Influencia de las características personales en la percepción de la relación entre altos cargos y altos funcionarios
| Autor | Juan Quereda Sabater |
| Páginas | 235-261 |
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Aunque la condición de alto cargo o alto funcionario parece ser la que más determina la opinión de los encuestados sobre el funcionamiento de la Comunidad de Madrid y la relación existente entre ellos, las características personales de los encuestados revelan detalles interesantes.
Los funcionarios del Cuerpo de Técnicos Superiores de Administración General (TSAG) suponen parte importante de los altos funcionarios en la Comunidad de Madrid. Un 61,2% de los subdirectores generales y un 51,2% de los jefes de área encuestados forman parte de este cuerpo. Sin embargo, la presencia de los miembros de este cuerpo entre los altos cargos de la Comunidad de Madrid es actualmente muy baja. Solo un 5,2% lo son pese a que, como ya hemos mencionado, alrededor de un 65% de ellos son funcionarios. Se trata de la tercera variable de estratificación independiente en la que existen más diferencias estadísticamente significativas. En 51 variables, el 29,8% del total, la respuesta de los encuestados que forman parte de este cuerpo difiere de forma estadísticamente significativa de los que no174.
En parte, esto puede explicarse porque se trata de los dos grupos comparados que presentan las características personales más diferenciadas. De los trece factores personales que se han utilizado como variables de estratificación inde-
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pendientes, ambos grupos difieren significativamente en once con la prueba de chi cuadrado. Los altos funcionarios del Cuerpo de Técnicos Superiores de Administración General (TSAG) son, de media, mujeres en mayor porcentaje, más jóvenes, más licenciados en derecho, más generalistas, con menos antigüedad en las Administraciones Públicas y con menos experiencia en otras que los altos funcionarios que no forman parte de este cuerpo. También de forma estadísticamente significativa, los que forman parte de este cuerpo son altos cargos con menor frecuencia y cuando lo son están afiliados en una proporción menor al Partido Popular. Aunque existe una mayor proporción de miembros de este cuerpo entre los subdirectores generales (61,2%) que entre los jefes de área (51,2%) esta diferencia no resulta significativa estadísticamente con la prueba de chi cuadrado.
Los TSAG aprecian la existencia de un «tono» de esta relación peor de lo que hacen los que no pertenecen a este cuerpo: evalúan más bajo la calidad y su cercanía175, y califican más bajo a los directores generales y a los secretarios generales técnicos en todos los apartados176.
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A la hora de describir los «ganadores» de la relación entre altos funcionarios y altos cargos hay pocas diferencias entre los miembros del cuerpo de TSAG y
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los que no lo son177, pero sí tienen distintas percepciones sobre su «modo y estilo de interacción». Así, los TSAG aprecian en mayor medida que los elementos decisivos para acceder a los puestos más influyentes, los de alto cargo, son la afinidad y afiliación al partido en el Gobierno178. Los TSAG aprecian en mayor medida también que los que no lo son, y generalmente con diferencias estadísticamente significativas, que los factores técnicos son más relevantes en la elección de subdirectores y jefes de área. Como la influencia de los ocupantes de estos puestos de altos funcionarios es bastante limitada, parece claro que el elemento que determina el modo de interacción en la organización es la afinidad política.
Dentro de ese estilo de interacción puede afirmarse que los TSAG tienen, como media, unas opiniones más proburocráticas. Así, con una diferencia estadísticamente significativa, los TSAG aprecian en mayor medida que los funcionarios tienen poca influencia en la Comunidad de Madrid. También tienden a pensar en mayor medida, aunque en este caso las diferencias no son estadísticamente significativas, que la subcontratación debería utilizarse menos en la Comunidad de Madrid179. Este enfoque más proburocrático de los TSAG también se manifiesta en el hecho de que se muestran más de acuerdo, aunque las diferencias no son estadísticamente significativas, con que los funcionarios obedecen las órdenes que reciben con la misma diligencia aunque no estén de acuerdo con ellas, y con que los altos cargos funcionarios son más eficientes que los que no lo son, y menos de acuerdo con que los funcionarios son poco flexibles a la hora de interpretar las normas180.
