«Informe anual sobre la vulnerabilidad social [2006]»

AutorFrancisco Javier García Castilla
Páginas217-220

Page 217

Graciela Malgesini Rey (Coord ) Editorial Fundación Cruz Roja Española Madrid, 2007 332 págs. + CD

Este libro presenta la vulnerabilidad social en España durante el año 2006, sustentada desde una doble perspectiva de medición: por un lado se aportan datos cuantitativos sobre los diferentes riesgos que hacen aumentar la exclusión social, y por otro lado, y para enriquecer el documento, un enfoque cualitativo mediante relatos de vida.

El texto comienza con una declaración institucional que resalta los compromisos de la organización, fundamentados en el desarrollo del trabajo identitario desde una presencia territorial de la entidad y desde una experiencia práctica por medio de la programación de actividades y proyectos, orientados hacia la intervención con personas y grupos en situación de discriminación, de pobreza o de marginación social, además de intentar producir cambios situacionales en estos ciudadanos.

La pretensión de este Informe es la de mejorar el trabajo propio de la Cruz Roja Española (en adelante CRE) en futuras intervenciones sociales; la de extrapolar conoci-Page 218mientos empíricos con la finalidad de ofrecer datos e información fiable que faciliten diseños de políticas sociales; y contribuir al fomento de la conciencia social sobre las circunstancias que afectan a las personas más desfavorecidas que viven en nuestro país.

Este documento se nutre de información estadística con datos primarios procedentes de los registros actualizados e individuales de personas participantes en los proyectos y programas de intervención social de la CRE, con más de 150.000 registros recogidos en una base de datos denominada «Aplicación de Intervención Social». Con la utilización de esta aplicación se muestra un escenario adecuado de estudio que parte de una base sólida de información, facilitadora de análisis a los diferentes actores sociales responsables del bienestar ciudadano, además de mejorar la calidad de la intervención y cubrir posibles lagunas en el campo de la investigación.

El desarrollo del texto se estructura fundamentalmente en tres partes: en primer lugar un resumen ejecutivo del estudio de vulnerabilidad social, donde se reflejan multitud de datos centrales para el análisis, y se explican de forma práctica conceptos como dependencia, vulnerabilidad o la diferencia entre términos como pobreza y exclusión; una segunda parte que establece de forma pormenorizada la situación de vulnerabilidad social en España; y una tercera parte basada en un monográfico sobre las personas en situación de dependencia, que se subdivide a su vez en 18 relatos de vida con diferentes casuísticas, y por otro lado las recomendaciones de un panel de expertos para la disminución de la vulnerabilidad.

En el estudio de vulnerabilidad social, el análisis se centra en la detección de las principales variables de exclusión social y de los grupos o perfiles de personas en riesgo. Se ofrecen datos descriptivos en lo que se refiere al umbral de pobreza relativa, en la que más de la mitad de los hogares españoles reciben algún tipo de prestación social, destacando un aumento de jóvenes y de mayores de 65 años que viven en situación de pobreza.

Se realiza un muestreo estratificado sobre la base de datos original para determinar los perfiles participantes en los proyectos de intervención social, analizando diversas características sociodemográficas, tales como sexo, edad, país de nacimiento o las razones de vinculación con la CRE. El resultado del recorrido dibuja el perfil global de la persona vulnerable como mujer inmigrante, desempleada, con una edad adulta, entre los 25 y 49 años, soltera o casada y con un nivel de estudios secundarios o primarios. Se destaca además que a pesar de describir el perfil predominante en situación de vulnerabilidad, el nivel de riesgo recae mayoritariamente en el hombre.

Los autores ofrecen un análisis descriptivo desde cinco ámbitos: económico, social, ambiental y de vivienda, familiar y personal. Igualmente se elaboran cuatro niveles de riesgo global para categorizar y evaluar los perfiles poblacionales: extremo, muy alto, alto y moderado. Como reforzador del proceso se construye un «Indicador de riesgo de vulnerabilidad social» en estos cuatro niveles, lo que permite analizar los factores en cada uno de los ámbitos, y constatar la existencia de un nivel medio de vulnerabilidad de 22, situado dentro del nivel moderado-alto.

En el ámbito económico, se describen factores que afectan a los ciudadanos como son la escasez de recursos, las rentas mínimas subsidiarias, la situación laboral precaria, la ilegalidad y la prostitución. Se afirma que las dificultades económicas producen más problemas de identidad, de valores y de integración social en general. En el ámbito social los factores más frecuentes son los derivados de la deficiencia de formación, ya sea escolar, lingüística o profesional. En relación al análisis por sexos, el hombre se encuentra con más problemas con el idioma, el fracaso escolar, la discriminación o el racismo. La Mujer tendría factores de riesgo basados en una baja cualificación profesional o en ser víctima de mal-Page 219trato. En el ámbito ambiental y de vivienda el riesgo sería el alojamiento temporal que afectaría a uno de cada tres. El factor grave sería la ausencia de hogar con un 8,8%. Por sexos se dan diferencias significativas respecto a los factores sin hogar o el estar institucionalizado. En el ámbito familiar, el mayor riesgo recae en la mujer debido a las cargas familiares y de forma no compartida. Por sexos, las diferencias significativas se darían en todos los factores de riesgo. En el ámbito personal el factor de riesgo pasa por ser extranjero sin permiso de residencia, lo que afectaría a una de cada cuatro personas. Igualmente por sexos habría diferencias significativas en todos los factores.

