Iniciativas y modelos de participación ciudadana en San Fernando de Henares
| Autor | Montserrat Muñoz De Diego |
| Cargo del Autor | Alcaldesa del Ayuntamiento del Real Sitio de San Fernando de Henares |
| Páginas | 105-111 |
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San Fernando de Henares cuenta con una larga trayectoria en participación ciudadana, como lo demuestra el hecho de ser uno de los Ayuntamientos pioneros, en su día, en dotarse de un Reglamento de Participación allá por 1.989. Este reglamento nació con la pretensión de fortalecer el movimiento asociativo existente, impulsar mecanismos de información y control por parte de las entidades de la gestión municipal y, en definitiva, intentar hacer más transparente la acción de gobierno.
Por el discurrir político, que no viene al caso, lo cierto es que las distintas posibilidades que abría ese original reglamento no llegaron a ejercitarse por parte del movimiento ciudadano, llegando al año 2.000 en una situación de olvido que requería una acción firme y positiva por parte del Equipo de Gobierno para revitalizar el Reglamento e instaurar los objetivos políticos de impulso del asociacionismo, control de la gestión y transparencia de las decisiones con los que nos identificábamos.
Así, en el año 2.000 la Concejalía de Participación Ciudadana inicia un proceso, no ya de reforma del Reglamento de Participación de 1.989, sino la creación de uno nuevo, teniendo en cuenta que las realidades del municipio, del propio Ayuntamiento y del tejido asociativo en general son completamente diferentes hoy a la década de los noventa y por ello había que adecuar los métodos, medios, herramientas y objetivos a la realidad contemporánea.
Una de las primeras premisas con la que se inició la creación del nuevo reglamento era conseguir un texto normativo lo suficientemente flexible para poder adaptarse permanentemente a las necesidades, sin tener que reformar el texto en su conjunto, y además, que fuera lo suficientemente sencillo y comprensible para sus destinatarios. Todos hemos conocido reglamentos de participación ciudadana que en vez de facilitar los procesos de participación los encorsetaban y limitaban, provocando el efecto contrario al deseado: la desmotivación por parte de las entidades. Entendíamos que un Reglamento de Participación Ciudadana no es útil si se limita sólo a crear canales, espacios, órganos, etc., para que se constate el derecho a participar pero no se ejercite ese derecho.
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La segunda premisa tiene que ver con el concepto mismo de participación ciudadana, y es, de hecho, el corazón del Reglamento de Participación Ciudadana, y el que ha necesitado un esfuerzo mayor de explicación, no sólo al resto de fuerzas políticas sino al conjunto del tejido asociativo.
Este concepto implica entender que un Reglamento de Participación Ciudadana no agota sus posibilidades dándoles protagonismo sólo a las Asociaciones y Entidades del municipio, puesto que de hacer sólo esto, la mayor parte de la ciudadanía quedaría sin participar, paradójicamente. Todos somos conscientes que existe un elevadísimo porcentaje de personas que no quieren o no pueden participar en asociaciones y tienen el derecho de participar en la gestión municipal.
Entendemos que la democracia no es sólo ejercer el derecho de sufragio cada cuatro años, sino que, las decisiones de gestión cotidianas afectan por igual a las personas, estén o no asociadas y por lo tanto tienen también el mismo derecho a participar de su gestión.
Es por ello que la intención del nuevo reglamento de participación ciudadana nació con la voluntad de establecer mecanismos diversos y amplios de participación de la ciudadanía. Para ello se acordó la creación de un Foro Ciudadano donde la mayoría de las personas fuesen elegidas aleatoriamente y quisieran participar, se establecieran mecanismos flexibles para poder participar en los consejos sectoriales y se acercaran las...
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