Un manuscrito napolitano sobre las Secretarías de Estado a principios del siglo XVII

AutorJosé Antonio Escudero
Páginas351-357

Page 351

Trabajando en el Archivio di Stato de Ñapóles, y con ocasión de revisar las series manuscritas de la sección Archivio Farnesiano, hallé en el legajo 1334, fascículo 17, un documento, no relacionado en los inventarios, referente al personal de las Secretarías de Estado a principios del siglo XVII. Se trata de un breve informe sin autoría conocida, sobre los Secretarios de España y su cualidad, que paso a comentar.

1. El documento y su datación

Carente de fecha, cabe en principio afirmar que fue escrito entre 1600 y 1610, pues figuran en él como Secretarios (de Estado), don Pedro Franqueza, Conde de Villalonga, y Andrés de Prada, personajes ambos que coincidieron rigiendo las Secretarías de Italia y Norte en la primera década del siglo XVII1. Por otra parte, al figurar como oficial mayor de Andrés de Prada el secretario Antonio de Aróstegui o Aroztegui, quien fue nombrado secretarioPage 352 del Consejo de Guerra el 12 de marzo de 16062, el informe debe ser anterior a esta fecha. Y además, al aparecer Juan Morante como secretario del Consejo de Italia, en la negociación de Milán, el informe debe ser también anterior al 27 de noviembre de 1604, pues en esa fecha Cabrera de Córdoba nos cuenta desde Valladolid que Morante había muerto 3. En resumen, habría que situarlo en el período que va de abril o marzo de 1600, que es cuando, como veremos, Franqueza y Prada fueron nombrados Secretarios de Estado, hasta noviembre de 1604. Es decir, en los inicios del siglo XVII, poco antes o poco después del traslado de la Corte a Valladolid.

2. Las secretarias de estado al iniciarse el reinado de Felipe III

Felipe III heredó los dos Secretarios de Estado que había tenido su padre, Francisco y Martín de Idiáquez, quienes desde 1587 desempeñan respectivamente las partes de Italia y Norte. La tormenta de cambios iniciada con la designación de Lerma como valido, revestido desde el inicio del reinado de un poder excepcional4, no tardó en alcanzar a estos personajes a pesar de su parentesco con don Juan de Idiáquez, persona de extraordinario prestigio y peso en el gobierno de Felipe II y a quien su hijo Felipe III heredó y respetó. De esta suerte, cuando apenas había transcurrido un año de la muerte del Rey Prudente, su cronista Cabrera de Córdoba, relator también de los sucesos del reinado del sucesor, daba cuenta el 9 de octubre de 1599 de la inminente crisis:

Comiénzase a decir que hay mudanza de secretarios de Estado, y que pasarán a dicho oficio a los que lo son de Guerra, y darán todo lo de Italia a Francisco de Idiáquez y enviarán por embajador de Venecia a don Martín de Idiáquez, y harán secretarios de Guerra a Justo López de Zarate y Sebastián de Haro

5.Page 353

Pocos meses después, el 4 de marzo de 1600, el mismo Cabrera da cuenta del cambio realizado:

Hanse publicado por secretarios de Estado, Andrés de Prada para lo de Francia, Flandes y Alemania, y don Pedro Franqueza para lo de Italia, y Francisco de Idiáquez se retira a su casa, al cual han hecho merced y a sus hijos, de manera que queda contento y premiado... Hasta agora no se ha hecho la repartición de las secretarías de Ñapóles y Sicilia, que asimesmo deja Francisco de Idiáquez; dicen que brevemente se proveerán

6.

De los dos secretarios de Estado, Franqueza y Prada, aquél tuvo un mayor protagonismo y peso político, tanto por desempeñar la secretaría de mayor rango, como, sobre todo, por su amistad con Lerma. En una Relación de 1602, el embajador Bon nos dice que «tiene tanta parte en la voluntad del Duque, que siendo el que despacha los negocios importantes se hace valer tanto, que de bajo y pobrísimo que era, es tan estimado y reverenciado ahora y se ha hecho tan rico y de tanta reputación con todos que es cosa de asombro»7. Semejantes excesos de pujanza y riqueza, logradas ambas a menudo con malas artes y escandalosa corrupción, determinaron que se le abriera un proceso que culminó en 1610 con su salida de la secretaría8.

El titular de la Secretaría del Norte, Andrés de Prada, fue durante muchos años, a fines del XVI, titular de una de las dos secretarías -la de Tierra- del Consejo de Guerra. Ya de Secretario de Estado, cuando en 1610 cae su colega Franqueza, él es ascendido desde la parte del Norte a la de Italia, apareciendo entonces en aquella del Norte un personaje, Antonio de Aróztegui, que en el manuscrito napolitano figura como oficial mayor de Prada. Ello podría dar a entender que, al colocarse entonces él en Italia, había conseguido situar a su colaborador en la del Norte que dejaba. Las cosas, sin embargo, no fueron así. En primer lugar porque Prada carecía del ascendiente e influencia necesarios para una operación semejante. Y en segundo lugar, y sobre todo, porque tales ascensos solían estar bastante reglamentados, alcanzándose de ordinario una Secretaría de Estado...

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