Un análisis de los derechos humanos en el contexto biográfico de Norberto Bobbio

AutorMario G. Losano
CargoUniversità degli Studi di Torino
Páginas17-42

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"Di una cosa io mi glorio: della scuola di Gregorio"

NORBERTO BOBBIO

1. La importancia de las fechas: una breve biografía de Bobbio

Hay algunos acontecimientos de la historia individual, nacional e inter-nacional que contribuyeron de manera determinante a orientar la reflexión de Norberto Bobbio hacia una serie de temas dominantes. Además, al dirigirme a un público extranjero, me parece importante llamar la atención sobre algunos episodios que no necesariamente son conocidos por quien no haya seguido específicamente los avatares de la historia política italiana. Me limitaré aquí a mencionar de forma sucinta algunos puntos de la biografía cultural de Bobbio, reenviando, a quien esté interesado, a una exposición más extensa y documentada (así como a un análisis más preciso de los textos y, sobre todo, de los documentos de archivo) en un libro mío de próxima publicación1.

Bobbio nació en 1909, fecha a la que él mismo atribuía un significado particular: "haber nacido en 1909 significa que, cuando cayó el fascismo, teníamos treinta y cinco años, es decir, que habíamos llegado a la mitad de nuestro camino y que, al haber transcurrido desde entonces otros treinta años, hemos vivido en el post-fascismo la otra mitad. En definitiva, significa que el final del fascismo ha escindido en dos partes casi iguales nuestra vida". Aquella generación "ve la propia vida dividida por una profunda fractura entre un antes y un después, y considera el momento de esa fractura como un momento de renacer"2.

Nacer en 1909 equivalía a desarrollar la propia formación cultural, en su integridad, durante la época fascista. Esta última había comenzado en 1922, cuando Bobbio tenía aún trece años, de manera que estuvo expuesto a la influencia directa del régimen, frente al cual sólo desarrolló un planteamiento crítico de forma gradual, con el aumento de la edad y con la agudización de

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los conflictos sociales, que le terminaría conduciendo al antifascismo militante y a la cárcel.

Después de cursar estudios en el Liceo Massimo d’Azeglio, donde tuvo como compañeros y profesores a varias personalidades antifascistas, Bobbio se inscribió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Turín, en 1927, licenciándose en 1931 con el filósofo del derecho Gioele Solari, gracias a una tesis sobre Filosofía y dogmática del derecho. Fue admitido después como alum-no en el tercer año de la Facultad de Filosofía y Letras, y se licenció en 1933 con Annibale Pastore, en filosofía teórica, después de haber asistido durante dos años a su curso sobre Husserl: de hecho, su segunda tesis tenía como objeto La fenomenología de Husserl. En el intervalo que discurre entre estas dos licenciaturas, en 1932, realizó con Renato Treves un viaje a Alemania, puesto que Solari consideraba indispensable la aportación de la cultura germana para un filósofo del derecho.

Las dos tesis de licenciatura revelan que Bobbio tenía una mentalidad filosófica preponderante. Una mentalidad que, poco a poco, iría orientándose hacia el derecho, sobre todo cuando decidió emprender la carrera universitaria como iusfilósofo. En 1938 publicó el libro con el cual conseguiría la cátedra: estaba dedicado a un aspecto de la teoría de la interpretación, a saber, el uso de la analogía en el razonamiento jurídico3. A éste le siguió el opúsculo sobre la costumbre4, en el que Bobbio mostraba interés por las teorías antiformalistas y en el que se marcaban distancias tanto respecto de su pasión anterior (la fenomenología husserliana, que era demasiado apriorística), como respecto de su futuro punto de referencia (el neokantismo y en particular Kelsen, que era demasiado formalista).

Sin embargo, esta trayectoria académica sería pronto perturbada por una serie de incidentes políticos, que cada vez eran más frecuentes. La relación con amigos antifascistas del liceo y de la universidad provocó que se viera envuelto en los arrestos de 1935, que tuvieron consecuencias graves para algunos, pero que, para Bobbio, se resolvieron con una mera admonición: una medida administrativa más liviana que la cárcel, pero lo suficientemente fuerte como para interrumpir su carrera académica. Por esta razón, Bobbio

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terminó enviando un escrito a Mussolini, en el que subrayaba su conformidad con el régimen. Esta misiva sería exhumada en 1992 para desacreditar a Bobbio y, con él, a todos los antifascistas: habíamos entrado ya en la fase berlusconiana de la política italiana.

