El ambito de internet, el fenomeno de las redes sociales y los cambios en la vigencia de los derechos fundamentales

AutorAna María Gil Antón
Páginas61-125

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2.1. Internet y las redes sociales: un nuevo medio de civilización

El profesor TRONCOSO REIGADA, en su intervención sobre redes sociales en la Conferencia Europea de Protección de Datos, celebrada en Edimburgo el 24 de abril de 200931 afirmaba que “todas aquellas personas nacidas después de 1995 son conocidas como digital babies o digital natives32 (o pertenecientes a la digital generation), un término que acuñó el tecnólogo Marc Prenssky en 2001 para definir aquellas personas que no han conocido –ni conciben– un mundo sin Internet y sin telefonía móvil. Desde que tiene uso de razón, esta generación de adolescentes y jóvenes, una gran mayoría de ellos menores de edad, se ha acostumbrado a la presencia constante de las modernas tecnologías de la información y de la comunicación, fenómeno éste que no nos es desconocido simplemente si miramos en nuestro entorno. Una de sus señas de identidad es que no sólo emplean

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las nuevas33tecnologías, sino “que viven dentro de las redes sociales”, donde pasan el tiempo compartiendo novedades y vivencias personales, segundo a segundo.

Tanto es así que según un estudio sobre Privacidad y Seguridad de la Información en las redes sociales on line, elaborado en España por el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO) y publicado junto con la Agencia Española de Protección de Datos el 12 de febrero de 2009, pone de relieve este fenómeno, ya que en España en 2008, 7 de cada 10 usuarios eran menores de 35 años; el 32,5 % entre 24 a 35 años, y el 36,5 % por ciento entre 15 a 24 años. Las redes son mayoritariamente utilizadas para compartir o subir fotos (70,9 %), enviar mensajes privados (62,1 %) o comentar las fotos de los amigos (55 %). En un estudio elaborado en el Reino Unido se concluye que el 27 % de los niños de 8 a 11 años dicen pertenecer a una red social, aunque todas en principio, prohíben la entrada a los menores de 13 años e indica que, del total de jóvenes entre 14 y 18 años, cuando se despiertan por la noche, un 29 %, lo primero que hace es mirar y hablar por las redes sociales, y el 37 % de estos jóvenes cuando se levantan por la mañana, la primera acción es la de comunicarse a través de la red social. Y es que el objetivo primordial en el ámbito de las redes sociales para adolescentes y jóvenes, no es otro que facilitar las relaciones personales, la comunicación instantánea, así como fomentar el ocio entre los usuarios que las componen, o incluso en el ámbito profesional, siendo un punto de encuentro entre los miembros de las mismas. A dichos extremos, se refiere PIÑAR MAÑAS34, cuando ade-

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más indica que según ha comprobado el Information Commisioner de Reino Unido tras una encuesta a más de 2000 menores realizada en 2009, casi el 60 % de los preguntados no han considerado nunca que la información que colocan en Internet puede en el futuro permanecer on line disponible para terceras personas. Los conceptos de la privacidad y la intimidad entre los nativos digitales están cambiando, y sin embargo hemos de ser conscientes de que son requisitos necesarios para mantener una mínima calidad de vida35.

Y es que la red social, en cuanto tal, es esencialmente una aplicación on line que está permitiendo a los menores y jóvenes usuarios de la misma generar un perfil con sus datos en páginas personales y compartirlo con otros, donde además se hace pública esta información, lo que facilita la interrelación entre todos ellos, sin que existan fronteras ni espaciales, ni temporales. Como además cuando se inscriben en una Red social, ésta te anima a invitar a las personas con las que ya tienes una relación, incorporando el listado de personas a los contactos de correo electrónico, ese “conjunto de datos fluye” por la Red, podríamos afirmar que “sin control”, por una parte consecuencia de que la gran mayoría de usuarios no tiene pudor alguno en introducir todo tipo de datos personales, incluidas fotografías para que toda esa información pueda ser compartida, y por otra, porque todavía no se aplican sistemas reales de seguimiento, control y supervisión de esa información.

