El mantenimiento del orden y la información como ejes con preferencia a la lucha contra la delincuencia

AutorFrancesc Guillén Lasierra
Páginas49-56

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En este modelo la policía mantiene en su discurso la lucha contra la delincuencia como una de sus finalidades esenciales. Sin embargo, la lucha contra la delincuencia no constituye en sí misma una finalidad del modelo. Lo que importa es el orden político y la lucha contra la delincuencia puede simplemente ser una coartada para aceptar la creación y puesta en escena de la policía (Loubet del Bayle, 2012). Muy contundente se muestra Foucault al respecto13: «Sin delincuencia no hay policía. ¿Qué es lo que convierte la presencia policial, el control policial

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tolerable para la población sino el miedo al delincuente?... Esta institución muy reciente y muy pesada de la policía sólo se justifica por esto. Si aceptamos entre nosotros la presencia de esta gente en uniforme, armados, cuando nosotros no podemos estarlo, que nos piden los papeles, que rondan delante de nuestras puertas, ¿como sería posible esto si no existieran los delincuentes?» (citado por Loubet del Bayle, 2012, 139). Es muy posible que Foucault no ande desencaminado cuando realiza estas afirmaciones. Sin embargo, habría que plantearse si ello quiere decir que la delincuencia es irrelevante para el modelo gubernativo (es del que implícitamente está hablando Foucault) más allá de servirle como causa de legitimación de la existencia de la policía. a pesar de todo, la lucha contra la delincuencia aparecerá como un objetivo destacado de la policía gubernativa y no únicamente como excusa legitimadora (que evidentemente lo es).

Es muy relevante tener en cuenta que, al ser la policía un órgano dependiente del Gobierno del Estado, ha de contribuir a la garantía de la seguridad de los ciudadanos, entendida frecuentemente como ausencia de los ataques ilegítimos que la delincuencia implica. Hay que recordar que una de las bases de legitimación y del origen del Estado es el mantenimiento de la seguridad de los ciudadanos y la delincuencia afecta esta seguridad. En consecuencia, en la medida en que un fracaso en este ámbito pudiera cuestionar las bases del sistema (la eficacia del Estado en el mantenimiento de la seguridad) o pudiera tener consecuencias electorales indeseadas lo convierte en parte de la misión, ya que el orden establecido podría verse alterado en un sentido absoluto o en sentido partidista (una pérdida electoral). Es relevante tener en cuenta, como han señalado algunos autores (crawford, 2008; Guillén, 2011), que en los últimas décadas la seguridad y la evolución de la delincuencia han entrado a ocupar una parte importante de la agenda política y de las campañas electorales, con lo que el modelo gubernativo pone mucho interés en ser eficiente (o en aparentarlo) en la lucha contra la delincuencia para evitar castigos electorales relevantes o, en sentido positivo, para obtener jugosos beneficios políticos. Encontramos ejemplos paradigmáticos de esta utilización de la lucha contra la delincuencia como arma política en el caso de la figura del republicano Giuliani, alcalde de Nueva York a partir del año 199414, o en las elecciones a la presidencia de la república francesa en el año 2002. En ambos casos el éxito electoral de los partidos de la oposición estuvo en buena parte basado en haber convencido a los electores de que los gobiernos salientes no habían sido capaces de hacer frente a la delincuencia y la inseguridad de manera eficiente, circunstancia que resultaba dudosa en ambos

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casos si nos atenemos a los datos objetivos. así, no constituye una situación especialmente extraordinaria que la delincuencia forme parte del debate político y, por tanto, pueda ser relevante para el mantenimiento del orden político o, al menos, de las mayorías parlamentarias y los gobiernos. En consecuencia, la delincuencia puede constituir un elemento importante para las policías que siguen el modelo gubernativo ya que su evolución afecta a la opinión pública pudiendo tener consecuencias electorales. El primer revés importante ante la opinión pública francesa de Manuel Valls como ministro del interior fue la publicación de los datos de delincuencia correspondientes a 2013 que mostraban el ascenso de diversas tipologías delictivas. Hasta aquel momento era el ministro del Gobierno que había sido más respetado tanto por la opinión pública como por la oposición.

En una dirección similar, la prevención tiene sentido en el modelo en la medida en que contribuye al control de todo aquello que pueda desestabilizar el orden y que pueda mantener la legitimidad del Estado o de la mayoría en el poder. Pero, concretamente, en el...

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