Inmigración, seguridad y cárcel en Italia (en la perspectiva de la guerra global)

AutorRoberto Bergalli/Iñaki Rivera Beiras
Páginas144-169

Page 144

1. Inmigración, regularidad y desviación

Que el fenómeno migratorio, aunque sea en dimensiones más contenidas de lo que se piense y no se tema, constituye un proceso de mutación social, arraigado e irreversible, es en el presente un hecho adquirido, un elemento de obviedad que quizá haga ya parte de un más o menos inquieto inconsciente colectivo. Frente a ello se confrontan y contraponen, aun a riesgo de esquematizar, dos actitudes difusas: la que tiende a controlar la incertidumbre y el miedo que semejante proceso induce, distinguiendo entre inmigrantes buenos y malos. Los regulares son los dotados de permiso de permanencia, quienes trabajan honestamente, están satisfechos con lo que logran ganar, envían a sus casas lo que pueden, y en sus casos regresan cuando finalizan los permisos. Los irregulares clandestinos que llegan a Italia para delinquir, no se satisfacen con lo que obtienen con un trabajo honesto; si son expulsados intentan retornar; observan un comportamiento imprevisible y constituyen permanentes elementos de peligro. La segunda es una actitud de remoción y de hábito. Los inmigrantes existen, mas en el fondo no ponen en peligro la normalidad cotidiana; no interfieren sobre ésta más allá de un cierto límite;

Page 145

constituyen un fenómeno en sí mismo, con el cual se puede convivir, siempre que sea tenido a distancia, no afecte directamente y sea gestionado a través de una adecuada intervención institucional, mientras lo poco que del mismo nos alcanza (presencia de inmigrantes en la vía pública, en autobuses, en el tren, en el lugar de trabajo), se convierte en una circunstancia de absoluta normalidad. Las dos actitudes descritas pueden revelar diferentes variaciones y matices, pero sobre todo pueden superponerse y convivir, de forma que la interiorización de lugares comunes, relativa a la primera, supone y legitima una esfera de experiencia más o menos adquirida, propia de la segunda actitud. Mas el conjunto de estas actitudes parece delinear un humus compuesto y ambiguo, el cual llega a constituir un espacio en cuyo interior los procesos de control y contención de la población inmigrante pueden afirmarse. De tales procesos la cárcel constituye el aspecto más emblemático; y, en el marco de todos ellos, encuentra las condiciones para imponerse y desenvolver sus funciones.

El hecho es que una y otra actitud, así como las posibilidades de sus posibles combinaciones, bien poco tienen para hacer con la realidad de los hechos, más bien impiden entrar en ellos, manteniéndolos a distancia.

En dicha realidad el emigrado es una persona que, antes de nada, percibe en modo dramático la enorme diferencia económica y de condiciones de vida entre países ricos y pobres, y decide moverse para mejorar su situación y las de sus familiares. Tiene necesidad de ganar dinero, de comer, de vestirse, de tener un techo, de relaciones sociales humanamente positivas, de confirmar antes de nada las expectativas de su comunidad de referencia, y de construir, a través de todo lo dicho, su propia autoestima. Todo cuanto dicho atañe substancialmente a todos, más allá de las diversas proveniencias, de los diferentes estatus jurídicos, de los tipos de relaciones más o menos estructuradas con la realidad de los países de acogida. La diferencia en-

Page 146

tre regularidad e irregularidad, entre comportamientos legales e ilegales a cuenta de este dato substancial, pasa decisivamente a un segundo plano, hasta el punto que los confines entre las dos esferas son decisivamente más bien lábiles y cambiantes. Se puede llegar a Italia como clan-destinos, lograr asentarse con un trabajo y por lo menos ser legalmente no perseguible o perseguido, para después regularizarse, o se puede pasar de un estado inicial o sucesivo de regularidad a uno de irregularidad, al que puede asociarse tanto una actividad legal como ilegal; así como también se puede ser regular y desempeñar un trabajo legal, para dedicarse a cualquier tráfico o actividad escondida o contraria a la ley. En suma, los dos ejes regularidadirregularidad y legalidad-ilegalidad de las actividades de subsistencia pueden combinarse de manera muy variada, sucederse, coexistir, redefinirse, dando lugar, tal como a cualquier normal ciudadano, a las combinaciones más imprevisibles Mas, yo entiendo que otros son los paradigmas que puedan acercarnos a una mejor interpretación del papel de los inmigrantes. Los propongo por puntos.

