Introducción

AutorCarlos Lema Añón
Páginas15-20

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¿Por qué volver a escribir, por qué volver a leer sobre el derecho a la salud? ¿Por qué hacerlo, además, desde una perspectiva general y abstracta cuyo principal eje es su justificación filosófico-normativa? En aquellos lugares donde el derecho es en alguna medida respetado, esto podría parecer redundante e inútil. En aquellos otros lugares, para aquellas personas y para aquellos grupos en los que el derecho a la salud, más que ser cotidianamente vulnerado pareciera ser cosa de otro mundo, no resultaría redundante, pero sí inútil. En uno y otro caso, la calidad de la argumentación y la teoría poco parecen tener que ver en los resultados prácticos. En las veces que he tenido la oportunidad de hablar y discutir este tema ante distintos auditorios, la justificación del derecho a la salud resulta para algunos una obviedad tan grande que parece que no valiera la pena invertir demasiado esfuerzo en su fundamentación, mientras que para otros resulta tan descabellado y fuera de tono, que tampoco parece una causa digna de esfuerzo. Y sin embargo...

Y sin embargo, se sigue discutiendo cuál ha de ser el peso del sector público o privado en la provisión de servicios sanitarios; es objeto de discusión si el derecho a la salud implica que las prestaciones se extiendan a todas las personas o sólo a aquellas que más lo necesitan; o incluso se plantea si no debería estar reservado a los ciudadanos y/o se debería excluir aPage 16 grupos como los migrantes en situación administrativa irregular (¡sí, se discute esto!); no parece haber criterios asentados sobre qué prestaciones debe incluir un derecho a la salud; se duda de si es posible afirmar un derecho a la salud sin caer en la trampa de su voracidad infinita; se cuestiona hasta qué punto la garantía del derecho a la salud se puede buscar en los tribunales; se cuestiona si existen criterios aceptables para tomar decisiones concretas de asignación de recursos y de cargas relativas a la salud; se discute si las personas con hábitos o estilos de vida poco saludables se hacen moralmente acreedoras o no de determinadas prestaciones vinculadas al derecho a la salud. Se plantea si es posible, en términos más abstractos, determinar en qué consiste la salud, a la que se hace objeto de un derecho: cuál es su relación con la enfermedad, hasta qué punto es una construcción histórica y social, y quizá, además, una construcción arbitraria; se debate hasta qué punto el derecho a la salud impone un deber de...

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