Institucionalización carcelaria y criminología / La prisión como lugar de resocialización
| Autor | M. Elena Nieto-Cabrera/Inés María Martínez Cramer/Concepcion Nieto-Morales |
| Cargo del Autor | Grado RRLL/Lda. Derecho. Letrada Ilustre Colegio de Abogados Sevilla. Especialidad: Penitenciario/Dra. Sociología. Pfra. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla |
| Páginas | 34-38 |
Los delitos y las penas han existido siempre desde la antigüedad hasta la actualidad, aunque cada
época y sociedad ha sido concebida de forma diferente.
Desde la Edad Antigua, tanto en Grecia como en Roma, siempre han existido las penas y la prisión
para custodiar a los presos. En Grecia se utilizaron a modo de prisión canteras abandonadas que
eran profundas cavidades en la roca, donde se encerraba a sus prisioneros, existía un completo
abandono de la persona. Se podía privar de libertad para asegurarse el cobro de una deuda para
evitar la fuga, pudiendo utilizarse cadenas, argollas para sujetar; existía condena a trabajos
forzosos de obras (López Melero, 2012).
Desde la segunda mitad del siglo XVI, surge un movimiento en Europa para reformar las penas
aplicar por los delitos, surgiendo en Inglaterra y Holanda, las primeras casas de corrección en ese
momento dedicadas al internamiento y tratamiento de prostitutas, vagabundos, mendigos,
ociosos, indigentes, etc. también eran confinadas personas cuyos familiares lo requerían para
cambiar su conducta disruptiva imponiendo un duro régimen disciplinario inflexible mantenido
con azotes, latigazos, etc.
La institución penitenciaria surgió entre los S. XVIII y XIX, por la experiencia de la gran
internación. La creación de las cárceles adquiere las experiencias de instituciones laborales,
aunque como aprendizaje coactivo con el objetivo disciplinario laboral (Gómez Bravo, Otero
Carvajal, 2004; Núñez, 2014).
En la Edad Moderna, (S. XVI-XVII), los gobernantes utilizaron a los delincuentes que cumplían
condena privativa de libertad como mano de obra barata, las cárceles, que eran consideradas
espacios ajenos al Derecho, muchos presos eran obligados a trabajar para la Corona en galeras
como mano de obra barata, siendo las condenas a galeras las penas de sufrimiento físico, psíquico,
desolación, agotamiento y enfermedad. Eran condenados delincuentes peligrosos y prisioneros de
guerra, aunque el trabajo no era el fin del condenado. Las penas son necesarias para cambiar
conductas delictivas, siendo el objetivo prevención futura (López Melero, 2012).
A través del tiempo, la formulación de conceptos ha ido cambiando a medida que avanzaba la
sociedad desde diferentes ambitos y un ejemplo esta los antiguos presidios, después llamados
penales, penitenciarias, cárceles, prisiones aflictivas, prisiones de estado, prisión, etc. hasta la
situación actual.
Cadalso (1859-1939), diferenciaba entre prisión y cárcel, con la necesidad de reclusión de los
delincuentes, aportando desde la perspectiva histórica la cárcel es anterior a la prisión.
Los cambios sociales que se produjeron con el liberalismo y cuando la libertad adquirió un valor
económico, son reconocidos derechos sociales, el valor del trabajo / empleo y el tiempo s lo que a
que hay que realizar otro tipo de actuaciones con los delincuentes y se convierten las sanciones
penales en sanciones retributivas y la pena es una sanción contractual del derecho penal. La
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