La inmigración: un tema del siglo XXI

AutorJuan Antonio Sagardoy Bengoechea
Páginas86-94

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En la historia humana quizá uno de los fenómenos más relevantes haya sido el de las migraciones. Sobre todo las colectivas, gracias a las cuales se han fundado naciones o las han cambiado radicalmente. Y es que el tema de la migración de ida o de vuelta es un tema trascendental.

Según un Informe (2014) de la OCDE, los lujos migratorios permanentes hacia la OCDE han empezado a repuntar, según datos preliminares de 2013. En comparación con 2012, aumentaron ligeramente en 1,1% para llegar a alrededor de 4 millones de nuevos inmigrantes permanentes. Este aumento moderado se debe a evoluciones contradictorias en varios de los principales países de inmigración. La migración a Alemania registró un incremento de dos dígitos, su cuarto aumento anual consecutivo. En cambio, varios de los principales países de inmigración tuvieron descensos; de manera señalada Estados Unidos, Italia, Portugal y España. La migración neta todavía es muy inferior a los niveles anteriores a la crisis, pero sigue siendo positiva en la mayoría de los países de la OCDE. Las excepciones destacadas son México, Islandia e Irlanda. El repunte en la migración permanente se debe sobre todo a un alza en la migración de libre circulación, que aumentó un 10% en 2012. En los países de la OCDE, la mayor parte de esta migración de circulación libre se explica por la gente que se desplaza entre los Estados de la Unión Europea. En 2012, y por vez primera, esa circulación dentro de Europa igualó a la migración permanente legal de fuera del continente. Alemania fue el destino más importante, al recibir a casi una tercera parte de los emigrantes de circulación libre.

Sin embargo, en términos generales la migración familiar sigue representando el grueso de los lujos migratorios en los países de la OCDE, aunque han ido disminuyendo desde 2008. En 2012, se redujo en 1,7% respecto al año anterior; debido principalmente a las disminuciones en España, Italia, Estados Unidos, el Reino Unido y Bélgica. La migración laboral también ha disminuido continuamente desde la recesión económica, bajando un 12% en 2012. La disminución fue especialmente pronunciada en el área económica europea, donde la migración laboral se redujo casi en 40% entre 2007 y 2012. Por consiguiente, por vez primera en 2012, la migración permanente legal de terceros países hacia Europa fue un poco menor que la migración permanente legal hacia Estados Unidos.

En cuanto a datos globales, en 2013 había 115 millones de personas inmigrantes en la OCDE, lo que supone casi el 10% de la población total de los países que integran la Organización. Y en 2012 alrededor del 12,5% de todos los mayores de 15 años tenían padres de origen extranjero; un 50% más que la década anterior.

Todo ello tiene una gran incidencia en las políticas laborales y plantea serios retos a los Gobiernos. Pero los problemas no vienen en la UE, solamente de los inmigrantes ajenos a la Unión sino también, y como fenómeno reciente de gran interés, de los que provienen de la propia Unión.

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Más de catorce millones de ciudadanos de la UE (según una nota de la Comisión Europea de enero de 2014) residen permanentemente en otro Estado miembro: la libre circulación, es decir, la posibilidad de vivir, trabajar y estudiar en cualquier lugar de la Unión, es el derecho de la UE más apreciado por sus ciudadanos. Lo que más empuja a los ciudadanos de la UE a la libre circulación son los motivos de trabajo, seguidos por los familiares. Entre los ciudadanos de la UE que residían en otro Estado miembro en 2012 («migrantes de la UE»), más de las tres cuartas partes (el 78%) estaban en edad de trabajar (entre 15 y 64 años), frente al 66% de los nacionales. Por término medio, la tasa de empleo entre estos migrantes (67,7%) era superior a la de los nacionales (64,6%).

Los migrantes sin empleo (estudiantes, jubilados, solicitantes de empleo y demás personas inactivas) no representan más que una pequeña parte del total. Además, el 64% de ellos ya había trabajado antes en el país de residencia. El 79% de ellos vive en un hogar en el que al menos un miembro trabaja. La tasa global de inactividad entre los migrantes de la UE disminuyó del 34,1% en 2005 al 30,7% en 2012.

La libre circulación de los ciudadanos, consagrada en los Tratados, forma parte integrante del mercado único y es un elemento clave de su éxito, pues estimula el crecimiento económico al facilitar los viajes y las compras transfronterizos. Por otra parte, la libre circulación de los trabajadores no solo beneficia a estos, sino también a las economías de los Estados miembros, al posibilitar la adecuación de las cualificaciones a las vacantes en el mercado laboral. A pesar de la crisis económica, hay actualmente unos dos millones de puestos de trabajo sin cubrirse en la UE.

Sin embargo hay una creciente inquietud en algunos países miembros por esos movimientos migratorios, lo que puede suponer un serio correctivo a ese principio fundamental de la UE, como es la libre circulación de personas. Nada más expresivo que la carta dirigida a la Presidenta del Consejo Europeo de Justicia y de Asuntos del Interior, en 2014, por los Ministros de Interior de Austria y Alemania, el de Inmigración de los Países Bajos y la Secretaria del Reino Unido Mrs. Nay. Merece la pena reproducirla por su contundencia, claridad y anuncio de un problema evidente que se irá incrementando y ante el que Europa tiene que responder con dosis de...

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