Juan Vallet de Goytisolo

AutorLuis Díez-Picazo
Páginas493-495

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En las ultimas semanas del mes de junio del corriente año ha fallecido en Madrid, donde vivía, Juan Vallet de goytisolo, que era, como es bien sabido, codirector de este Anuario, al mismo tiempo que era también una de las grandes personalidades españolas del derecho privado y de la Filosofía del derecho, materias en las que ha cubierto en nuestro país más de medio siglo con su extensa y compleja obra, razones todas ellas más que suficientes para rendirle en estos momentos un homenaje indudablemente muy merecido.

Juan Vallet había nacido en Barcelona en el año 1917 y había estudiado en aquella ciudad la carrera de derecho en la primera etapa de la universidad, durante la segunda republica. Siempre recordaba con mucho cariño afecto y admiración a José Alger que fue su maestro en derecho civil.

A los pocos años de haber concluido la guerra Civil, Juan Vallet obtuvo plaza en unas oposiciones libres a notarias y desempeñó su función en diferentes notarias antes de llegar a Madrid como notario, para continuar ejerciendo en la capital su profesión. Ello no obstante, Vallet tenía una profunda veta de pensador y de pensador jurídico y social, que cultivó de manera casi inmediata.

Cuando llegó a Madrid, al final de los años cuarenta, se colocó enseguida bajo el magisterio intelectual de Federico de Castro, que fue el primer director de nuestra revista, y, como es sabido, uno de los grandes civilistas de todos los tiempos.

Vallet recibió de Federico de Castro dos grandes líneas de pensamiento: un iusnaturalismo y un historicismo. Por los años de los que estamos hablando, se cultivaba en nuestro país un iusnaturalismo de corte tradicional y escolástico, en el que uno no sabía distinguir el derecho natural del derecho divino o positivo, aunque Fede-rico de Castro siempre señaló que en santo Tomás de Aquino existían amplias zonas que el derecho natural no había cubierto, y en las cuales la ordenación legal, por supuesto enderezada hacia el bien común, se dejaba al arbitrio del legislador y, por tanto, del derecho positivo. Vallet mantuvo ese iusnaturalismo que llamó de

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corte tradicional a lo largo de prácticamente toda su vida, porque era además, según su criterio el exigido por las creencias cristianas que profesó siempre acendradamente.

El historicismo había sido también puesto de relieve por F. De Castro, en gran parte porque su primera carrera había sido la carrera de Historia y, en segundo lugar, porque había manifestado la...

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