Su recurso fue admitido y, en 1935, dio inicio a su docencia en la Universidad de Camerino. En 1938, su concurso de acceso a la cátedra fue bloqueado por el ministerio. La intervención de un influyente tío de Bobbio puso remedio también a este obstáculo y, finalmente, pudo participar y vencer en el concurso. Sin embargo, no pudo optar al destino deseado, en la Universidad de Urbino, ya que se trataba de un hombre "soltero": en efecto, la legislación demográfica fascista preveía penalizaciones en la carrera para quien no estuviese casado. Así pues, en 1939 fue llamado a ocupar una cátedra en Siena y, desde allí, pasaría a Padua en 1940.

Mientras tanto, en 1938, el régimen fascista había promulgado las leyes raciales, que para Bobbio significaron un brusco despertar del conformismo de aquellos años. "Con la imprevista e improvisada aprobación de las leyes raciales -escribirá Bobbio más de medio siglo después- nuestra generación se topó, en los años de madurez, con el escándalo de una discriminación infame que, tanto en mí como en otros, dejó un sello indeleble. Fue entonces cuando el espejismo de una sociedad igualitaria propició la conversión al comunismo de muchos jóvenes moral e intelectualmente serios. Sé bien que hoy [o sea, en 1994], a tantos años de distancia, el juicio sobre el fascismo debe emitirse con la distancia del historiador. Aquí, sin embargo, no hablo en tanto que historiador, sino sólo con el ánimo de ofrecer un testimonio personal de mi educación política, en la cual, como reacción al régimen, tuvieron también importancia los ideales de la igualdad y la fraternidad, más allá y además de los de la libertad"5.

En Padua, Bobbio se aproximó al Partido de Acción, organización antifascista de inspiración no marxista, y dio comienzo a su actividad como filósofo militante. Entre tanto, Gioele Solari se había jubilado en 1942 y Bobbio le había sustituido con carácter provisional en Turín, pese a continuar su docencia en Padua.

En 1943 tuvo lugar el dramático año de la división de Italia, con el armisticio del 8 de septiembre, que hizo pasar a los soldados italianos de aliados a enemigos de los alemanes: el sur de la península continuó la guerra del lado de los aliados democráticos, mientras que en el norte se refundó un Estado fascista bajo la égida de los alemanes. En aquel 1943, Bobbio contrajo matri-

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monio y Gioele Solari, como regalo de bodas, invitó a Bobbio a elegir entre los libros de su biblioteca. Bobbio escogió la edición de las obras de Carlo Cattaneo: así comenzó su relación con uno de los autores que más fuertemente influirían en su pensamiento.

Finalizada la guerra, en los meses de octubre y noviembre de 1945, Bobbio emprendió un viaje a Inglaterra que tuvo un peso en su formación no menor al que había tenido su viaje a Alemania de 1932: "el viaje a Inglaterra -escribió en su autobiografía- significó el descubrimiento de la democracia"6.

En 1948 fue llamado a Turín y, en ese mismo año, comenzó su actividad en la universidad piamontesa, en la que permanecería hasta su jubilación, ocupando hasta 1972 la cátedra que había pertenecido a su maestro Gioele Solari en la Facultad de Derecho y, a partir de 1972, enseñando en la Facultad de Ciencias Políticas.

2. Las raíces biográficas de las obras de bobbio: las cesuras de 1945 y de 1972

Se pueden identificar dos cesuras en el conjunto de la producción científica de Bobbio. En 1945, el final de la segunda guerra mundial y, en Italia, la caída del fascismo y el advenimiento de la república democrática permitieron a Bobbio afrontar con libertad los temas iusfilosóficos y políticos que le caracterizarían hasta el final de sus días. En 1972, los acontecimientos, esta vez más locales, llevaron a Bobbio desde la facultad de derecho a la de ciencias políticas y, por consiguiente, a un interés prevalente por los temas de teoría y práctica políticas.

Pese a todo, esta segunda cesura no implicó un abandono de los temas de filosofía del derecho en favor de los politológicos. En realidad, estos dos intereses siempre estuvieron presentes en Bobbio, de modo que el punto de inflexión de 1972 indica sólo que antes de éste predominaron (pero sin ser exclusivos) los intereses filosófico-jurídicos, mientras que después prevalecieron (pero también sin exclusividad) los intereses filosófico-políticos. Esta distinción presenta, sobre todo, una gran utilidad expositiva, porque permite ordenar en dos filones homogéneos la copiosa producción de Bobbio.

En 2010, dicha producción fue sintetizada por Marco Revelli de la siguiente manera: "actualmente, los escritos catalogados son 4803, entre los cuales se

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encuentran 128 libros, 944 artículos y 1452 ensayos", a los que hay que añadir 457 entrevistas, 316 conferencias o lecciones, así...

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