Si bien es verdad que, inicialmente los contactos de una red social estarían compuestos únicamente por aquellas per-

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sonas con las que ya se dispone de una relación off line, ello no es óbice, para que esta red de contactos posteriormente se vaya progresivamente ampliando. Resulta incuestionable, que las redes sociales cuentan con pocas restricciones preestablecidas, con la finalidad de fomentar un libre acceso a los perfiles que, se van incrementando progresivamente con el aumento del número de contactos de cada usuario, de tal manera que se permite que los usuarios accedan no sólo a la lista de contactos amigos, sino también a aquellas de los amigos, y de los amigos de éstos. A través de la utilización de las redes sociales, se facilita a los usuarios no sólo buscar, sino ser buscados por otras personas, de tal manera que el usuario puede agregarlas a su grupo de conocidos, dando a su vez, la posibilidad también a éstos de conocer a personas con las que se ha entrado en contacto. A mayor abundamiento, las redes sociales permiten generar grupos de interés, en virtud de los datos personales contenidos en los perfiles de usuarios. De esta forma, se aprovecha la red social para contactar con personas que ya conocemos, pero también para ampliar el circulo de personas de contacto, iniciando vínculos con personas desconocidas. Tal es la profusión en el uso de estas redes sociales que permiten que sus usuarios estén constantemente compartiendo aficiones, fotografías, vivencias personales, de tal manera que entre los adolescentes fundamentalmente, se llegue a preferir los chats antes que el correo electrónico, o incluso la televisión; y este fenómeno llega al extremo de producir la circunstancia de que los jóvenes dejan, incluso, de ver la televisión porque les aburre –les parece algo estático– y, prefieren la red social que les permite estar en contacto con mucha gente y saber qué pasa, por ejemplo, con las fotos que se van colgando y compartiendo. Desde este planteamiento, hay que reconocer que una persona está más aislada frente

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a un televisor que delante de un ordenador de mesa o de un portátil, de una blackberry, o de un Ipad o Iphone.

2.2. Estado de la cuestión

La Comisión Europea ha señalado que en el 2012 son 120 millones los europeos que tienen un espacio en Internet. Las redes sociales tienen ya más de 270 millones de usuarios en todo el mundo, indicando los estudios más recientes que, algo más de nueve de cada diez jóvenes, dicen haber participado o accedido a una de estas redes sociales on line y, ocho de cada diez jóvenes afirman tener su propio perfil en alguna de estas comunidades digitales. El Informe de la Fundación Pfizer sobre “La juventud y las Redes Sociales en Internet” de Septiembre de 2009, señala que un 92 % de los jóvenes españoles entre 11 y 20 años son usuarios de redes sociales36.

El impacto de las tecnologías de la interrelación y de la comunicación, en todos los órdenes de la sociedad actual, ha venido a configurar una serie de escenarios imprevisibles hace tan sólo unas décadas. Una de sus consecuencias es la denominada sociedad del riesgo. Internet, baluarte de la Sociedad de la Información, es una herramienta impresionante para tratar datos personales, y entre ellos los referentes a imágenes, sonidos y otros datos identificativos de las personas. Esta vía permite facilitar dichos datos, pero además igualmente recabarlos subrepticiamente. La popularización de uso y el fácil acceso a ella, sin controles reales, su gratuidad y sus múltiples usuarios, entre los que destacan los adolescentes y jóvenes, han traído como resultado además

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de múltiples ventajas en el ámbito del conocimiento y el incremento de las relaciones interpersonales, también agresiones a los derechos fundamentales a la imagen y protección de datos, sin perjuicio de la existencia de lesiones también a otros derechos. Como mantiene CASTELLS37“la evolución de la Red favorece la generación de comunidades, tanto por medio del traslado del mundo virtual de grupos sociales preexistentes, como mediante la creación de grupos de interés de ámbito global”.

En efecto, la Web 2.038, en cuanto estructura colaborativa, comporta el nacimiento de un universo social propio, poblado de comunidades que pueden ir de lo más cercano a cualquier grupo horizontal –grupos profesionales o sociales–, como verticales–, espacios de trabajo en grupo, e incluso el informar sin límites de espacio o tiempo”. Y es que según señala RATZINGER “el hombre no puede ser privado de su dimensión relacional, que es parte de él mismo, y que necesita para llegar a ser él mismo”39. En esta misma línea, mantiene TRONCOSO REIGADA “aislar a un hijo de las redes sociales, prohibírselas, es posiblemente, condenarle al desarraigo. El acceso a Internet es un derecho fundamental de la persona, lo que no quiere decir que no tenga que estar sometido a límites, que requieren de una regulación legal y un control judicial, sin perjuicio de la posible intervención en el ámbito de autoridades administrativas independientes”40.

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Y una de las cuestiones más relevantes que nos estamos encontrando, es...

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