El matrimonio cristiano en San Agustín (Bondad del matrimonio)

AutorJosé Rodríguez Díez, OSA;
CargoReal Centro Universitario «Escorial-María Cristina» San Lorenzo del Escorial
Páginas15-40

Saint Augustin, docteur du mariage chrétien (N. Ladomersky, 1942)

Agustín tuvo que superar una concepción espiritualista en el paraíso antes de llegar a formular... los tres bona nuptiarum (fides, proles, sacramentum)...; sin embargo, la evolución de una concepción sistemática del matrimonio habría de enfrentarse con muchas dificultades que en parte tenían su origen en Agustín (H. Doms, 1970)

Clave de siglas alfabéticas usadas en obras de san Agustín y en otras clásicas: A A S =Acta Apostolicae Sedis; BM=Bondad del matrimonio; BV=Bondad de la viu dez, C=Continencia, CD=Ciudad de Dios; CIC=Codex luris Canonici; CJ=Contra Julianum CLG=Coment. literal Génesis; D H =Denzinger, H., y Hunermann, P., El magisterio de la Iglesia: Enchiridion Symboloru m (ed. bilingüe, 1999); Ep= Epístola (carta); GS=Gaudium et spes (Vat. II); MR=Aíéritos y remisión de los pecados; N C =Nupcias y concupiscencia, OCSA/BAC=Obras Completas San Agustínf Biblioteca Autores Cristianos; P=Pa ciencia;PG=Patrología Griega (Migne); PLP atrología Latina (Migne); Retr. =R etractaciones; RJ=Rouet de Journel, J. M., Enchiridion Patristicum (ed. 1958); SV=Santa Virginidad,UA=Uniones Adulterinas.

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I Introducción y razón semántica de la bondad

Aunque san Agustín (354-430), Padre de la Iglesia y Doctor de los Doctores, a lo largo de siete lustros de apostolado intelectual y pastoral y en distintos contextos, reflexiona y escribe sobre el matrimonio cristiano, es en la obra sobre La bondad del matrimonio donde más profundiza en la sustantividad del tema y al que remite en obras posteriores, como veremos, resultando ser este opúsculo «el tratado más completo en la patrística sobre el matrimonio». Nuestro estudio sustantivo se centra, pues, en este tratado que aparece de subtítulo, pero con referencias adjetivas y complementarias a otras obras y escritos de contenido análogo, que justifican el título de «matrimonio cristiano en san Agustín».

En cuanto al título latino original y bimembre de este tratado de san Agustín (De bono coniugali), que traducimos al español por La bondad del matrimonio, ya merece una consideración semántica. En las ediciones existentes viene traduciéndose por Del bien del matrimonio1 o bien conyugal, vocablo el primero que creemos más genérico y menos Page 16 expresivo. Porque bien, académicamente, es algo óntico y mostrenco, integrante de perfección, utilidad, beneficio, mercancía. Bondad en cambio, es concepto más ontológico por su calidad de bueno, acción buena; contenido que estimamos más rico, significativo e inmerso en la persona portadora, dentro de la concepción platónico-agustiniana, de bondad tanto en su proyección ontológica, analizada en la obra antimaniquea, la naturaleza del bien (De natura boni), como sicológica, que es la vertiente que aquí más interesa. «Todas las cosas son buenas, el ser y el bien se identifican (ens et bonum convertuntur), pero mejores (magis bona), en la proporción en que estén mejor medidas, formadas, ordenadas» y participadas del supremo bien, que es Dios. Hasta la etimología griega -siempre su lenguaje con mensaje luminoso en su entraña- del lexema bueno (ag a t h ó s)y bondad (ag a th o tes) participan de la semántica santa y teísta de Dios (Theós).

Así, en términos comparativos de virginidad o celibato y matrimonio, entendemos objetivamente que el vocablo «mejor» (melior, melius) afecta a la felicidad quedando más en la vertiente sicológica o ética (moral) de la bondad y no se homologa plenamente «c o n «superior» (superior, superius), lexema que entronca más con la vertiente óntica y ontológica. Mejor se relaciona más con voluntad y mérito, en tanto que superior se trata más con inteligencia. Y nos interesa más saber que «la perfección del alma en la bondad procede de que la voluntad se haga conforme a la naturaleza, cuando la voluntad se trueca en amor hacia el bien».

También la versión española tiene sentido semántico cuando sustantiva el adjetivo conyugal (coniugali) por matrimonio, pues traduciendo literalmente por bien conyugal o bien de los cónyuges, podría interpretarse en sentido restrictivo -ajeno al pensamiento agustiniano- con el significado canónico de hoy que se limitaría a un solo fin inmanente del matrimonio con olvido del transinmanente del bien de la prole. Sin embargo, en el lexema matrimonio quedan incluidos claramente ambos fines canónicos (CIC, 1055, 1).

