Introducción. Entrevista a dos directores de oficina de transparencia universitaria

AutorMaría Pilar Cousido González
Páginas17-32

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Parecía de interés práctico obtener el punto de vista basado en la experiencia de Directores de Oficinas de Transparencia Universitarias sobre cuestiones específicas relativas a la gestión de la Oficina de Transparencia y del Portal de Acceso. Su testimonio, empírico, basada en el crudo contraste con la realidad, puede centrar el objeto de estudio y análisis de esta obra.

La entrevista se cursó a dos Directores de la Oficina de Coordinación de Acceso a la Información1de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia, Méjico, con la que mantenemos una relación permanente basada en un Convenio Bilateral entre la Universidad Complutense de Madrid y la Nicolaíta. Sobre la base de esa relación, en el curso académico 2013-2014, alumnos UCM de Derecho de la Información recibieron formación nicolaíta en acceso a la información a través de fructíferas videoconferencias.

En concreto, estas dos personas fueron invitadas a participar en el Libro Blanco por la amistad intelectual y académica que vincula

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al Grupo de Investigación UCM “Transparencia, Buena Gobernanza y Comunicación” con dicha Universidad, enormemente productiva: doctores, videoconferencias y talleres, como se ha dicho, decenas de horas de enseñanza del Derecho de la Información, artículos, colaboraciones, libros, etc… Todo aquello que figura en el activo de la Universidad Complutense de Madrid y de la Nicolaíta, nos ha permitido ser testigos de primera mano de los titubeos iniciales, hace quince años, de la primera Coordinación, dirigida por el Doctor Pérez Pintor, y de la penúltima Dirección de esa Oficina de Transparencia universitaria, la del Maestro Santillán Gutiérrez.

El profesor Pérez Pintor hacía su primera reflexión, de carácter introductorio, previa a la conversación formal, en los siguientes tér-minos: “El acceso a la información y la transparencia son, hoy en día, temas en la agenda pública de la mayoría de los países del mundo. El gran reto es cómo hacer efectivas esas preocupaciones en el marco del Estado. Si bien en la mayoría de las democracias consolidadas no se pone en duda la importancia que para la sociedad tienen los temas ya citados, la ruta a seguir ha sido distinta por las obvias diferencias políticas entre países. Además, en cada país, hay divergencia entre las Instituciones públicas gubernamen-tales y los organismos autónomos, por ejemplo. Las universidades públicas, por sus propias características de Instituciones con pensamiento universal, crítico y re?exivo, deberían ser pioneras en la implementación de una verdadera transparencia y de un efectivo acceso a la información”.

Doctor Pérez Pintor, Maestro Santillán Gutiérrez, posiblemente lo primero que se pregunta el funcionario que asume la dirección de una Oficina de Transparencia Universitaria es ¿qué se espera de mí? ¿Qué actitudes y qué aptitudes se supone que debo tener o desarrollar, en este puesto, con toda la sociedad potencialmente dispuesta a hacerme preguntas sin término?

Dr. Pérez Pintor: Me parece necesario realizar una primera precisión al respecto: el responsable (en el caso de España, el director) debe tener una cultura de la transparencia arraigada, cotidiana-

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mente, en su forma de ser y en su actuación periódica con el entorno social y su comunidad.

Por otro lado, es imprescindible en el titular una actitud de diá-logo que propicie la sensibilización de las autoridades universitarias para que asuman, íntegramente, políticas obligatorias que favorezcan una política universitaria eficiente y eficaz en esos aspectos.

Otra cuestión fundamental que el funcionario responsable de la Oficina Universitaria de Transparencia y de Acceso debe asumir es el compromiso con la comunidad universitaria, en particular, pero también, por supuesto, con la sociedad, en general, puesto que en él recae la representación institucional en el terreno de la transparencia universitaria y la tutela, directa, del derecho de acceso a la información. Dicha responsabilidad implica tener como objetivo clave la transparencia en la esfera de su actuación, además de fomentarla en todas aquellas personas involucradas en dicha misión.

La organización administrativa y el liderazgo son aptitudes básicas que todo director de Oficina de Acceso debe tener, además de un amplio reconocimiento y solvencia ética en la comunidad universitaria. Ello le ayudará a afrontar las reticencias que se puedan presentar por parte de diversos sectores, desde empleados administrativos acostumbrados a manejar la información a su plena discreción, hasta académicos que creerán que se invade su coto profesional por rendir cuentas, no dejando de lado a los funcionarios universitarios, de todos los rangos, que pueden sentir amenazada su “autoridad”.

Maestro Santillán Gutiérrez: En este tema particular, me parece que se hace referencia a dos momentos, igualmente importantes, cuando se habla de desarrollar actividades relacionadas con la transparencia desde la sede “garante”. En primer término, debo hacer referencia a las aptitudes previas a efectos de establecer el perfil de un responsable en este tipo de áreas de atención. Así, la “empatía”, en primer lugar, entendida como la aptitud para comprender la posición del peticionario respecto del ente al cual se acude. Es común vivir, en su momento, el sentido de las peticiones de información como un ataque personal cuando esto, de suyo, no

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lo es. Veamos, toda la información que se pide origina dos consecuencias jurídicas, por un lado, procedimentales, y, por otro, sustantivas, ambas, previamente establecidas en las normas aplicables; en pocas palabras, la información será o no susceptible de entrega. Cada consecuencia tendrá su propio fundamento, razón por la cual considerar que la petición de información es un ataque resulta intrascendente. En segundo lugar, el “servicio”, como actitud ante el tipo de actividad a desarrollar. Queda claro que estar al frente de una Oficina de Acceso a la Información implica servicio, pero este no se limita al personal administrativo, sino que también se extiende al personal de confianza y a los mandos de la Oficina. En tercer lugar, la “cortesía”, actitud complementaria a la de servicio; no se está haciendo un favor al atender a los peticionarios. Se está contribuyendo a cumplir con una obligación institucional, lo que conlleva también el trato adecuado, tanto al personal que labora en el área, como al público usuario de los servicios.

En segundo término, se puede hablar de otro tipo de habilidades, deseables durante el desarrollo de la actividad, como son: liderazgo, capacidad organizativa, comunicación y alto sentido de la responsabilidad. Todas ellas son necesarias. Primero, el “liderazgo”, pues el equipo de Transparencia precisa de una dirección que aporte seguridad y confianza. Después, “la capacidad organizativa” resulta indispensable para el análisis y resolución de cada expediente que se integre con las solicitudes de información que se presenten. A continuación, la “comunicación”, que no solamente sirve hacia el exterior, con organizaciones e instituciones que intervengan en el proceso de acceso a la información, sino...

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