El liberalismo constitucional en la fundación del imperio brasileño

AutorAlberto Vivar Flores
CargoGraduado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca (España)
Páginas149-179

Alberto Vivar Flores

    Graduado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca (España), cursó estudios de Maestría en Filosofía de la Historia en la Universidade Federal da Paraíba (Brasil) y de Doctorado en Historia Iberoamericana en la Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul (Brasil). Ha publicado, entre otros, el libro intitulado Antrolpolgia da Libertação Latino-Americana. Actualmente desempeña sus actividades como Profesor e Investigador en la Universidade Federal de Alagoas (Brasil).

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  1. Al pretender situar al "Liberalismo brasileiro" que investigamos - así como la "Carta Outorgada" en la cual, específicamente, en este caso, se plasmó de manera positiva y concreta -, tanto a nivel del pensamiento político universal1, así como dentro del Liberalismo en Iberoamérica, preguntamos: ¿Qué tipo de liberalismo es el "Liberalismo brasileiro" que, como resultado de una historia de tres siglos de invasión, colonización y rebeldía, finalmente, se impuso en la Carta Magna (25 de marzo de 1824) que estructuró a Brasil como un país independiente, libre y soberano que asumía su historia y su destino?

  2. Desde luego, para responder a esta pregunta, no es suficiente apenas procurar "na Europa, em autores europeus, as raízes do liberalismo brasileiro"2; pues, si así fuera, para identificarlo bastaría indicarlo "como matéria de importação, totalmente desvinculado da realidade brasileira".3 Mas, a estas alturas, sabemos bien que ni en Iberoamérica como un todo, ni en Brasil, en particular, aconteció así; que ni en Iberoamérica ni tampoco en Brasil el liberalismo del que estamos hablando es algo etéreo o desencarnado; que "é evidente que o liberalismo tem no Brasil seus próprios fundamentos sociais, que definem os seus limites"4.

  3. Mas, si es verdad lo anterior, esto es, que el Liberalismo en Brasil no fue una mera ideología de importación; por supuesto que también es verdad lo posterior, esto es, que "não foi também mera invenção"5. Es decir - y por aquí, en este juego dialéctico, es posible comenzar a descubrir la peculiaridad u originalidad del "Liberalismo brasileiro" -, dicho de otra manera, al mismo tiempo que podemos registrar, por una parte, que "o liberalismo brasileiro se define em função de uma realidade nacional que lhe confere um certo sentido"6; por otra, podemos reconocer, sin miedo de errar, que "ele é também constituído a partir de um modelo europeu que serve de ponto de referência constante aos liberais brasileiros, os quais examinam e modificam estePage 150 modelo, a partir de sua experiência e de seu projeto"7. Quiere decir, por tanto, que se da una depuración o filtración, o si se prefiere, "uma leitura brasileira do liberalismo europeu"8; desde luego, no por la mayoría de la población brasileña - "uma vez que a maioria da população era mantida analfabeta e alienada para que não viesse a ter verdadeira consciência das concepções importadas"9-, sino por aquellos "indivíduos e grupos sociais cuja experiência lhes permitiu pensar o mundo em termos liberais, isto é, em termos de um liberalismo que lhes é próprio"10. ¿Cuál es, pues, entre los varios rostros de identidad que adquirió el Liberalismo durante su evolución por la Modernidad e inicio de la Epoca Contemporánea, el rostro del "Liberalismo brasileiro" que estrena el Brasil independiente?

  4. Desde luego, aquel que las elites socio-económico-político brasileiras: o consiguieron transformar, de "ideologia revolucionaria articulada por novos setores emergentes e forjados na luta contra os privilégios da nobreza"11, en una ideologia adecuada "para servir de suporte aos interesses das oligarquias, dos grandes proprietarios de terra e do clientelismo vinculado ao monarquismo imperial"12; o ya encontraron, de alguna manera, pulido y domesticado por su propia evolución histórica - no olvidemos que "o pensamento liberal perdeu aos poucos sua função revolucionária ou transformadora, servindo para ocultar através de formas universalizantes a ficção de uma prática que beneficiaría apenas minorias: os que eram definidos como cidadãos, os que tinham propriedade, os que se faziam representar no poder"13-.

  5. Por consiguiente, en la dialéctica de la colonización y alienación cultural de un pueblo, no se puede acusar sin más - por ejemplo - de imperialistas a aquellos pueblos que van a la vanguardia del progreso y que sirven dePage 151 "modelo" inspirador; pues, en ese "imperialismo", siempre hay la colaboración14 o la complicidad de una buena parte de sus propias "elites"15. Pero, mismo así, y sobre todo en los momentos del despertar del nacionalismo independentista de esos pueblos - como es el caso del Brasil que estamos hablando -, tal dialéctica, por paradójico que parezca, se transforma: "A guerra cultural e ideológica contra o imperialismo ocorre sob a forma de resistência nas colônias"16. Así siendo, fue, pues, por dentro de esa dialéctica de opresiónliberación - vivida durante tres siglos, de diversas maneras, por indios, negros, portugueses, mestizos, en fin - que "os revolucionários do período colonial usavam o liberalismo para criticar a administração e o sistema colonial"17, hasta conseguir o ser obligados - caso clásico de Brasil y de los Estados Unidos de Norteamérica - a conquistar su independencia.

