Introducción

AutorMaria José Azaustre Fernández

Un fenómeno tan privado, tan difusamente definido, con tantas implicaciones sociales, emocionales, psicológicas, etc, resulta difícil estudiarlo y mucho más encuadrarlo en unos números, que denotan un estudio estadístico aproximadamente descriptivo de la situación tan compleja que estudiamos.

La inexistencia de datos y estadísticas sobre la violencia doméstica, al haberse considerado hasta hace muy poco como un problema que sólo concierne al ámbito privado familiar, no nos facilitará el estudio estadístico sobre la realidad de los malos tratos habituales en España y en concreto en Andalucía. Tal como manifestó en su día Tomás y Valiente, como Presidente del Tribunal Constitucional en orden a la publicación de las estadísticas concernientes a este órgano desde los años 1980 a 1991, «las cifras no bastan, pero sirven de base, para entender la realidad a la que se refieren y de la que proceden».

Los datos que se manejan, en lo que a malos tratos a la mujer se refiere, son sólo estimaciones que sólo se aproximan a la realidad, teniendo en cuenta que sólo se disponen de aquellos que se denuncian. En la mayoría de los casos los malos tratos proceden del sector social medio-bajo, pues los que se ocasionan en familias de nivel más alto no se suelen denunciar405. De ahí que se tenga que interpretar con mucha cautela las cifras.

Por el mismo motivo anteriormente señalado, no se puede conocer la magnitud e incidencia de la problemática de la violencia doméstica, y la sociedad aún permanece ignorante de las consecuencias de este problema, incluso de las que tiene en la salud no sólo física, sino mental de la mujer y la de sus hijos. Esta base estadística sería fundamental para una programación de acciones.

En realidad, aunque no cabe duda de que los malos tratos habituales han existido durante décadas, desconocemos si éstos han podido incrementarse o por el contrario han disminuido al carecer de datos fidedignos al respecto, quizás sea la conciencia social la que puede servirnos de guía a lo largo de la historia.

Daniel Goleman, polemiza sobre «la creciente pérdida de control sobre las emociones que tiene lugar en nuestras vidas y en las vidas de quienes nos rodean», fruto de lo cual es la «inquietante...

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