Prólogo de Mariano Baena del Alcázar

AutorMariano Baena del Alcázar
Páginas15-16

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Quisiera que desde el primer instante el lector fuera consciente de que el verdadero prólogo de esta obra es el texto que viene a continuación pues resulta que es en ese otro texto donde se describe con brillantez y acierto la situación y la actitud de los hombres de su gene ración, al menos la de los no desanimados, frente a los problemas actuales.

Dichos problemas ciertamente no son pocos. El que afecta a los hombres y mujeres que las integran y sirven (los recursos humanos) sin duda no es el mayor pero tampoco es el de menor interés por cuanto la materia constituye uno de los pilares o puntales del Estado.

Ello sucede en todos los países afectados por las varias crisis actuales y desde luego en el nuestro, pero aquí posiblemente con mayor complejidad. En efecto, en todas partes es patente el fracaso de la llamada Nueva Gestión Pública, fracaso que no es total pues buena parte de las ideas de este movimiento siguen manteniéndose en la más recientemente denominada Gober nanza y después Gobernanza en Red.

En el sector de los recursos humanos hay que llevar a la práctica esas ideas, que representan la modernidad. Pero junto a ello es de tener en cuenta que en este sector nos encontramos en Es paña en una situación peculiar pues está aprobado y vigente el Estatuto Básico del Empleado Público, del que pienso que la buena voluntad de sus autores (académicos y políticos) corre pareja con la dificultad de su aplicación. Esta podrá demorarse más o menos, pero habrá de producirse tarde o temprano para aplicar las nuevas ideas, entre ellas la de conseguir realida des en la equiparación o semiequiparación entre empleados funcionarios y empleados labora les.

Hasta aquí la situación que podría darse en cualquier país, especialmente los unitarios centra listas, pero en España se añade a lo anterior el dato decisivo de la organización en Comunida des Autónomas, carácter decisivo que se extrema en ciertos casos como el del País Vasco, donde se produce una gran complejidad.

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Esta organización y su complejidad son la clave de bóveda en materia de recursos humanos. Ello resulta obvio desde el punto de vista político, pero también lo es desde el técnico. He mantenido, y no veo razón ninguna para dejar de mantenerlo, que los...

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