Métodos y herramientas de análisis de información

AutorFernando Toboso Marqués
CargoTeniente Coronel (R)
Páginas151-164

Page 151

1. Introducción

Hay distintos pasos o fases en el «Ciclo de Inteligencia». La clasificación más aceptada por la Comunidad de Inteligencia española, la OTAN o la Comunidad norteamericana distingue cuatro: Dirección, Obtención, Análisis y Difusión. En la fase de análisis, la noticia o información «en bruto» se transforma en inteligencia elaborada, y es precisamente en esta fase donde se centrará este estudio. Estudio que puede parecer heterodoxo al mezclar «cosas distintas», pero que en este caso se complementan y solapan, aportando un valor añadido.

Page 152

2. Necesidad Obtención. Análisis

Vivimos en lo que se ha dado en llamar sociedad del conocimiento, donde para muchos existe una «sobreinformación». Basta con teclear en el ordenador doméstico lo que es objeto de nuestro interés para que el buscador de Internet nos proporcione 300.000 o 12.000.000 de resultados, en la medida en que ese objeto despierte también el interés de otras personas. Esta cantidad de información resulta claramente inmanejable, imponiéndose la necesidad de establecer filtros que nos ayuden a separar lo importante de lo accesorio y que nos permitan contar con menos «materia prima», pero de más calidad. A este respecto, los medios y programas informáticos o la intervención de más personas, necesaria en la mayoría de los análisis al abarcar distintas disciplinas, nos pueden facilitar la tarea.

En cualquier caso, la documentación vendrá presentada en distintos soportes y formatos, incluirá imágenes, voz o texto y reunirá desde noticias a informes elaborados de inteligencia.

Una vez seleccionada esta documentación comienza el trabajo del analista, el reto del razonamiento humano, que no ha sido sustituido por la informática, aunque no hay motivo de preocupación para los amantes de la computación, ya que siempre habrá un programa informático que nos ayudará.

3. Estados unidos

Como no podía ser de otra manera, el 11 de septiembre de 2001 supuso un revulsivo en la lucha contra el terrorismo y en los organismos de la Comunidad de Inteligencia (CI) estadounidense. Los medios se incrementaron, las estructuras existentes se remodelaron (Díaz Matey, 2009), se crearon otras nuevas, muchas de ellas interagencias con una «filosofía» nueva y original, donde la «necesidad de conocer» se conjuga con la «necesidad de compartir» (Toboso, 2007). También la legislación cambió. Se mira dentro y fuera de la CI para buscar nuevos métodos de análisis que ayuden en la nueva época que se inicia. Se crean oficinas (Analytic Integrity and Standards, AIS), grupos (Analytic Standards and Evaluation Action Group, ASEAG) con representación de las 16 organizaciones que componen su CI y programas espe-

Page 153

cíficos (introductorios, de reentrenamiento, de evaluación) para mejorar el análisis, un aspecto trascendental de la inteligencia que no había avanzado significativamente, como por ejemplo lo había hecho la obtención con la incorporación masiva de la informática.

En 2003, el analista canadiense Stéphane J. Lefebvre se hacía eco de las opiniones coincidentes de diversos estudiosos; consideraba que la mayoría de los análisis de inteligencia seguían un patrón simple: describen lo conocido, destacan las interrelaciones que sirven de base para los juicios y ofrecen una estimación. Por supuesto, la exactitud de la estimación depende tanto del modelo mental usado por el analista como de la calidad de la información. Sobre el primero, subraya que en la práctica muchos analistas siguen una metodología simple de dos pasos, usan un intuitivo «patrón y análisis de tendencia», consistente en identificar un comportamiento repetido en un cierto plazo y en observar si ese comportamiento aumenta o disminuye. Con ello descubrirían cambios que podrían tener implicaciones en la seguridad nacional. Esta aproximación es considerada por algunos, como M. V. Kauppi, «un elemento consagrado del análisis de la inteligencia». En esta técnica de dos pasos, en la que se pretende anticipar el futuro extrapolándolo desde el pasado, se debe evitar pensar de forma lineal, pues la causalidad histórica no es mecánica, sobre todo debido al libre albedrío.

Podríamos por tanto afirmar que, al utilizar estas técnicas intuitivas basadas en la autoridad o conocimiento del individuo que lo produce, desarrollamos una investigación, pero no científica. Su probabilidad de acierto sería incierta.

4. España

En nuestro país también se crearon nuevas estructuras de Inteligencia, algunas interagencias, como el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA) (Toboso, 2006) o el Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado (CICCO), y se reestructuraron las existentes, en especial el CNI, con un reforzamiento notable en personal y presupuesto.

Igualmente, se observa en el mundo universitario (y en consecuencia en la sociedad civil) un moderado aumento del interés por el tema de la Inteligencia en general, que se traduce en cursos de postgrado en distintas univer-

Page 154

sidades1, un Congreso Nacional de Inteligencia2, seminarios diversos o la publicación de revistas especializadas.

Sin embargo, el esfuerzo enfocado a la mejora del análisis ha sido más discreto, o por lo menos no ha trascendido. Si observamos los seminarios, artículos y ponencias citados en el párrafo anterior, encontramos poco al respecto y centrado sobre todo en el análisis prospectivo. Parece que la omnipresencia de los «monotemas» (terrorismo, crisis económica) o las urgencias cotidianas retrasan este esfuerzo o incluso el debate inherente al mismo.

Se trataría, pues, de buscar y utilizar una guía metodológica que nos ayude en la tarea del análisis, evitando subjetividades e incluso errores de bulto. Así, en el ámbito militar existe una publicación reglamentaria que recoge detalladamente cómo deben planearse las operaciones desde una perspectiva exclusivamente militar. Principalmente es un método de apoyo a la decisión y, por tanto, se centra en el proceso de toma de decisiones, su desarrollo y su comunicación.

Sin salir de este ámbito, los analistas de inteligencia militar también cuentan con un documento que les guía minuciosamente en la realización de sus cometidos, pero sólo en un campo limitado: enfrentamiento táctico entre fuerzas convencionales.

Por tanto, todo parece indicar que muchos analistas españoles, como sus colegas canadienses y norteamericanos hasta 2003, mencionados por el Sr. Lefebvre, utilizan unas técnicas intuitivas basadas en la autoridad, conocimiento y experiencia del individuo que lo produce. Entonces, ¿cuál es el método que deberían utilizar los analistas de inteligencia estratégica para desempeñar su trabajo?

5. Métodos científicos

La respuesta a la pregunta anterior no es unánime; las opciones son variadas: método asociativo-empírico vs. método matemático-causal; método experi-

Page 155

mental vs. método asociativo; método hipotético-deductivo, etc. Sin embargo, es desde la sociología y la psicología desde donde se ha abordado con mayor profundidad el concepto de método científico y se le ha dotado de un completo cuerpo teórico, pudiendo afirmar que existen métodos (de investigación) científicos (que incluyen, además del análisis de datos, su obtención, difusión y el diseño y planificación de dicha investigación) y métodos (de investigación) no científicos, que se centran en el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR