Instrumentos para el fomento de la emprendeduría social

AutorCarmen Parra Rodríguez
Cargo del AutorDirectora de la Cátedra de Economía Solidaria Universitat Abat Oliba CEU
Páginas27-53

Page 27

1. Introducción

No cabe la menor duda de que la sociedad está cambiando, sin embargo es difícil salir de los mecanismos tradicionales que evalúan la competitividad y la eficiencia, siendo los baremos con los que contamos por el momento puramente económicos, basándose primordialmente en evaluar la reducción de costes, la optimización de los recursos, el mejoramiento de los procesos y la ampliación de mercados.

Sin embargo estos criterios no han resuelto muchos de los problemas que aparecen en la sociedad actual y que están relacionados con otros factores ajenos al ámbito económico. El marco inmigratorio, los problemas relacionados con las relaciones personales, la conciliación familiar, son nuevos conceptos que han aparecido en nuestra sociedad avanzada y que necesitan una respuesta fuera de los factores puramente económicos.

Es por ello que tenemos que buscar nuevas herramientas e instrumentos que ayuden a valorar y a implementar los valores así como la situación en la que se desenvuelve el ámbito económico.

A día de hoy la sociedad quiere un cambio, un giro hacia los valores sociales, así como una mayor implicación en conseguir sacar a flote los sectores marginales, tal como reflejan las estadísticas que cada vez valoran más

Page 28

positivamente la implicación de empresas que invierten en causas sociales o que conciertan vida familiar y trabajo.

El consumidor de hoy no sólo le pide a la empresa que le ofrezca productos útiles y de calidad, sino que también le empieza a exigir que se produzca en condiciones justas, promoviendo el desarrollo humano y procurando la continuidad de sus trabajadores.

Sin embargo la implementación de estas iniciativas éticas y responsables se concretan sólo a nivel de códigos de conducta, códigos de buen gobierno o declaraciones de valores, actuaciones estas que son insuficientes para lograr una verdadera empresa responsable.

Hay por tanto que buscar los mecanismos que permitan impulsar la denominada emprendeduría social entendida como un tipo de empresa en la que su razón social es satisfacer las necesidades de la sociedad en la que se desenvuelve. Su objetivo se encuadra dentro del denominado «triple resultado» según el cual hay que obtener una respuesta simultánea en la dimensión social, ambiental y económica.

Para alcanzar este tripe objetivo vamos a analizar cuales son las herramientas en las que deberá apoyar el emprendedor social para obtener este resultado. Para ello se analizarán por un lado una serie de instrumentos funcionales que servirán para ayudar a obtener este objetivo y por otro lado instrumentos legislativos facilitados en nuestro caso por el gobierno español para favorecer el trabajo de los emprendedores sociales.

2. Instrumentos funcionales al servicio de la emprendeduría social

La emprendeduría social no solo vive de las habilidades del emprendedor social que se pueden resumir en cinco características fundamentales que son: crear valor social; captar necesidades sociales; contraatacar con propuestas innovadoras; ser arriesgado; y disponer de escasos recursos para desarrollar la idea inicial de negocio (Curto, 2012, 13). A esto hay que añadir una serie de medidas que faciliten y hagan posible su proyecto empresarial.

En este sentido son fundamentales tanto los instrumentos de tipo financiero utilizados por los emprendedores sociales en su ideal de proyecto basado en los principios de sostenibilidad, como aquellos que permitirán controlar la correcta actuación en esta área, ya que la línea que

Page 29

separa la emprendeduría social de la empresa tradicional se puede romper fácilmente una vez superados la fase inicial de implantación del negocio.

A continuación se van a examinar algunos de estos instrumentos, teniendo en cuenta que la innovación social aporta constantemente nuevos instrumentos de apoyo para mejorar los resultados. (Alvord, S.H., Brown, L.D. y C.W. Letts, 2004, 262)

2.1. Instrumentos financieros

Es imprescindible que este sector cuente con el apoyo de bancos e instituciones financieras que permitan que las empresas sociales se beneficien con líneas de ayuda similares a las que reciben las Pymes. Ello se debe a que las empresas sociales son víctimas de un entorno financiero hostil al que hay que unir la debilidad de las políticas de bienestar social, debido a que la Administración Pública cada vez cuenta con menos recursos para respaldar las iniciativas sociales. Es por tanto la sociedad civil la que debe ocupar este vacío económico creado por un sistema capitalista productor de importantes bolsas de pobreza. (Cortés García, F.J., 2009; De la Cuesta González, 2009).

