P. José María López Riocerezo (1912-2003). Biografía y escritos

AutorModesto González Velasco, OSA
CargoReal Monasterio San Lorenzo del Escorial
Páginas641-678

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I Introducción

El 10 de mayo de 2003 falleció en el convento de San Agustín, de Salamanca, el padre José María López Riocerezo. Había sido profesor del Real Colegio Universitario de María Cristina, de S. L. de El Escorial, sin interrupción, desde 1945 hasta el año 1977. Él fue colaborador habitual y director, algún tiempo, del Anuario Jurídico Escurialense. Merece, pues, que se le dedique un recuerdo en este Anuario.

Conocí al padre José María López Riocerezo en el año 1943 con motivo de la solemne novena dedicada a Ntra. Sra. de la Consolación en la Basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en la última semana de agosto y primera de septiembre. Mis recuerdos sobre su persona en ese año son algo confusos. Se irán haciendo claros en los años siguientes. La novena se celebraba con tal solemnidad que la gran Basílica se veía abarrotada de fieles. La música polifónica y el sermón constituían los actos más destacados. Los sermones se encargaban a sacerdotes de reconocido prestigio. El P. José María, con sus 31 años cumplidos, ya se distinguía por sus dotes de buen orador.

Fue en alguno de estos sermones, predicados por el P. José María, donde yo le vi y oí predicar por vez primera. Entendía yo poco de predicación y de oratoria. Me llamaban la atención su facilidad de palabra, clara y sencilla, los gestos y la mímica, sumamente expresivos, y la figura alta y esbelta de su persona, de figura bien plantada, entonces en lo mejor de su edad. Unos años después lo recuerdo por unos comentarios que, en cierta ocasión, hizo cuando él preparaba la tesis doctoral en Derecho sobre el gran penalista P. Jerónimo Montes.

Son estas dos facetas, la del Apostolado sacerdotal a través de la Predicación y Sacramentos, y la de Profesor de Derecho, lo que ha cultivado el padre José María López Riocerezo, de modo especial, a Page 642 través de los años, desde su ordenación sacerdotal. Fue profesor por obediencia y mandato de los Superiores desde 1939 a 1977. Fue apóstol por su vocación sacerdotal desde su ordenación en 1935 hasta el final de sus días.

Divido este artículo en cuatro partes generales: I. Introducción. II. Biografía. III. Escritos. IV. Fuentes y bibliografías. Para la biografía y los escritos, aparte de algunas notas de indagaciones propias, utilizo las fuentes y bibliografía que se citarán en el apartado IV.

II Biografía

Los doce primeros años

Ubierna, pueblo natal del padre José María López Riocerezo, está situado al norte de la ciudad de Burgos, de la que dista 18 Km. Tiene en la actualidad unos 120 habitantes. En 1910, según el censo de ese año, tenía 473 habitantes. Al sureste de la población se encuentra la ermita de Ntra. Sra. de los Montes Claros, patrona de la Merindad de Ubierna. San Juan Bautista es el patrono del pueblo, cuya fiesta se celebra el 24 de junio. Se conserva en ruinas la fortaleza del castillo de Ubierna, «declarado bien de interés cultural» por la Junta de Castilla y León. La enciclopedia Espasa describe el entorno del pueblo como «terreno en parte peñascoso». «En el término se producen principalmente cereales y legumbres». Está bañado por las aguas del río Ubierna, que toma el nombre precisamente del pueblo. En este ambiente rural se desarrolla la vida de nuestro biografiado en los doce primeros años. A él volverá en las vacaciones estivales para descansar y convivir con las gentes de su pueblo.

José María nació en jueves, el 18 de julio de 1912. Fue bautizado el domingo siguiente, día 21, en la iglesia de San Juan Bautista. Sus padres se llamaban Jacinto López Pineda, natural de Las Rebolledas, y María Riocerezo González, de Ubierna. Los abuelos paternos, Ambrosio López Díez y Patricia Pineda López, eran naturales de Las Rebolledas, y los maternos, Leonardo Riocerezo Rouco, de Villanueva de Río Ubierna, e Isabel González Díez, de San Martín de Ubierna. Así pues, salvo su madre, los antepasados más próximos habían nacido en pueblos cercanos a Ubierna. Page 643

José María era el segundo de cuatro hermanos. Le había precedido Teresa, la primogénita. Le siguieron una hermana, Anunciación, y un hermano, Jacinto. Antes del nacimiento de éste murió su padre, por lo que José María quedó huérfano de padre con ocho años de edad. Anunciación se hizo religiosa de las Hijas de la Caridad, vive actualmente en Badajoz. Teresa y Jacinto permanecieron en Ubierna encargados del patrimonio familiar.

Su madre, María, una de esas mujeres de recia estirpe castellana, es recordada así por su nieta Margarita1: «La Sra. María, como era conocida en el pueblo, sin más preparación que la adquirida en la escuela, de temperamento vivo y de una inteligencia despierta, aficionada a la lectura, de caligrafía y ortografía perfectas, con su poca labranza y su buena aguja (cosía para fuera) sacó adelante la familia».