  6. Pero de las "tantas caras" que adquirió el Liberalismo en su evolución histórica18 y que, de algún modo, se hicieron presentes en Brasil durante el período que nos ocupa, ¿cuál fue la que, finalmente, se impuso hegemónicamente?; pues, bien sabemos que "el liberalismo ofrece aspectos muy diversos, según las épocas, según los países y según las tendencias de una misma época y de un mismo país"19.

  7. Por supuesto que, en la respuesta a esta pregunta, el liberalismo que nos interesa es aquel que, surgiendo de la convergencia de los diversos liberalismos que se encuentran durante el proceso de la independencia - y cuyo debate, de cierta forma, se clausura con la disolución de la "Assembléia Geral, Constituinte, e Legislativa do Império do Brasil", el 12 de noviembre de 1823, por D. Pedro I -, consigue imponerse y plasmarse institucionalmente a través de la "Constituição Política do Império do Brasil", jurada por D. Pedro I, y mandándola observar y cumplir mediante "Carta de Lei" del 25 de marzo de 1824.

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  8. Según nuestra investigación, a nivel internacional - su especificidad nacional, identidad y originalidad brasileña luego la veremos -, nos parece ser, en líneas generales, desde luego, el llamado "Liberalismo da Restauração" posnapoleónica. Quiere decir, por lo que dice relación a nuestro trabajo, si se quiere, aquel que comienza a tejerse con las críticas a la Revolución Francesa elaboradas por Edmundo Burke (1729-1797) en su obra Reflections on the Revolution in France (1790) y contestadas por Thomas Paine (1737-1809) en su escrito titulado The Rights of Man (1791-1792), atraviesa críticamente el complejo y sorprendente período napoleónico, triunfa en el Congreso de Viena y se institucionaliza en la "Charte Constitutionnelle" (4 de junio de 1814) francesa de Luis XVIII, siendo articulado teóricamente por autores como Benjamin Constant (1767-1830), Royer - Collard (1763-1845), Hegel (1770-1831) y Guizot (1787-1874), entre otros.

    9. Ahora bien, si, como diria Talleyrand (1754-1838) en sus Mémoires, "La Restauración sólo es un principio, es el triunfo de la legitimidad"20; y, si, como escribiría Hegel, "o direito do nascimento e o direito hereditário são o fundamento da legitimidade"21; entonces, consecuentemente, el "principio de la legitimidad" o el "principio monárquico"22- para los efectos y causas, da en lo mismo - será el que estructure y articule el "Liberalismo de la Restauración", mejor conocido como "Liberalismo Doctrinario".

  9. Así, pues, en el cuadro de la evolución del Liberalismo de la Modernidad, el "Liberalismo Doctrinario" se presenta como una lúcida y necesaria reacción, por un lado, ante el tradicionalismo monárquico absolutista - propio y característico del Antiguo Régimen -; por otro, ante el liberalismo radical, jacobino, democrático-republicano - acusado de fantasioso, ilusorio y demagógico -; pero también ante el liberalismo moderado - al estilo del establecido en las Constituciones francesa de 1791, española de 1812 y portuguesa de 1822 -, el cual atentaba abiertamente contra las prerrogativas inherentes a la realeza.

  10. Manteniendo la figura del Rey Constitucional, mediante la sustentación del régimen monárquico constitucional - tal y como lo había reclamado desde el inicio la Revolución Francesa ante el absolutismo monárquico -, el "Liberalismo Doctrinario" surgido hegemónicamente luego después de la Revolución , sin embargo, habiendo rechazado explícitamente el concepto de "Constitución" para gobernar y asumido deliberadamente el de "Carta Constitucional , automáticamente, declaraba sus más profundas intenciones. Según el "Liberalismo Doctrinario", "el soberano concedería conPage 153 Independencia, motu propio, lo que se deseaba aceptara"23. Por consiguiente, en la Monarquía Constitucional de carácter doctrinario/cartista, "la ordenación política arranca de la autoridad originaria del Rey, el cual graciosamente concede a sus súbditos una Carta que supone cierta modalidad en el ejercicio de aquella"24. Haciéndose, pues, del Monarca algo consubstancial al propio origen, formación y constitución histórica del pueblo/Nación, cualquiera que ésta sea (en este sentido, el caso de Portugal es paradigmático), podemos decir que, para el "Liberalismo Doctrinario", la soberanía del pueblo - tanto "para fuera" (en sus relaciones internacionales) como "para dentro" (en su íntima administración socio-política) - no se entiende separada u opuesta a la del Monarca (como solía entenderla el "Liberalismo Radical"). Por el contrario, comienza y termina, en última instancia, residiendo en el Monarca. Pues, en primer lugar, los liberales doctrinarios entienden que,

    "sem o seu monarca, e sem a...

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