Jesús Daza Martínez, «in memoriam»
| Autor | Luis Rodríguez Ennes |
| Cargo | Catedrático Emérito de Derecho Romano. Universidad de Vigo |
| Páginas | 887-888 |
Varia 887
AHDE, tomo LXXXVIII-LXXXIX, 2018-2019
Y es que no se puede separar la obra del historiador del compromiso cívico del
ciudadano con las libertades, la democracia y la justicia social. A Hespanha le tocó vivir
tiempos interesantes, pero no creo que los viviera como una maldición. Sólo así se
explica su implicación en la revolución de los claveles, que le llevó a ocuparse de la
Dirección General de Enseñanza Superior en los tumultuosos años de 1974 y 1975, así
como de la Inspección General del Ministerio de Educación entre 1976 y 1989. Pero
incluso después de que los últimos acordes del Glándola, Villa Morena se hubieran
definitivamente apagado, Hespanha siguió siendo requerido por los poderes públicos:
así, entre 1995 y 1999 fue Comisario General de la Comisión Nacional para las conme-
moraciones de los Descubrimientos Portugueses, cargo que le valió su nombramiento
por el Presidente de la República como Gran Oficial de la Orden de Santiago. Con todo,
tengo para mí que no es que le sobraran dotes organizativas para ocuparse de todos estos
empeños, sino que lo que siempre supo hacer fue tratar a la gente, seducir, cuando no
abducir, a quienes lo rodeaban.
Es por ello que Hespanha se distinguió, incluso cuando eso no se llevaba, por organi-
zar y dirigir proyectos de investigación colectivos, implicando en ellos tanto a colegas
como a jóvenes, a quienes abrió las puertas de la dificultosa carrera de la docencia e inves-
tigación con enorme generosidad. No por casualidad, la trayectoria de Hespanha fue
reconocida en forma de doctorados honoris causa (Universidad Federal de Paraná, Brasil;
Universidad de Luzerna, Suiza); diversos nombramientos (Honarary Fellow de la
American Society of Legal History; miembro del Consejo Científico del Instituto Chino-
Portugués de Historia de la Ciencia de Beijing), o premios (Premio Nacional «Universidad
de Coimbra»). Creo, no obstante, que Hespanha antepuso a todos ellos otra clase de reco-
nocimiento, el inmediato de sus oyentes, a quienes no sólo conseguía explicar cuestiones
muy complicadas con palabras muy sencillas, sino que además les hacía reir hablando de
la jurisdicción y del indulto, de la administración o de los jueces, o cómo no, de los límites
de la «portuguesidad». Se suele decir que un maestro no se va porque pervive en su obra;
sin embargo, a quien esto escribe el dicho no le sirve de consuelo: no me falta el Hespanha
historiador del derecho, sino el increíble personaje que fue António Manuel.
M L S
Catedrática de Historia del Derecho y de las Instituciones. Universidad Autónoma
de Madrid
Jesús Daza Martínez, «in memoriam»
Jesús Daza Martínez ha muerto serenamente el 23 de enero de 2017 en Palencia,
ciudad en la que había nacido hace 86 años. En él se ha cumplido ya el desvanecimien-
to, lo único que sabemos con certeza, que habrá de ocurrirle a toda criatura que al nacer
abre las puertas de la vida. Vida la suya larga y plena. Fue ordenado sacerdote el 1 de
julio de 1954. Estudió Teología en la Universidad Pontificia de Comillas y realizó estu-
dios civiles en la Universidad de Oviedo, la Sorbona de París, Estrasburgo, Roma y
Múnich. Fue capellán de la Universidad de Oviedo y Vicario General de Enseñanza en
la archidiócesis asturiana, cuando la gobernaba el entonces arzobispo y luego cardenal
Tarancón. Discípulo aventajado del ilustre romanista y académico Pablo Fuenteseca,
ocupó la cátedra de Derecho Romano en las Universidades de Barcelona, Alicante y la
Complutense de Madrid, en la que se jubiló.
A lo largo de su «cursushonorum» su prestigio va en aumento, especialmente en
las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado: miembro de innumerables tribu-
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