Inteligencia colectiva en la Administración Pública
| Autor | Amalio Rey |
| Cargo del Autor | Director y fundador de eMOTools |
| Páginas | 259-277 |
259
CAPÍTULO 9
INTELIGENCIA COLECTIVA EN LA
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Amalio Rey
Director y fundador de eMOTools
1. INTRODUCCIÓN
La crisis de la covid-19 ha puesto en evidencia el coste que puede oca-
sionar la ineptitud colectiva en términos de cientos o miles de muertes y
daños que en parte se podían evitar. También es una cura de humildad para
el individualismo global. Estamos aprendiendo de forma acelerada sobre el
efecto de las interdependencias, que influyen también en cómo se gestiona
la democracia. En este contexto se nota más que nunca la importancia de
prestar atención a la inteligencia colectiva, como un ámbito (y una disciplina)
que puede servir de palanca para mejorar nuestra capacidad de intervención
pública.
Recuerdo que el profesor Carles Ramió, en la sesión inaugural del encuen-
tro de verano que sirvió de marco para este libro, nos invitó a pensar en
«cómo podemos mejorar esta máquina» que es la Administración y se mos-
tró convencido de que necesitamos «una metodología del cambio, de metain-
novación» que aporte foco y orden a cómo se abordan los retos que tenemos
por delante. Pues bien, si hay una metodología que responde bien a esa
condición es la de la inteligencia colectiva por su impacto transversal en
todos los procesos e infraestructuras que hay que desplegar para impulsar la
innovación.
Estamos desperdiciando posibilidades por no hacer más cosas juntos y
también por no hacer mejor lo que sí hacemos juntos. Interaccionamos mucho
REPENSANDO LA ADMINISTRACIÓN DIGITAL Y LA INNOVACIÓN PÚBLICA
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— porque no queda más remedio— pero a la gestión pública le falta un
esfuerzo de intencionalidad colectiva más y mejor gestionado.
El método más habitual que siguen las instituciones para abordar los
problemas sociales y públicos es pedir ayuda a expertos, que trabajan a
puertas cerradas hasta encontrar una solución que después discuten y aprue-
ban otros expertos, los profesionales de la clase política. Sin embargo, muchos
problemas actuales podrían resolverse mejor si abriéramos ese proceso a la
participación, si aprovecháramos el talento distribuido que hay en la sociedad
confiando así en la inteligencia colectiva, como explicaré en este artículo.
2. ¿INTELIGENCIA COLECTIVA?: PARA ENTENDERNOS
Inteligencia colectiva es aquella que surge — distinta a la individual—
cuando un conjunto de personas hace cosas juntas en actividades como:
(a) razonar, (b) aprender, (c) crear, (d) resolver problemas, (e) tomar deci-
siones en grupo.
Para que haya inteligencia colectiva (en adelante, IC) tiene que haber
algún mecanismo que combine las opiniones o acciones individuales y las
convierta en un juicio o comportamiento colectivo. A ese mecanismo le lla-
mamos «agregación», que es el horno que cuece y genera esa inteligencia
según unas determinadas recetas que ensamblan el hecho colectivo como un
resultado distinto a la suma de las partes. Buena parte del reto que tenemos
para mejorar la inteligencia de los grupos consiste precisamente en observar
con atención, documentar y después intervenir en ese mecanismo.
Me gusta decir que la agregación tiene algo de magia porque produce
efectos que a veces son difíciles de predecir. A eso le llamamos «propiedad
emergente» porque de la IC surgen cosas nuevas e inesperadas dado que no
reside en una persona sino que aflora en el grupo. Cuanto más diferente es
el resultado grupal si se compara con lo aportado individualmente, más evi-
dencias hay de que el horno colectivo cuece algo distinto y según sus propias
reglas.
La propiedad de emergencia entraña incertidumbre y pérdida de control,
que es algo que se lleva muy mal por el modelo de gobernanza de una
organización tan burocratizada como la Administración. Hablaré de eso des-
pués.
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