En síntesis por grupos de personas en situación de vulnerabilidad de orden de mayor riesgo a menor se encontrarían los extranjeros jóvenes sin hogar ni recursos (7%); los españoles sin hogar (2%); las extranjeras jóvenes y cualificadas y sin ingresos (42%); las extranjeras jóvenes, cualificadas, con problemas familiares (35,5%); y las españolas pensionistas (13,5%).

En referencia a los niños y jóvenes entre los factores de riesgo más destacados, y que les hace más vulnerables, se encontrarían el fracaso escolar, los problemas económicos, la conflictividad familiar y el consumo ocasional de drogas.

Una vez analizado el nivel de los factores de riesgo en los diferentes ámbitos, se señala que el camino de la exclusión social es de naturaleza multidimensional, donde se dan correlaciones como que a mayor vulnerabilidad mayor posesión de factores principales de riesgo en los diferentes ámbitos y menor capacidad de enfrentarse a los problemas. Esto implicaría una mayor exclusión en la participación activa de la sociedad, un menor ejercicio de los derechos sociales y un mayor déficit del Estado de Bienestar.

En cuanto a las personas en situación de dependencia, el perfil más frecuente sería el de una mujer, mayor de 65 años, viuda preferentemente, soltera o casada, con menos de dos hijos, nacida en España, con un riesgo de exclusión social moderado y sin personas dependientes a su cargo.

Este estudio visualiza las diferentes circunstancias tanto de vulnerabilidad como de las fortalezas de los individuos, analizando niveles de dependencia y capacidades de recuperación y recursos que mejoren la calidad de vida. Para este fin se emplea la entrevista semiestructurada analizando 18 relatos de vida con distinta tipología y grado de dependencia. Los relatos recogen personas mayores (con polidependencia física y mental); personas con enfermedades mentales graves; y personas con discapacidad intelectual o con discapacidad física. También, se analizan factores centrales como el origen de la discapacidad (congénita o sobrevenida); la heterogeneidad del colectivo, que implicaría problemas de movilidad o de percepción hasta personas con discapacidades psíquicas profundas; las barreras arquitectónicas que impiden la accesibilidad a los espacios comunes y, por consiguiente, la interacción con los demás; las barreras sociales entendidas como los prejuicios, discriminaciones, paternalismo, desconsideración o la misma falta de empatía que merman la autoestima y con ello la inclusión social; la necesidad imperiosa de contar con otros para la realización de actividades comprometiendo a la red familiar o de amigos; la invisibilización de estas personas debido a su previa exclusión de zonas y espacios comunes; una imagen deteriorada alimentada por el aislamiento, la falta de comunicación y de participación, cuya imagen social queda estigmatizada debido a las primeras impresiones o por las atribuciones estereotipadas; y por último, por la misma soledad que casi todos experimentan y que es acompañada con dosis de frustración.

El documento finaliza con las recomendaciones de un panel de expertos para la disminución de la vulnerabilidad. Consideran que se trata de un fenómeno multidimensional,Page 220 que se ha constituido en un rasgo social permanente, siendo los más vulnerables los que proceden de grupos, familias y ciudadanos con bajos ingresos, e incluso de capas medias cuando se exponen a elevados niveles de inseguridad e indefensión.

Los expertos explican que la complejidad de la vulnerabilidad social viene caracterizada y agravada por la interdependencia, la globalización y la incertidumbre. Igualmente proyectan una serie de recomendaciones fundamentadas en la prevención sobre hábitos saludables y sobre el impulso del funcionamiento cognitivo y emocional contando con la participación e implicación social, donde se dé un mayor apoyo y mantenimiento de redes; en una necesidad formativa y de reconocimiento profesional que garantice la capacidad y calidad de los recursos humanos participantes en el cumplimiento de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en situación de Dependencia, y cuyos puntos fuertes emanen de la formación de profesionales especializados en los diferentes niveles; en una accesibilidad a las nuevas tecnologías como vía de apoyo a la vida independiente; y al papel de las empresas en temas relacionados con la acción social, la prevención de riesgos laborales o la promoción de un entorno saludable.

Con este Informe, la CRE aporta una triple funcionalidad a la sociedad civil basada en la exposición de un acercamiento representativo de la población más vulnerable en lo referido a riesgos de exclusión social, al mismo tiempo que muestra una fuente de representación estadística que refleja realidades sociológicas del momento para posteriores estudios y, finalmente, realiza una invitación a la reflexión y al debate, a la investigación aplicada y a la participación de todos los actores sociales, expertos, técnicos y, particularmente, de las propias personas afectadas, con la intención de mejorar su participación e inclusión social, recuperando los niveles de interacción y la aplicabilidad de los derechos sociales de todo ciudadano.

Esta publicación incluye un CD-ROM con seis ficheros, que supone la composición del Informe en lengua inglesa.

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