La relación entre legalidad e ilegalidad. La relación ambigua y cambiante entre legalidad e ilegalidad no se vincula únicamente con los inmigrantes, puesto que atraviesa también al conjunto de los italianos y se introduce sobre todo en el vínculo entre las dos poblaciones. En un reciente libro, Dal Lago y Quadrelli sacan a la luz los diversos aspectos de la simbiosis entre legalidad e ilegalidad en diferentes áreas de la cultura popular, tales como: la convivencia y la protección de sujetos dedicados a pequeñas actividades más o menos ilegales, el goce de las prestaciones que las mismas proporcionan, el ejercicio de actividades ilícitas realizadas dentro de «honestos» modelos laborales y de vida. El ejemplo se vincula con la realidad genovesa, pero podría valer para muchas otras situaciones en Italia. La trama que se establece entre legalidad e ilega-

Page 147

lidad también se manifiesta análogamente en los contactos entre extranjeros e italianos. No sólo estos últimos extraen abundantes ventajas de las prestaciones ilegales de los inmigrantes (droga, prostitución, contrabando, juegos de azar, comercio de mercaderías falsificadas, trabajo negro, encubrimientos, etc.), sino también se organizan verdaderos sectores de actividades ilegales, útiles para ofrecer y utilizar tales prestaciones. De tal modo se encuentra en primer lugar el trabajo negro, sin derechos ni garantías, y dramáticamente retribuido a bajo precio, ampliamente utilizado bajo la amenaza de la denuncia del estado de ilegalidad del trabajador inmigrado, lo que a veces sucede, no obstante la total subordinación del trabajador como substitución del despido, sin remuneración ni liquidación. Así también ocurre en los alquileres especulativos de viviendas, en condiciones asfixiantes; mas, también es así en la venta de droga, en la micro criminalidad, en la producción y la venta de mercaderías caducas o falsificadas, o de cualquier manera ilegales, como en el tráfico de seres humanos. La organización o la estructura de estos sectores están en manos de italianos, o se desarrollan en la relación entre bandas locales y mafias extranjeras, en las cuales los inmigrantes desempeñan simplemente el papel de opera-rios menores, mucho más expuestos a la represión penal y arrojados como alimento de las políticas de control.

La red del control. La red del control a la cual está sometido el inmigrado no puede ser analizada desde el particular punto de vista del control institucional, tanto a su propio respecto como en las intervenciones específicas que el mismo revela; filtros y verificaciones en las fronteras, control de documentos y de regularidad en la permanencia, vigilancia de lugares y estructuras particulares, controles inesperados en las situaciones más variadas, internamientos en los centros de permanencia temporaria (CPT), expulsiones, encarcelamientos. Esta red de control

Page 148

también se expresa mediante una serie de relaciones y situaciones que pueden manifestarse tanto en la población local (desconfianza, atención particular, denuncia, distanciamiento, prudencia, pero también especulación, extorsiones, condicionamiento, explotación), como por los propios connacionales y compañeros (reglas morales y religiosas, expectativas, subordinación, también extorsiones entre ellos, violencia y otras explotaciones), cuanto por los propios familiares y grupos de pertenencia. Este control se expresa sobre todo en el campo de los mismos proyectos migratorios, o sea las metas que se han propuesto y con relación a los recursos concretamente disponibles.

La irregularidad construida. El estado de irregularidad en el que se encuentra una ancha área de inmigrantes está determinada por las definiciones inducidas según el modo en el cual ellas son formuladas y, a su vez, son sancionadas las normas de la regularización, de los iter realizables para alcanzar tal estatus, como también por la forma en que dichas normas son aplicadas. Tal como lo sugiere un enfoque criminológico, coherentemente crítico, lo que produce e incentiva la irregularidad es el modo con el cual resulta definida la regularidad. Ello será más fácil de constatar cuanto más rígidas son las reglas que definen la última situación. En un segundo nivel, los estatus de irregularidad son adjudicados según cómo se llevan a cabo los controles, o sea de cómo se concreta la vigilancia y de qué manera son aplicadas las sanciones. Lo más emblemático de este aspecto es el modo en el cual son identificadas las conductas delictivas, es decir, mediante la vigilancia sistemática de ciertas áreas territoriales, de ciertas categorías de personas o de ciertas modalidades de comportamiento; pero también lo es, todavía más representativo, la forma mediante la cual se formula la descripción de los hechos relevantes y los sujetos individualizados, como igualmente lo son la gestión e imple-

Page 149

mentación de los procedimientos administrativos, policiales y judiciales. Rutinas e instancias institucionales, como objetivos de carreras profesionales, representan todas ellas una variables favorables en esta dirección.

Por lo tanto, la dimensión de la irregularidad y de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR