Ley 8 Libertad civil

AutorJuan García Granero Fernández
Cargo del AutorNotario

En razón de la libertad civil, esencial en el Derecho navarro, las leyes se presumen dispositivas(a).

Leyes 7 y 8

  1. INTRODUCCIÓN

    El principio de libertad civil aparece formulado en el Fuero Nuevo de Navarra (leyes 7 y 8), bajo el aforismo paramiento fuero vienze, y en la vigente Compilación del Derecho civil de Aragón (art. 3.°), a través del apotegma standum est chartae. Sin embargo, ello no significa que tal principio sea algo exclusivo de esos ordenamientos forales, ya que, en épocas anteriores, existió también, y con igual fuerza y valor, en otros ámbitos jurídicos europeos, cuyas fuentes contienen formulaciones variadas, pero idénticas en su raíz y alcance: pactum legem vincit (en Inglaterra), Gedinge bricht Landrecht (en los territorios de habla alemana), convenances vaint loi (en Francia, Flandes y Suiza), standum est scripturae notarii (país de Vaud), patti rompono leggi (Italia) y otras similares, las cuales componen un cuadro jurídico esencialmente coincidente K El hecho de que, en esos territorios, tal doctrina haya cedido ante el positivismo y la concepción legalista del Derecho, realza la fidelidad histórica e ideológica de los Derechos de Navarra(2) y Aragón(3), que mantienen vivos y vigentes sus respectivos aforismos, los cuales representan la continuidad y permanencia de lo que, en otros tiempos, fue patrimonio común a la mayor parte de los países europeos. Hoy, que tanto se habla -inoportunamente muchas veces- sobre la unidad europea, no estará de más hacer aquí -oportunamente- hincapié sobre la existencia de esos proverbios jurídicos, que son exponente de la auténtica unidad cultural de Europa, como comunidad de naciones cristianas; y es, precisamente, en ese sentido en el que debe hacerse una búsqueda sincera -no sectaria y prejuzgada- de las auténticas raíces espirituales de Europa.

  2. EL PRINCIPIO «PACTOS ROMPEN LEYES»

    1. Idea general

      La índole de estos comentarios excluye, por supuesto, todo propósito de realizar aquí un estudio monográfico y general del principio pactos rompen leyes e, incluso, ni siquiera en su específica formulación navarra, paramiento fuero vienze. Aun dejando tal intento para otra ocasión, y dentro de la línea exegética y teórico-práctica de esta obra, creo obligado un tratamiento digno y serio, acorde con la importancia trascendental que en el sistema jurídico navarro revisten las leyes 7 y 8 del Fuero Nuevo, las cuales, por sí solas, representan el núcleo esencial de todo el Derecho de Navarra, histórico y vigente. Un estudio en este sentido se hace tanto más necesario en razón de que es un tema prácticamente intocado en la bibliografía navarra(4). Por ello, se impone una exposición que arranque del origen y formulación del principio, en el medio histórico en que nació, dentro del contexto jurídico europeo.

      Aun cuando un método lógico parece exigir el examen previo de las circunstancias históricas que determinaron la aparición del aforismo pactos rompen leyes, creo preferible comenzar por una exposición -necesariamente compendiada, y reducida a los textos esenciales- de las fuentes jurídicas en las que tal principio aparece constatado y reconocido.

      En los textos, la formulación del principio se decanta en dos modalidades esenciales: una, que cabría denominar expresión aragonesa, la de estar a la carta; y otra, que paralelamente puede ser calificada como formulación navarra, esto es, la de pactos rompen leyes. Con frecuencia, en fuentes de una misma zona jurídica, e incluso en un único texto, ambas fórmulas son utilizadas alternativa e indistintamente.

    2. La proyección europea

      A) Inglaterra y Escocia: «pactum legem vincitr»

      La expresión más antigua que se conoce de esos proverbios jurídicos se encuentra en Inglaterra; lo que, de otra parte, no necesariamente significa atribuir a ese país la prioridad histórica ni el origen de tal doctrina. Las llamadas Leges Henrici -obra privada y anónima escrita entre 1114 y 1118-(5) rotundamente afirman: pactum legem vincit(6). En el Tractatus de legibus et consuetudinibus regni Angliae -que suele atribuirse a Glanvill y que, probablemente, fue escrito entre 1187 y 1188- asimismo se dice: conuentio legem vincit(7), de allí pasó a las fuentes jurídicas de Escocia8. La importante y famosa obra de Brancton, De legibus et consuetudinibus Angliae -escrita a mediados del siglo XIII(9)-, en pluralidad de pasajes coincidentes proclama igual doctrina: bien en la misma forma (conditio sive conventio vincit legem), bien ordenando estar a la carta (hoc solum suffidt ad probationem cartae, et omnia in ea contenta erunt tenenda) (10). Y en la misma línea cabe mencionar la obra comúnmente conocida por Fleta, donde se lee: «Modus enim legem dat donacioni et tenundus est eciam contra ius comune quia modus et co-nuencio vincut legem» (11).