Los TSAG aprecian un modelo de reparto del trabajo técnico y político en la Administración de la Comunidad de Madrid más cercano al modelo clásico (más cercano a la Imagen I) en el que los altos cargos se centran en tareas exclusivamente políticas y los altos funcionarios en tareas exclusivamente técnicas.
Así, en la pregunta 2 otorgan un carácter más político que los no forman parte de este cuerpo a consejeros, directores generales y secretarios generales técnicos (gráfico 53). El porcentaje político que perciben en los subdirectores y jefes de área es bastante similar por lo que obviamente los miembros del cuerpo de TSAG observan una mayor diferencia entre el carácter político y técnico de altos cargos y altos funcionarios mientras que los que no lo son observan una realidad algo más uniforme.
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En la pregunta 9, los miembros del cuerpo de TSAG encuentran más relevante, y con una diferencia estadísticamente significativa, la afiliación política en los nombramientos de los directores generales181(gráfico 54). En los nombramientos de los subdirectores se aprecia una diferencia significativa estadísticamente y aprecian una menor importancia a la afinidad política y a la afiliación con el partido en el Gobierno y una mayor importancia a factores técnicos como los conocimientos profesionales o la experiencia en puestos similares.
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La agenda descrita por los TSAG y los que no lo son presenta diferencias importantes. Los TSAG tienen una agenda interna más intensa que los que no lo son: se reúnen con más frecuencia con subdirectores generales de su y de otras Consejerías, con la Intervención de la Comunidad de Madrid y los Servicios Jurídicos y el alto cargo del que dependen o los jefes de área y subdirectores que dependen de los altos cargos. Sin embargo, los que no pertenecen a este cuerpo reportan una mayor frecuencia en sus reuniones con el resto de altos cargos y con entidades y agentes exteriores a la Comunidad de Madrid182.
Los resultados de la encuesta se han analizado también diferenciando las respuestas de aquellos funcionarios de cuerpos que hemos considerado generalistas183, al estar configuradas sus funciones de modo muy amplio y para ser ejercidas de forma trasversal en los distintos departamentos de la Administración, y los pertenecientes a cuerpos de especialistas184, cuerpos cuyas tareas están concentradas en alguna función o ámbito específico.
Entre los especialistas encontramos, con una diferencia estadísticamente significativa, una mayor proporción de altos cargos (un 20% frente a un 7,3% en los generalistas), de altos cargos afiliados al PP (28,6% frente al 0%), de personas con experiencia en otras Administraciones (54,3% frente al 25,2%) y de mayor edad (un 42,9% tienen más de 53 años frente al 19% de los generalistas); así como una menor proporción de mujeres (28,6% frente 54,7%) y de licenciados en derecho (14,3% frente a 72,8%).
Un porcentaje importante de los generalistas, el 85,4%, pertenecen al Cuerpo de Técnicos Superiores de Administración General de la Comunidad de Madrid (TSAG), mientras que por la propia definición de los grupos, ninguno es especialista185.
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No es de extrañar, por lo tanto, que las diferencias en las respuestas de especialistas y generalistas presenten rasgos comunes con las que se encuentran entre los TSAG y los que no lo son. Así, los generalistas se muestran menos entusiastas con el «tono» de la relación entre altos cargos y altos funcionarios, más de acuerdo con que la afinidad y la afiliación al partido en el Gobierno determinan el acceso a los puestos más importantes e influyentes (los de alto cargo), tienen posturas más proburocráticas y más cercanas a una visión clásica del reparto del trabajo entre políticos y funcionarios.
Sin embargo, aunque las tendencias son similares a la de los funcionarios pertenecientes al cuerpo de TSAG, estas diferencias son mucho menos acusadas en el caso de generalistas y especialistas. El número de variables en las que existen diferencias estadísticamente significativas es menor: 29 frente a 51, un 17% frente al 29,8% del total de las variables186.
Esto podría mostrar, aunque serían necesarios análisis complementarios, que es precisamente el peso de la presencia y ausencia de funcionarios del cuerpo de TSAG en los grupos de especialistas y generalistas el que determina la diferencia entre estos grupos. Los generalistas que no forman parte del cuerpo de TSAG no alcanzarían, por lo general, el mismo nivel de «pureza» en sus respuestas.
Así, aunque los...
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