas, su apoyo financiero y su obligación de supervisar la gestión de los fondos públicos; por último, el PAS también defiende su derecho a la participación en la toma de decisiones basándose en que sin su trabajo ni el PDI ni los estudiantes podrían realizar las tareas que les son propias.

Los distintos sectores de la comunidad universitaria presentan no obstante algunas diferencias en cuanto a su homogeneidad en función de su jerarquización y relaciones de dependencia, estatus y poder. Así, avanzando de menor a mayor heterogeneidad y complejidad de sus relaciones, los estudiantes constituyen el colectivo que ofrece una mayor uniformidad, si...

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