Introducción

AutorAlicia Sarabia-Sánchez
Cargo del AutorConsultores Sociales CEyAS. Seminario de Intervención y Políticas Sociales (SIPOSO), Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Alicante
Páginas173-178

Page 173

Ver nota 1

El último cuarto del siglo XX y los albores del XXI han sido testigos de un profundo cambio en el concepto y abordaje de la discapacidad como condición humana. Si bien no se pueden considerar aún totalmente superadas las concepciones basadas en el modelo de prescindencia y la práctica imperante sigue centrada en el modelo médico-rehabilitador, la aparición del modelo social2ha supuesto una revolución conceptual que ha introducido elementos absolutamente novedosos al respecto.

En este sentido, tanto la primera visión como la segunda enfocan a la persona con discapacidad como objeto (de eliminación o exclusión social en el primer caso y de re-habilitación y normalización en el segundo).

Page 174

En ambos casos, se le trata como ser prescindible e inferior en base a su diferencia con los estándares socialmente reconocidos como "normales". Todo aquel que se aleje de los perfiles de salud, comportamiento o rendimiento considerados aceptables, será objeto de supresión, rechazo, burla, apartamiento o acciones orientadas a la corrección de lo "imperfecto" que en él haya. Y estas actitudes y acciones serán más acentuadas cuanto mayor sea el alejamiento entre la intensidad de la diversidad funcional y la norma estándar.

En ambos modelos, el problema se encuentra en la persona con discapacidad, en las lesiones que la afectan, y que conducen a que toda su esencia se reduzca a su diferencia, a sus limitaciones. Puesto que el lenguaje es fiel refiejo de las construcciones mentales colectivas, y simultáneamente constructor de la realidad, la falta de adecuación entre algunas de las características de las personas y la "normalidad" es nombrada de forma totalizadora, en función de esa peculiaridad y se considera a quien esté afectado como "idiota", "imbécil", "subnormal", "retrasado (mental)", "disminuido", "inválido", "discapacitado" o "minusválido" (todos ellos términos con origen en descripciones científicas, que en su mayoría se fueron transformando en peyorativos por el uso social)3.

El modelo social de la discapacidad supone una ruptura total con las visiones anteriores, según las cuales el problema tiene una causa puramente individual (el fallo o defecto) y supone una carga para el resto de la sociedad (la familia en primer lugar y el Estado en la medida en que debe destinar recursos a la atención y rehabilitación de estas personas). La nueva visión proporcionada por el modelo social supone un giro de 180 grados en el enfoque ya que sostiene que todas las personas presentan características funcionales distintas (lo que se denomina "diversidad funcional") y que es el impacto de las barreras ambientales y sociales sobre esa diversidad funcional común a todos los seres humanos lo que convierte a algunas personas en "discapacitadas". Así, todas las personas experimentan o pueden experimentar en algún momento de su vida dificultades para caminar, comunicarse, comprender situaciones o hechos o valerse por sí mismas para cualquier acto de la vida diaria. De hecho, una de las características que definen al ser humano es su naturaleza de

Page 175

interdependencia respecto a sus congéneres y la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR