Introducción

AutorFermín Javier Echarri Casi
Cargo del AutorDoctor en Derecho. Letrado del Tribunal Supremo

INTRODUCCIÓN

La necesidad de los partidos políticos ya fue resaltada por la obra de KELSEN1, “Esencia y valor de la democracia”, en el que destacaba el papel esencial de aquellos en el funcionamiento del moderno Estado constitucional, o en su propia terminología de la “democracia real”.

Los partidos políticos han llegado a asumir una influencia cada vez más extensa en el funcionamiento cotidiano de la vida constitucional de los Estados modernos, en la cual el ciudadano no participa más que raramente como individuo aislado, y más bien casi siempre como miembro, o adherido, de tales complejas formaciones sociales. La amplia participación del pueblo en las funciones públicas de los Estados de democracia clásica del mundo contemporáneo ha conferido además, nuevos caracteres a los partidos, transformándolos de iniciales y simples asociaciones constituidas entre algunos componentes de las Cámaras parlamentarias, en agrupaciones entre ciudadanos que se potencian, esencialmente, con motivo de las varias competiciones electorales y, en fin, en complejas y vastas organizaciones dirigidas a influir de modo permanente en la opinión pública,2 valiéndose de todos los medios ofrecidos por la técnica moderna.3

El encuadramiento en los partidos de los ciudadanos, constituye hoy en día una absoluta necesidad práctica a fin de permitir su participación en la vida pública en los grandes Estados contemporáneos.

Resulta evidente la creciente constitucionalización de los partidos políticos en los diferentes ordenamientos jurídicos. Así, después de una primera fase de rígida oposición a los mismos4, y después de otra de absoluto agnosticismo, (propia del Estado liberal del siglo XIX), se ha pasado a una fase de progresiva disciplina iuspublicista, culminada en una incorporación integral, mediante la concesión a los partidos del status de personas jurídicas públicas con relevancia constitucional.

Los ordenamientos constitucionales han llegado a considerar a los partidos políticos, como “complejas organizaciones que operan en medio del pueblo”.5 Su progresiva y directa constitucionalización se llevó a cabo con numerosas cautelas y de manera sucesiva, distinguiéndose varios procedimientos al respecto, según que el Estado se haya servido de un...

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