Lecciones de Filosofa del Derecho. Presupuestos para una Filosofa de la experiencia jurídica
| Autor | Fernando H. Llano Alonso |
| Cargo | Universidad de Sevilla |
| Páginas | 469-472 |
Pérez Luño, Antonio Enrique, Lecciones de Filosofa del Derecho. Presupuestos para una Filosofa de la experiencia jurídica, Sevilla, Mergablum, 1999 (2.ª ed.), 265 pp.
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Según un clásico esquema goethiano, en toda biografía intelectual cabe distinguir tres etapas o momentos ideales: la primera correspondería a los «años de aprendizaje» (Lehrjahre), en los que se forma el pensamiento y se realizan los primeros estudios e investigaciones; la segunda fase estaría representada por los «años de peregrinación» (Wanderjahre), consagrados a enriquecer y perfilar la actitud personal del intelectual a través del debate doctrinal y la comunicación de ideas; finalmente, el último período sería el de los «años de magisterio» (Meisterjahre), en los que, por un lado, se consolidan tanto la trayectoria profesional como la obra personal del intelectual, y, por otra parte, se transmiten a otras personas (normalmente sus discípulos) las experiencias más depuradas de una larga carrera científica.
En sus Lecciones de Filosofía del Derecho, el profesor Antonio Enrique Pérez Luño nos presenta un completo trabajo en el que se compendian más de treinta años de una rigurosa labor investigadora acompañada de una contrastada experiencia docente. En él encontramos ese modelo de profesor universitario evocado por José Ortega y Gasset en Misión de la Universidad (1930) en el que se combina la vocación científica con la capacidad de enseñar y transmitir sus conocimientos a los demás. Fiel a esa imagen orteguiana de la cultura y de la ciencia, Pérez Luño nos presenta una concepción de la Filosofía del Derecho entendida como una reflexión sobre la experiencia jurídica. Esta apelación a la experiencia jurídica supone, según este autor, un intento de «captar el Derecho en su entero desenvolvimiento, evitando los riesgos de fragmentación y/o reduccionismo de que adolecen determinadas aproximaciones unilaterales al fenómeno jurídico» (p. 14); en este sentido, el principal cometido de la Filosofía de la experiencia jurídica consistirá en contribuir a diseñar el marco racional, crítico y global de los problemas referentes al conocimiento, la comprensión y la valoración del Derecho. Este planteamiento es afín a aquellos análisis sobre el valor de la Filosofía, como por ejemplo el de Bertrand Russell, que sostienen que la Filosofía no debe ser estudiada por las respuestas correctas a las preguntas que plantea, puesto que ninguna respuesta puede ser conocida como verdadera, sino más bien por el valor de los problemas mismos.
En consonancia con esa concepción dinámica y omnicomprensiva de la Filosofía del Derecho defendida por Pérez Luño, el libro se estructura en ocho capítulos: en el primero se parte de la consideración de la Filosofía del Derecho como una disciplina bifronte o «de encrucijada» en la que confluyen dos tipos de conocimiento, el filosófico y el jurídico. Aclarar los términos en los que se produce el cruce entre la reflexión filosófica con la experiencia jurídica será el motivo central de este capítulo. Por otro lado, como el propio autor indica, plantear la encrucijada iusfilosófica supone retomar viejos debates culturales que en los...
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