La matriz protestante de la política y el derecho modernos

AutorMiguel Ayuso
Páginas207-226
LA MATRIZ PROTESTANTE DE LA POLÍTICA
Y EL DERECHO MODERNOS
Miguel AYUSO
Universidad Pontificia Comillas de Madrid (España)
1.
INCIPIT
Es sabido. El 31 de octubre de 1517, el R. P. Martín LUTERO, de la Orden de San Agus-
tín, Maestro en Artes y Doctor en Teología, profesor de Sagrada Escritura en la Universidad
de Wittenberg, dejó clavado en la puerta de la iglesia del castillo de esta localidad un escri-
to donde se contenían sus 95 tesis sobre el poder y eficacia de las indulgencias 1. La disputa
que encendió contra Roma trascendió sin embargo el orden disciplinar y dogmático en el
que sucesivamente se fue desarrollando, para entrañar importantes consecuencias de orden
moral, jurídico y político. No podía ser de otro modo, pues la Cristiandad, la res publica
christiana, con todos sus límites, defectos y desfallecimientos 2, era una agrupación jerárqui-
ca de pueblos, entrelazados con arreglo a principios orgánicos en la subordinación al em-
perador y al pontífice, los dos astros de que había hablado SAN BERNARDO DE CLARAVAL 3.
El ataque al papado no podía sino arrastrar de inmediato efectos reflejos sobre el em-
perador. Ahora bien, LUTERO no se limitó con su revuelta a desconocer en los hechos las
autoridades de la Cristiandad, sino que forjó un sistema teórico (pre-ideológico) con evi-
1 Puede verse, en castellano, la obra canónica de R. GARCÍA-VILLOSLADA, S. J., Martín Lutero, 2 vols.,
Madrid, BAC, 1976, pese a que cierta evolución del gran historiador jesuita no dejó de tener algún impacto
negativo respecto de sus trabajos anteriores.
2 Pueden verse las obras, muy diferentes, y no indiscutibles, de A. DEMPF, Sacrum Imperium. Geschichte
und Staatsphilosophie des Mittelalters und der politischen Renaissance, München-Berlin, R. Oldenbourg, 1929, y
de P. GROSSI, L’ordine giuridico medievale, Bari, Laterza, 1995. Y el texto sintético y sin pretensiones, pero bien
orientado, de F. CANALS, «Sobre la organización política de la Cristiandad medieval», en su vol. Política espa-
ñola: pasado y futuro, Barcelona, Acervo, 1977, pp. 201 y ss. Finalmente, cfr. M. AYUSO (ed.), La res publica
christiana como problema político, Madrid, Itinerarios, 2014.
3 Cfr. F. ELÍAS DE TEJADA, «La Cristiandad medieval y la crisis de sus instituciones», Verbo (Madrid),
núm. 103 (1972), pp. 243 y ss.
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dente relieve práctico, en el sentido aristotélico, esto es, moral, jurídico y político. De ma-
nera que el enfoque histórico, por más que leída la historia con categorías filosóficas, deba
ser completado con otro formalmente filosófico. Esto es lo que hemos pretendido, siguien-
do la senda de los maestros del pensamiento tradicional hispánico de la segunda mitad del
siglo XX, que lo vislumbraron y explicaron con nitidez.
El profesor Álvaro D’ORS, por ejemplo, al dirigir una mirada retrospectiva sobre el
sentido de su obra, observaba que estaba estrechamente anudada a la consideración de los
efectos del protestantismo en la ética, la política, el derecho y la economía, «contra la secu-
larización del espíritu “europeo” no-confesional, contra la forma política del “Estado”, con-
tra el “derecho subjetivo”, contra el “consumismo capitalista”»; al tiempo que indicaba por
lo mismo la necesidad de hacer un previo análisis crítico de las consecuencias de la Reforma
protestante y «un perseverante esfuerzo por su depuración mediante la apertura de nuevas
actitudes auténticamente cristianas, es decir, católicas: una nueva Ética confesional de la que
dependa un nuevo ordo orbis, un nuevo derecho justo y un desmantelamiento del status quo
capitalista» 4.
Y el profesor Francisco ELÍAS DE TEJADA, por su parte, creador de las Jornadas Hispá-
nicas de derecho natural, y autor de un espléndido cuadro sobre las rupturas de la Cristian-
dad, sitúa en LUTERO la primera y capital, ya que si bien «la herejía luterana es igual que
muchas de las herejías medievales en materia herética, e incluso repite a la letra alguna de
ellas, como la de WYCLEF y HUS en la concepción carismática del poder político, en negar
la transubstanciación eucarística y en exaltar los ánimos de los campesinos en las guerras de
los “lollards” o en la “Bauernkrieg”; empero se diferencia entre todas por la gigantesca difu-
sión y el arraigo que le brinda ocasión propicia»: «Mientras la Cristiandad medieval anterior
a LUTERO era, pese a las fisuras, edificio político cimentado sobre la unidad de la fe, a
partir de LUTERO tal unidad será imposible. Después de LUTERO, al desaparecer la unidad
de fe, muere el organicismo espiritual de la Cristiandad, para ser sustituido por Europa,
equilibrio mecanicista entre creencias diferentes que coexisten» 5.
2. EUROPA FRENTE A LA CRISTIANDAD
Tal mecanicismo de las conciencias, secuela directa de la instauración del libre examen,
lo trasladará MAQUIAVELO a las conductas, BODINO —por medio de la souveraineté— al
poder político y al derecho natural HOBBES (con la secuela de LOCKE), consolidándose en
las instituciones políticas europeas: «La Cristiandad muere para nacer Europa cuando ese
perfecto organismo se rompe desde 1517 hasta 1648 en cinco rupturas sucesivas, cinco horas
de parto y crianza de Europa, cinco puñales en la carne histórica de la Cristiandad. A saber:
la ruptura religiosa del protestantismo luterano, la ruptura ética con MAQUIAVELO, la ruptu-
ra política por mano de BODIN, la ruptura jurídica en GROCIO y HOBBES, y la ruptura defi-
nitiva del cuerpo místico cristiano en los tratados de Westfalia. Desde 1517 hasta 1648 Eu-
ropa nace y crece, y a medida que nace y crece Europa, la Cristiandad fallece y muere» 6.
Esa oposición entre Cristiandad y Europa, asentada con firmeza en el pensamiento
hispano tradicional 7, conduce a la separación tajante entre la geografía y la historia de Eu-
4 Á. D’ORS, «Retrospectiva de mis últimos XXV años», Atlántida (Madrid), núm. 13 (1990), pp. 90-99.
5 F. ELÍAS DE TEJADA, La monarquía tradicional, Madrid, Rialp, 1954, p. 38.
6 Ibid., p. 37.
7 Cfr. M. AYUSO, «España y Europa, casticismo y europeísmo», Aportes (Madrid), núm. 17 (1991), pp. 65
y ss.; «España y Europa. Las razones de un malentendido histórico», Verbo (Madrid), núm. 381-382 (2000),

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