Introducción

AutorJavier Gracia Calandín
Páginas21-37
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INTRODUCCIÓN
Moneda que está en la mano
quizá se deba guardar;
la monedita del alma
se pierde si no se da.
Antonio MACHADO, Consejos (1964: 100)1
EL NIÑO QUE SE ABURRÍA Y ANDABA INCORDIANDO
Había una vez un niño que se aburría y andaba incor-
diando a su padre. Su padre estaba en el sillón leyendo el
periódico.
—Papá, me aburro, no sé que hacer, ya he jugado con
todos mis juguetes; ¿qué puedo hacer ahora?
Al padre se le ocurrió coger una hoja de periódico en la
que había un mapa del mundo dibujado y haciéndolo peda-
citos le dijo al niño en tono más bien escéptico:
—A ver si eres capaz de coger todos los pedacitos y re-
construyes el dibujo del mundo que había estampado en
esta hoja.
1 Poema LVII publicado inicialmente en 1907 en el apartado
“Humorismos, Fantasías, Apuntes. Los grandes inventos” de su obra
Soledades, Galerías y Otros Poemas. Cito según la edición en Obras. Poesía y
prosa. Machado, 1964: 100.
Javier Gracia Calandín
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El niño aceptó el desafío, recogió todos y cada uno de
los pedacitos y se puso a la faena.
Apenas habían pasado unos minutos, y para gran sor-
presa del padre, el niño volvió con la imagen del mundo
reconstruida.
—¡Caramba! ¡ya estás aquí!, ¡y vienes con todo el rom-
pecabezas resuelto! Pero si eran muchos pedacitos y tú no
conocías el dibujo del mundo. ¿Cómo lo has hecho? –pre-
guntó el padre intrigado
Con toda naturalidad y sencillez el niño le contestó:
—Muy fácil, sólo he tenido que reconstruir el rostro que
había estampado en el reverso de la hoja.
Los niños representan la humanidad en potencia, es
decir, toda la potencia de la humanidad. También de im-
pulsividad, de espontaneidad y de falta de reflexión. Yo creo
sinceramente que de ellos los adultos podemos aprender a
estar contentos sin motivo, a no andar preocupados y ape-
sadumbrados por tantas cargas y problemas que atenazan el
mundo, a no hipotecar el presente con el futuro o el pasado,
a mantener viva la búsqueda, a ilusionarse de nuevo por las
cosas más sencillas, a buscar con insistencia aquello que
queremos hasta conseguirlo, a descubrir qué importante
es la atención que los demás nos prestan, o más bien, nos
regalan; a adaptarse a contextos múltiples y a rehacerse y
reinventarse si hace falta… los niños nos enseñan a mirar
con el corazón, a mirar a las personas, a descubrir un mundo
lleno de rostros, porque el mundo no está pleno si no es con
rostros, con personas de carne y hueso que viven y conviven,
que van llenándose mutuamente y compartiendo sus vidas,

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