II Autenticidad, causa y destino del tratado

A través de los diecisiete códices más conocidos 2 nadie ha dudado de la autoría agustiniana de este tratado sobre Bondad del matrimonio3. Page 17 Son demasiadas las pruebas y su calidad sobre tal autenticidad por la referencia explícita o implícita en la obra posterior del propio obispo de Hipona. Hay referencia explícita en SV 4, CLG 5, MR6. Y hay referencia indirecta o implícita en BV 7 por alusión al de SV; y en NC8 por abundar en ideas de la BM sobre el bien de la cópula, etc. Pero es, sobre todo, el libro de las revisiones o Retractaciones 9 donde el propio Agustín hace su autocrítica sobre BM. Y en esta misma recensión se remite a implementos de otras obras suyas posteriores, como pueden ser las ya referidas. Finalmente, se confirma la autoría agustiniana con el Catálogo 10 de san Posidio, obispo de Cálama, discípulo y amigo de san Agustín.

En cuanto a la causa remota del tratado matrimonial, el mismo Agustín lo justifica sin ambajes provocado por la controversia o herejía joviniana 11, cuya doctrina heterodoxa enjuicia así el año 420:

Joviniano, que ha pocos años intentó instruir una nueva herejía, sostenía que los católicos apoyaban a los maniqueos, porque, contra su opinión, como aquellos, anteponían la santa virginidad al matrimonio.

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Y con mayor extensión detalla en 429, catalogando 88 herejías:

Jovinianistas, a los que he llegado a conocer, los he hallado ciertamente en este opúsculo sin nombrar. Esta herejía nació, en nuestra época de un cierto monje llamado Joviniano, cuando todavía éramos jóvenes. Decía, como los filósofos estoicos, que todos los pecados son iguales; que el hombre, después de recibido el bautismo, no Page 18 puede pecar; y que no sirven de nada ni los ayunos ni la abstinencia de algunos alimentos.

Negaba la virginidad de María, diciendo que, al dar a luz, no quedó intacta. También equiparaba la virginidad de las consagradas y la continencia del sexo viril en los religiosos que eligen la vida célibe a los méritos de los matrimonios castos y fieles; de tal modo que, según dicen, algunas vírgenes consagradas y de edad ya provecta, en la misma ciudad de Roma, donde lo enseñaba, se casaron al oírlo. Es verdad que él mismo ni tenía ni quiso tener mujer. Sostenía que todo eso no serviría para mérito alguno mayor ante Dios en el reino de la vida eterna, sino para aprovechar la necesidad presente, o sea, para que el hombre no tuviese que soportar las molestias conyugales. Sin embargo, esta herejía fue oprimida y extinguida tan pronto, que no pudo conseguir engañar a sacerdote alguno.

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El papa san Siricio (384-398)14 en sínodo romano de 392 había condenado el error de Joviniano sobre la infravaloración de la virginidad. El año siguiente, san Ambrosio 15 renueva la condena romana en sínodo de Milán. San Jerónimo16, a su vez, en este mismo año de 393, escribe, polemizando, dos libros contra Joviniano. Pero en las tertulias y cotilleos (sermunculis ac susurris) se decía que refutaba a Joviniano a base de vituperar maniqueamente el matrimonio. «Por esta razón publiqué el libro, cuyo título es BM»17. Y es que Jerónimo, aunque había refutado a fondo a Joviniano, lo había hecho con tal impetuosidad -escribe el P. Félix García18- ensalzando las excelencias de la virginidad, que indirectamente parecía menoscabar o Page 19 desprestigiar la bondad del matrimonio, acercándose, sin pretenderlo, a la posición maniquea.

En conclusión, diríamos que la causa remota de la publicación de BM por Agustín es la refutación de la doctrina heterodoxa de Pelagio, exaltador del libre albedrío sin necesidad de gracia, aplicada al matrimonio por Joviniano (Agustín aún no conocía a Celestio, discípulo de Pelagio). Y la ocasión próxima, el intento de equilibrar escritos previos no del todo aceptables de Jerónimo y coetáneos. Motivación interna de Agustín será también hacer unas reflexiones intraeclesiales de contenidos dirigidas, como escribe Pío de Luis19, más a cristianos casados, vírgenes y continentes dentro de la ortodoxia de la Iglesia, como destinatarios natos, aunque sin olvidar a los herejes susodichos, siquiera como causa impulsiva, sino motiva. Eso se desprende de Retractaciones (II, 22) y otros textos paralelos. En resumen, causa remota de la obra, sería la controversia heterodoxa; y ocasión próxima, adoctrinar al destinatario fundamental, que es el cristiano ortodoxo.

III Datación y precedentes temáticos

Aunque el propio Agustín dice en sus Retractaciones 20 que procurará recensionar según el orden de redacción, sólo cabe una aproximación cronológica, al menos en tratados que le ocuparon varios años, por simultanear otros afanes o por aparecer por entregas. En este contexto, aceptamos por mejor la última investigación de Hombert21, que retrasa razonadamente la composición de BM hasta finales del 403 y principios del 404.

En cuanto a precedentes temáticos, el mismo obispo de Hipona había hecho referencia al tema de matrimonio en el sermón 51, que había...

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