Un volcán islandés, o la preparación de la Presidencia española de la Unión Europea en el Ministerio de Sanidad y Política Social

AutorCarmen Castañón Jiménez
Páginas71-81

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El volcán Eyjafjalla, del glaciar Eyjafjallajökull de Islandia, conocido en español como «el volcán de nombre impronunciable» por razones evidentes, no había registrado actividad sísmica desde 1832. Cuando el 20 de marzo de 2010 entró en erupción, las secciones sobre naturaleza de los telediarios mostraron bellísimas imágenes del volcán escupiendo lava. También las secciones de economía de algunos periódicos se hicieron eco del respiro que para la maltrecha economía islandesa estaba suponiendo el incremento del turismo como consecuencia de la mayor afluencia de ecologistas y curiosos que acudían a contemplar el portentoso espectáculo.

Una segunda erupción el 14 de abril arrojó ceniza volcánica varios kilómetros en la atmósfera, lo que llevó al cierre del espacio aéreo sobre la mayor parte de Europa a partir del 15 de abril. En esta ocasión, la noticia fue cabecera de todos los telediarios y portada de todos los periódicos durante varios días. Las aerolíneas calcularon que la nube volcánica canceló más de 100.000 vuelos y afectó a 1,2 millones de pasajeros. Decenas de miles de pasajeros quedaron atrapados por motivos laborales o personales lejos de sus casas y las posibilidades de viajar por otros medios -carretera, ferrocarril, barco- se agotaron a gran velocidad. Y no solo en los países afectados: el tráfico entre Europa y el resto de continentes llegó a ser mínimo. Por unos días Europa retrocedió, en materia de transportes, casi un siglo.

El viernes 16 de abril de 2010 reinaba una mezcla de estupor, incredulidad y nervios en el equipo de la Presidencia Española de la UE del Ministerio de Sanidad y Política Social (MSPS). La semana siguiente había programados seis eventos de la Presidencia UE, con participación de delegaciones de la Comisión Europea, de los restantes 26 Estados miembros y en algunos casos hasta de países del Área Económica de Libre Comercio (AELC), uno de ellos

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el más importante en el ámbito sanitario: el Consejo Informal de Ministros de Salud de la UE.

Había mucho trabajo detrás de cada una de las seis reuniones programadas, de alcance y características diferentes:

- Conferencia de Salud Mental y Mayores (Madrid, 19-20 abril)

- Reunión del Grupo de Inspección (WGEO) (Madrid, 19-21 abril)

- Reunión de attachés de sanidad de las Representaciones Permanentes ante las instituciones UE (Madrid, 20-22 abril).

- Conferencia de Expertos «Hacia la equidad en salud» (Madrid, 21 abril)

- Panel Ministerial sobre determinantes sociales y disminución de las desigualdades (Madrid, 22 abril)

- Consejo Informal de Ministros de Salud de la UE (Madrid, 22-23 abril)

¿Qué hacer? En el ánimo de todos pesaban largos meses de intenso trabajo de preparación para cumplir los objetivos marcados para el semestre.

1. El reto de montar una presidencia desde cero

En efecto, había sido un largo proceso, que podría remontarse a la vuelta de las vacaciones del verano de 2008, cuando la recién nombrada Subdirectora General de Relaciones Internacionales, que había recibido el encargo de coordinar la Presidencia en el ámbito del Ministerio, reunió a su equipo para comenzar a planificar las tareas de la futura Presidencia española de la UE en el primer semestre de 2010.

Como sabéis, será la cuarta vez que España asuma la Presidencia del Consejo de la UE, pero las coordenadas son diferentes de la anterior. Sin duda es el proyecto más importante al que vamos a enfrentarnos en mucho tiempo. Jugamos con la ventaja de la anticipación, y por tanto tenemos tiempo para organizarnos. También tenemos a nuestro favor la ilusión y la buena energía que genera un reto de estas características. Sin duda el reto es tanto mayor cuanto que para la mayoría de nosotros esta es la primera Presidencia que afrontaremos.

Tenemos la oportunidad de hacer de esta circunstancia virtud. A 18 meses del inicio de la Presidencia, sin el agobio de la inminencia del semestre, podemos permitirnos "escribir la carta a los reyes magos", pensar qué Presidencia nos gustaría tener, y en qué condiciones nos gustaría ejercerla desde el MSC. Cuando nos vayan llegando condicionantes externos, como sin duda llegarán, nos iremos adaptando. Pero si tenemos una idea clara de adónde y cómo queremos ir, será más fácil llegar.»

¿Cuáles eran los puntos de partida? Lo cierto es que pocos. Había un incipiente borrador de prioridades del Ministerio de Sanidad y Consumo para la Presidencia UE que el anterior Subdirector de Relaciones Internacionales había

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empezado a elaborar. Se trataba de un documento de un par de folios en el que se recogían las propuestas que habían sido puestas sobre la mesa en una reunión con el Secretario General de Sanidad.

Un dato sorprendente fue la práctica falta de antecedentes. Resultaba chocante, puesto que la Presidencia rotatoria de 2010 sería la cuarta que España habría ejercido desde su ingreso en las Comunidades Europeas. Pero la documentación que se conservaba en el archivo de la Subdirección de anteriores Presidencias, y especialmente de la de 2002, era escasa y dispersa, y la que parecía prometedora, resultaba inservible, como fue el caso de un documento titulado «Memoria de la Presidencia 2002» al que fue imposible acceder por estar grabado en un soporte antiguo.

La búsqueda de referentes extranjeros, aunque inspiradora en algunos elementos, también resultó parca e incompleta. Sí, aparecían discursos y grandes líneas políticas, pero ni rastro del making off, del «cómo se hizo» en lo concreto. Todo parecía indicar que las Presidencias, por regla general, se vivían en lo concreto como una suerte de fatalidad inevitable, y se procuraba olvidarlas tan pronto se pasaba el testigo a la siguiente Presidencia.

Así las cosas, y teniendo en cuenta que tanto España como la Unión Europea vivían circunstancias muy distintas desde la anterior Presidencia en 2002, en el Ministerio de Sanidad y Consumo fue calando la idea de que había que montar la Presidencia 2010 prácticamente desde cero, empleando el sentido común, dejándose aconsejar y haciendo camino al andar.

2. El programa: prioridades y tareas

Lo primero era identificar las prioridades del Departamento para el semestre de Presidencia y plasmarlas en un programa. Tarea nada fácil de concretar, puesto que para cada centro directivo, lo suyo era lo más importante... Era necesario definir el concepto de prioridad. Y ello suponía entender primero qué traducción europea tenía la actividad del Ministerio.

El Ministerio de Sanidad y Consumo participaba en tres formaciones del Consejo de Ministros: el Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores (conocido...

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