Introducción. Reformas y reinvención del Estado en Iberoamérica

AutorAgustín E. Ferraro
Páginas17-23

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Los últimos quince años han sido una época de extraordinaria actividad en el campo de las reformas del Estado y de la administración pública en Iberoamérica. Sin embargo, pese al esfuerzo realizado en la planificación e implementación de reformas, no puede decirse que se haya logrado avanzar, de manera clara y sostenida, hacia una solución para dos problemas fundamentales de las sociedades en la región. En primer lugar, la debilidad del Estado de derecho, agudamente caracterizada por Guillermo O’Donnell con su tesis sobre las zonas marrones. Uno de los más renombrados expertos en estudios políticos sobre Iberoamérica, el autor describe con esta tesis el hecho de que amplias zonas geográficas, en una mayoría de los países iberoamericanos, se encuentran fuera del alcance de la aplicación de la ley. Dichas zonas pueden ser periféricas respecto a los centros nacionales de poder, pero también se encuentran en ocasiones en las grandes ciudades, incluso en el interior o aledañas a las mismas metrópolis centrales de algunos países, en determinados barrios marginales. Se trata de áreas en que los Estados son ostensiblemente incapaces de mantener el imperio de la ley de manera efectiva y continuada. Predominan, por el contrario, sistemas de dominio local, que tienden a alcanzar extremos de poder personalista, patrimonial y muchas veces violento (O’Donnell 1999, 138; 2004). Las zonas marrones representan un serio problema que combina, entre otros, aspectos sociales, de seguridad y urbanísticos. Se trata de un fracaso de la gestión pública en varios frentes.

El segundo problema de extrema gravedad son los altos índices de pobreza y pobreza extrema en la región. Calificada por Kliksberg como un «escándalo moral», la pobreza en Iberoamérica significa que vastos sectores de la población sufren privaciones que les impiden ejercer sus derechos más básicos (Kliksberg 2000, 36). Esto se corresponde con el hecho de que los países iberoamericanos continúan teniendo la distribución del ingreso menos equitativa en el mundo, medida por indicadores como el coeficiente de Gini (Hoffman y Centeno 2003). Y quizás lo más preocupante de la situación es que los países iberoamericanos no son ajenos a las iniciativas de política social. Por el contrario, como veremos en el capítulo tercero de esta obra, la legislación y los programas sociales tienen una larga tradición histórica en diversos países de Iberoamérica. Ocurre que dichos programas no han podido lograr resultados duraderos, es decir, otra vez nos encontramos ante un reiterado fracaso de los gobiernos para implementar políticas públicas de manera exitosa.

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Podemos decir, en síntesis, que tanto el problema de las zonas marrones, como el de la pobreza y desigualdad, son síntomas de la debilidad institucional del Estado, de la fragmentaria consolidación de administraciones públicas modernas y profesionales, capaces de lograr resultados de gestión pública de manera progresiva y consistente. De la debilidad del Estado resultan, por cierto, muchos otros problemas sociales y políticos, de los que hemos destacado solamente dos ejemplos fundamentales.

Es importante observar que los países de Iberoamérica han logrado, en su amplia mayoría, sortear exitosamente las dificultades de la transición a la democracia durante la década de los 90. En nuestros días, los gobiernos centrales de los países iberoamericanos y la casi totalidad de los gobiernos regionales son elegidos a través de mecanismos electorales competitivos. Pero la consolidación de Estados democráticos modernos, que cuenten con administraciones públicas eficientes y profesionales, de modo que un conjunto de servicios públicos fundamentales queden asegurados para todos los ciudadanos, sigue siendo un proyecto apenas parcialmente realizado.

El presente trabajo se propone revisar las bases para una discusión sobre el Estado y la administración pública en Iberoamérica. Creemos que esta discusión no se está llevando a cabo de manera satisfactoria en nuestros días. Y las deficiencias en el debate, tanto público como académico, no pueden sino quedar reflejadas en los programas de acción concreta, que se ven así perjudicados. Vamos a mencionar, en primer lugar, un visible defecto que concierne al debate y a la implementación de reformas administrativas en Iberoamérica: la casi exclusiva atención y adhesión que se ha prestado a una orientación particular de reformas, a una determinada escuela del pensamiento administrativo, durante los últimos quince años. Se trata de la Nueva Gerencia Pública, también conocida como neo-gerencialismo. Para muchos autores iberoamericanos, dicha corriente representa la única posible orientación para un programa de reformas administrativas. Se asocia al neo-gerencialismo con la...

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