Hogar cristiano ante todo, y, como en aquel entonces, todo envuelto en el amor y temor de Dios, siendo la madre su principal impulsora. La vida religiosa no era extraña en el ambiente familiar. Dos de sus hermanos, Mariano y Casilda, habían optado por la vida del Carmelo, el primero en los padres Carmelitas, con el nombre de fray Mariano 2 de San José, y la segunda en el Carmelo de Cuenca.

Poco se conoce de los doce primeros años de José María. Realizó los estudios primarios y elementales en la escuela nacional de Ubierna. A los diez años fue confirmado el 22 de septiembre de 1922. El ambiente religioso que se respiraba en la familia despertó en el joven José María deseos de ser sacerdote. Page 644

Estudiante de Latín y Humanidades

Con el fin de prepararse abandona el pueblo natal en 1924 para estudiar Latín y Humanidades en Las Celadas del Páramo, población no muy distante de Ubierna, en la preceptoría que dirigía el sacerdote don Melecio de la Peña Estalayo (f 1928). Con este preceptor habían cursado estudios anteriormente otros jóvenes que, terminadas las Humanidades abrazaron la vida religiosa. Podemos recordar los nombres de Maurino Alonso Cantarino, Valeriano García Revilla y Ángel Huidobro González (1918-1921), Hilario Martínez (1920-23), Pedro Martínez (1920-1923) y Rufino Palacios Gozalo (1921-1924). Y algunos más los años siguientes.

En 1925 el preceptor don Melecio se traslada a Cañizar de Argaño, población conocida entonces como Cañizar de los Ajos. José María sigue a su preceptor y con él estudiará otros dos años hasta 1927. Su sobrina Margarita escribe que en estos dos pueblos «se alojaba, junto a otros niños de pueblos cercanos, en casa de una Señora, quien, previo el abono de una cantidad estipulada por los familiares de los niños, y que no sería mucho, mantenía a los chiquillos».

No sabemos mucho más. Lo que sí se sabe, por oírselo al propio P. José María años más tarde, no guardaba gratos recuerdos, deseando, en más de una ocasión, regresar a casa, añorando, quizás, el ambiente y costumbres de la familia, por la austeridad y rigor mantenida con los jóvenes. Su madre iba con alguna frecuencia a visitarle, acompañada de algún familiar o de algunos de sus hijos, llevándole comida, ropa y algún dulce

. El único medio de trasporte que tenía para ir y volver en el día era utilizando alguna caballería.

Terminados los tres años de Humanidades en 1927, el joven José María, a punto de cumplir quince años, tiene que decidir dónde continuar los estudios. Lo hace abrazando la vida religiosa en la Orden de San Agustín. Pienso que, al tomar esta decisión, tuvieron algo que decir su tutor de Humanidades, amigo de los Agustinos de S. L. de El Escorial, y su pariente, el agustino Fr. Ángel Huidobro, del vecino pueblo de San Martín de Ubierna.

Religioso agustino

Ingresó en el convento de Ntra. Sra. del Buen Consejo de Leganés, Madrid, el 1 de julio de 1927. Era un convento construido Page 645 recientemente, de dos plantas, en forma de E, inaugurado el año anterior. Estaba situado en una extensa finca, con escasa vegetación, a las afueras del pueblo, en la parte meridional, en una altiplanicie desde la cual se dominaba la población. En aquel entonces la casa estaba dedicada a estudios eclesiásticos de Filosofía, a Noviciado y a la preparación de los hermanos no clérigos. En julio de 1927 residían en la Comunidad cerca de 60 religiosos, compuesta por sacerdotes, estudiantes profesos, novicios y hermanos.

Inició el noviciado el 26 de setiembre de 1927. Tuvo de maestro al padre Victorio Martín Gago. Profesó de votos simples el 27 de setiembre de 1928, recibidos por el prior de la casa, padre Natalio Herrero Herrero; y de votos solemnes en el Real Monasterio de S. L. de El Escorial, el 31 de agosto de 1934, que recibió el prior, padre Juan Monedero Fernández, burgalés de Roa de Duero.

De su noviciado profesaron dieciséis novicios, entre los que cabe recordar a Vicente Peral Herrero, Ceferino Heras de Arriba, Samuel Rubio Calzón, Jesús Largo Manrique y Nemesio García Rubio. Los dos últimos sufrieron martirio en Paracuellos de Jarama el día 30 de noviembre de 1936.

Estudios eclesiásticos

Cursó los estudios eclesiásticos de Filosofía (1928-1932) en el convento de Leganés. En 1931 se proclamó la Segunda República en España. El ambiente creado por las decisiones un tanto arbitrarias de los nuevos gobernantes, a veces de marcado signo antirreligioso, a partir del 13 de abril de 1931, creó un gran desasosiego de incertidumbre e intranquilidad en toda España, de modo especial en los estamentos eclesiásticos. Este ambiente de desasosiego se dejó sentir también en el convento de Leganés, como manifiesta el padre José María3 con motivo de la quema de conventos el 11 de mayo de 1931 en Madrid y otras ciudades. Una de la comunidades que sufrió las desafortunadas consecuencias fue la comunidad de los Agustinos de Málaga, donde las chusmas incontroladas abrasaron los edificios del convento, colegio e iglesia. La comunidad fue dispersada. Algunos de sus religiosos fueron a parar...

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