Los intentos de desarrollo de estas iniciativas sociales capitaneadas por entidades del Tercer Sector han fracasado por diferentes causas entre las que destacan:

  1. El desconocimiento de la existencia de técnicas financieras propias de este sector, lo que ha llevado a los emprendedores a valerse de fuentes de financiación similares a las utilizadas por la empresa tradicional.

  2. La inexistencia de instrumentos financieros específicos pensados para las empresas sociales, siendo en los últimos años cuando iniciativas como la del Grameen Bank han aportado al ámbito económico sistemas pensados para empresarios con pocos recursos económicos.

  3. La falta de estructuras patrimoniales y financieras que den acceso a los emprendedores sociales a los mercados de capitales que parten de una realidad distinta a la que originó este tipo de mercados en el siglo pasado. Los emprendedores sociales necesitan nuevas formas de negocio con menos rendimiento inicial ya que deben invertir parte de sus beneficios en la sostenibilidad de la economía a largo plazo.

    Page 30

  4. La falta de rentabilidad de las inversiones éticas frente a las inversiones tradicionales. Hasta ahora los fondos de inversión solo tenían en cuenta la obtención de beneficios ignorando el origen de los mismos. Por el contrario el carácter ético tenía un valor residual solamente reclamado por personas con capital limitado que convertían este producto en poco interesante para los inversores capitalistas.

    No obstante, y a pesar de estas dificultades, son cada vez más numerosos los sistemas financieros que se van asentando en los diferentes Estados con la finalidad de lograr promover fondos de inversión que permitan ampliar mercados entre los sectores más necesitados de nuestra sociedad teniendo en cuenta los criterios de sostenibilidad impuestos por los instrumentos internacionales. (Pacto Mundial de Naciones Unidas, 2013)

    Destacan en este sentido una serie de instrumentos que reflejan desde distintas formas y conceptos, actuaciones de la sociedad civil a través de aportaciones y ahorros éticos que tienen como finalidad adecuar las políticas activas de empleo sobre todo en los sectores más desfavorecidos de nuestro entorno social. (Parra, 2010, pp. 105)

2.1.1. Finanzas éticas y solidarias

La incorporación a la economía española de la denominada financiación ética y solidaria está muy vinculada al contexto histórico en el que los temas sociales se han desarrollado a lo largo de las últimas décadas. En este sentido se puede distinguir entre un antes y un después de la dictadura franquista, en la que el monopolio social estaba en manos de la iglesia católica. Es a partir de los años ochenta cuando empiezan a aparecer en España las primeras experiencias en financiación éticas y solidarias a través de los bancos, Cajas de Ahorro y fondos éticos. (Guindos, 2009)

En este nuevo contexto se pueden diferenciar dos grandes modelos dentro de la denominada banca ética:

Por un lado el modelo cooperativo que se basa en procesos de decisión democráticos y en la supremacía de las personas sobre el capital y el reparto de beneficios que se ha implantado en España a través del modelo italiano de las cooperativas de crédito. (Melián Navarro, Sanchís Palacio y Soler Tormo, 2010)

El otro modelo es el sistema bancario que se caracteriza, frente a la banca tradicional, por practicar una política selectiva de inversiones, así

Page 31

como por ofrecer una gama de productos limitada a los ahorros a largo plazo que cumplen con un compromiso ético.

Junto a estos modelos situados dentro de la banca ética se ha desarrollado de forma paralela la denominada banca solidaria que ofrece herramientas financieras para trabajar con la exclusión social a través de programas específicos y ayudas a los colectivos que no pueden acceder a los préstamos bancarios. En España estas instituciones han tenido especial importancia en momentos en el que el número de desempleados ha sido muy elevado, tal como sucede en estos momentos, ya que estas instituciones financian el trabajo y las necesidades de los colectivos que se encuentran en riesgo de exclusión social.

La diferenciación entre estos sistemas de financiación es fundamental para el apoyo a la emprendeduría social, así como para rentabilizar sus productos de cara a una mejora en los instrumentos que sirvan para financiar programas sociales y de responsabilidad corporativa empresarial que reviertan en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR