Islas Baleares: el medio ambiente entre cambios político

AutorB. Trias Prats
Páginas663-678
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XXVII
Islas Baleares: el medio ambiente
entre cambios políticos
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Sumario: 1. V. 1.1. Trayectoria y valoración general. 1.2. Legislación. 1.3. Organiza-
ción. 1.4. Ejecución: líneas de actuación. A) Protección de espacios de relevancia ambiental: es-
pacios naturales protegidos y Red ‹‹Natura 2000››. B) Gestión de los recursos hídricos. C) Cam-
bio climático. D) Prevención y lucha contra los incendios. 1.5. Con ictos ambientales.–2. A-
 . 2.1. Departamento del Gobierno autonómico competente en materia de medio
ambiente. A) Estructura interna. B) Entes instrumentales dependientes o vinculados a la Con-
sejería de Medio Ambiente. 2.2. Normativa y actos. A) Normas reglamentarias. B) Otras dispo-
siciones y actos.
* * *
1. VALORACIÓN
1.1. TRAYECTORIA Y VALORACIÓN GENERAL
Elaborar una rápida crónica de la política ambiental del año 2011 no parece que
debiera resultar una tarea excesivamente complicada. Por una sencilla razón, porque
2011 no ha sido en absoluto un año pródigo en acontecimientos especialmente rele-
vantes, ya sea por su impacto positivo o por su impacto negativo, desde el punto de
vista de la referida política ambiental autonómica. Un simple dato, el que se refiere
a la producción normativa, nos puede servir de muestra para tener una idea precisa
de hasta qué punto el año 2011 ha resultado en gran medida un período de pausa:
no se ha aprobado ninguna disposición de rango legal directamente vinculada a la
materia ambiental; y prácticamente lo mismo puede decirse por lo que se refiere a las
disposiciones de rango reglamentario, si se exceptúan las relacionadas con aspectos
estrictamente organizativos.
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Observatorio de políticas ambientales 2012 _________________________________________________
Así pues, insistimos, el año 2011 ha representado un cierto paréntesis, una cierta
ralentización, respecto al ritmo normal al que venían desarrollándose los acontecimien-
tos durante los años anteriores en el ámbito de la política ambiental. O dicho de otra
forma, un período que desde luego no se ha caracterizado por grandes innovaciones
en la actuación pública ambiental, sino básicamente por la continuidad en la actividad
ordinaria de gestión. Sin duda, la explicación de esta situación se encuentra en buena
parte en el proceso electoral que ha tenido lugar durante la primavera. Y que ha pro-
vocado, como muchos ya se habían aventurado a pronosticar, un importante cambio en
la composición del Parlamento Autonómico y, por supuesto, en el color del Ejecutivo
balear. La disolución de la Cámara Legislativa en pleno período de sesiones, el pos-
terior lapso de tiempo transcurrido hasta la constitución de la nueva Asamblea y, por
último, el tiempo dedicado a la formación y puesta en funcionamiento del Gobierno
entrante, sin duda han condicionado el ritmo e intensidad de las actuaciones llevadas
a cabo por los poderes públicos, y de manera particular las producidas en el ámbito
ambiental. Con un Gobierno saliente prácticamente en funciones desde principios de
año, preocupado sobre todo por el modo de afrontar el difícil reto electoral y el más
que previsible cambio de poder, y un Gobierno entrante que no ha comenzado a andar
hasta el último trimestre del año, con las miras puestas casi exclusivamente en la situa-
ción económica, es fácil imaginar que las acciones desarrolladas en materia ambiental
no hayan sido muy destacadas, ni cuantitativa ni cualitativamente.
En definitiva, en estos momentos sería más sencillo hacer un balance de la etapa
de gobierno que se ha cerrado con las últimas elecciones autonómicas que elaborar
una crónica de los acontecimientos sucedidos dentro del año. Sin embargo, lo primero
no corresponde a este lugar ni a nosotros. Y lo segundo, como hemos advertido antes,
tiene la dificultad de contar con insuficientes elementos de juicio que permitan hacer
una valoración global de la cuenta de resultados del año. En resumen, reiterando lo ya
dicho, podría definirse 2011 como un año de impasse. De fin de una etapa e inicio de
un nuevo período. No obstante, no parece arriesgado afirmar que este nuevo período
vendrá marcado por el mismo protagonista principal que el de la etapa anterior: la crisis
económica. La legislatura que este año se ha cerrado (2007-2011) ha sido la del estallido
de la crisis. Y la que ahora comienza (2011-2015), en pleno apogeo de las dificultades
económicas, pretende ser –al menos en la voluntad política– la de la superación de
dicha crisis. Ese es, en efecto, el objetivo primero y principal. Y por eso, no debe sor-
prendernos que la realización de tal objetivo acabe condicionando y dirigiendo toda
la línea de acción de los poderes públicos.
En este sentido, un simple repaso de los Informes de los años inmediatamente ante-
riores nos sirve para comprobar con facilidad de qué modo las estrategias y los objetivos
de recuperación económica se han ido infiltrando en la motivación y contenido de las
diferentes normas y actuaciones sectoriales. Hasta el punto de que en los últimos tiem-
pos no ha sido extraña la aparición y proliferación de las que podríamos denominar
‹‹normas-medida››. Esto es, disposiciones que, escudadas en la finalidad de favorecer
el desarrollo de la actividad económica y la inversión (especialmente en los sectores
productivos tradicionales de la Comunidad: turismo y construcción), han favorecido

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