      Dentro de la evolución del Derecho inglés, resulta de singular interés subrayar que estos principios, inicialmente formulados en obras escritas por juristas privados, posteriormente son recogidas en disposiciones oficiales. Así, el Statutum Westminster II, del rey Eduardo I (año 1285), recoge la doble expresión del principio: es decir, la determinación de tener que estar a lo dispuesto en la carta (statuit quod voluntas dona-toris secundum in carta doni sui manifieste expressam de certo obser-vetur)(12); y el predominio del pacto sobre la ley (cum convenció legi de-roget) (13). Más tardíamente, este último principio jurídico se reitera en los Statutes del rey Eduardo VI (años 1549-1550): «where covenante doth abrógate lawe» (14).

      B) Zona de habla francesa: «convenances vaint loi»

      Se agrupa aquí todas las fuentes jurídicas de Francia, Flandes y de algunos países helvéticos que coinciden en exponer, en la forma indicada, la prevalencia del convenio privado sobre la costumbre, la ley o el Derecho.

      Aunque de modo muy genérico, se expresa esta idea en la antigua costumbre de Uccle (Ducado de Bravante, Flandes), del siglo XIV, y denominada Dit is 't Recht van Uccle, cuyo artículo 99 dice: «Al geloefte es schout» (15); es decir, toda promesa es deuda.

      Dentro del área jurídica de Flandes, en las Coutumes de Scánt-Amand (hoy Saint-Amandles-Eaux, departamento del Norte, Francia), se halla comprendida la recopilación privada conocida por el Facet (que data de 1271), y en la que figura el sucinto pero contundente texto I, XXIII, 9: «Convenenche li loi vaint» (16).

      Esta última formulación del principio es la más frecuentemente acogida en las fuentes jurídicas francesas, aun cuando alguna de éstas se inclina hacia proverbios similares al standum est chartae aragonés. Así, en el Derecho de Cambrai, todavía al mediar el siglo XVI se proclama que «lettres en ferme son metes en elles» (17). Y en igual sentido, «tenez voz lettres» se halla en la obra titulada Conseil á un ami, escrita por Pierre de Fontaines entre 1254 y 1258 (18); si bien, el propio autor invoca también el adagio convenance loi veint(19). Igualmente ese aforismo -convenance loy vcúnt (20)- consta en los Anciennes Usages d'Artois, compilación anónima compuesta hacia 1300, fuertemente influida por Conseil á un ami, de donde muy posiblemente ha tomado el proverbio(21).

      Entre 1280-1283, Jean Roisin compila el Derecho de Lille, y en el luego conocido como Le livre Roisin escribe: non doit faire le record et diré loy avant, selonc chou que convenneche se porte (22).

      Philippe de Remi, sire de Beaumanoir, en su conocida e importante obra Les Coutumes de Beauvcásis (escrita hacia 1283), reproduce el aforismo convenance vaint loi (en algún manuscrito se dice convenace vaint droit) y trata de su alcance y sentido(23). En la misma línea hay que mencionar la Tres Ancienne Coutume de Bretagne, compilación privada escrita entre 1312 y 1325, y en la que se acoge tanto la expresión «quar condiáons sont plus fortes que droit ne que costumes» (24), como la afirmación de que da vente en doit estre tenu selon le contrat et le divis du marchié» (25). El proverbio «car convenant venque lei» se repite, dentro de los Assises de Jérusalem, en el Livre des assises de la Cour des Bourgeois(26).

      Finalmente, hay que señalar que convenances vainquet loi llega a ser un principio general y fundamental en Droit coutumier, como lo prueba su inserción en las Institutes coutumiéres, de Antoine Loysel, obra muy tardía, cuya primera edición es del año 1607(27). Todo ello, sin olvidar la amplia difusión que ese aforismo ofrece como proverbio popular, según acreditan las diversas colecciones francesas de refranes(28).

      Por supuesto que, contra esta concepción jurídica popular, consuetudinaria y de espontánea creación del Derecho, no faltará muy pronto una reacción de signo legalista que, en todo caso, tratará de afirmar el predominio, sobre la convenance, de la coutume, y aun sobre ésta, del mismo Drait écrit. Tal tendencia es manifiesta ya en juristas de formación romanista, como Pierre de Fontaines y Philippe de Beaumanoir, y decididamente se afirma en Jean de Boutillier, en su obra La Somme rural19, fuertemente romanizada, escrita hacia 1400.

      Respecto a determinados países helvéticos, cabe indicar que la práctica jurídica de la ciudad de Freiburg pone de manifiesto la precedencia del pacto o convenio sobre la ley o Derecho en contrario. Lo atestigua el formulario del notario friburgués Ulrich Manot, de comienzos del siglo XV(30).

      También en ese mismo tiempo, el Derecho consuetudinario del país de Vaud acredita la vigencia de tal doctrina, traducida en expresiones y aforismos que hacen evocar el standum est chartae aragonés. En varias encuestas para la prueba y determinación de las consuetudine patriae Vaudi, los coutumiers consultados afirman decididamente que standum est scripturae notarii, o bien que secundum scripturam debet iudicari in consuetudine de valliditate sea invcüliditate tcdlis instrumenti; o, en términos parecidos, que standum et iudicandum ac iudicari consuevit in dicta consuetudine patria Vaudi secondum tenorem lictere(31). Las fuentes posteriores acreditan para dicho...

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