La influencia de la crisis económica sobre las instituciones estatales y europeas: sobre la significación jurídica de la cláusula 'whatever it takes

AutorAndrés Boix Palop
CargoProfesor Titular de Derecho Administrativo, Universidad de Valencia
Páginas89-90
DA, no 1 enero-diciembre 2014, ISSN: 1989-8983
Nueva Época
La influencia de la crisis económica sobre las instituciones estatales y europeas:
sobre la significación jurídica de la cláusula “whatever it takes”1
Andrés Boix Palop
Profesor Titular de Derecho Administrativo. Universidad de Valencia.
andres.boix@uv.es
A partir de las muy interesantes reflexiones contenidas en todos los trabajos resultantes del seminario hay
una serie de evidencias compartidas que, en ocasiones, quedan difuminadas, probablemente por obvias (por lo
que pido disculpas anticipadas), pero sobre las que quizás convenga detenerse mínimamente. Una principal, y
muy evidente, es que son numerosísimos, a estas alturas, los mecanismos jurídicos (o no necesaria ni únicamente
jurídicos, pero también con una proyección jurídica) a partir de los cuales las instituciones europeas pueden im-
poner obligaciones de todo tipo al Reino de España. La exposición que ha hecho Javier García Roca de muchos de
ellos es suficientemente esclarecedora. Las reflexiones de Agustín José Menéndez sobre los cambios cualitativos
que no pocas de estas nuevas directrices y capacidades en manos de la Unión Europea están introduciendo en las
propias dinámicas (jurídicas, de nuevo, o con traducción jurídica) son suficientemente reveladoras de funciona-
miento de la Unión.
Asumido pues que el panorama es el que es, esto es, que estamos ante una situación económica de fondo
que, con las actuales coordenadas europeas (que como señala José María Baño no parece que tengan visos de ser
modificadas sustancialmente en los próximos años) aboca a proseguir una serie de políticas de recortes derivados
de la altísima deuda acumulada (y conviene tenerlo en cuenta: que se sigue acumulando) por España en los últi-
mos años y queda claro que esta es la manera con la que el marco institucional europeo considera que ha de ser
tratada esta cuestión. Unos recortes que, en ese diseño institucional, con las herramientas disponibles (política
fiscal, de una parte; mecanismos de devaluación interna, que básicamente se reconducen a una reforma laboral
muy flexibilizadora en un sentido muy dual y muy poco garantista, con grandes diferencias según capas y secto-
res, eso sí, y poco más) conducen inevitablemente a un cuestionamiento, dadas las inevitables consecuencias de
buscar lograr esos objetivos con esas herramientas, de muchos mecanismos de equidad y solidaridad que la tímida
construcción del Estado social en España había ido poniendo en pie.
Conviene, pues, asumir que la ruta marcada, dentro de esas coordenadas, lleva donde lleva y con un reparto
de costes sustancialmente predeterminado, agravado además por las dinámicas españolas propias, que generan
ciertos reductos privilegiados donde los recortes, sean o no racionales (o racionales, como señala Antonio Embid,
a partir de la visión que tiene el legislador y el ejecutivo… estatales de lo que eso signifique, pues parece que
gracias al artículo 135 de la Constitución ellos han quedado convertidos en intérpretes genuinos y únicos de las
necesidades de racionalización que, deducidas de la aplicación del Derecho de la Unión, en sus diferentes versio-
nes de constreñimiento de la voluntad interna, permiten regular cualquier parcela del ordenamiento jurídico en
ellas inspiradas, casi al margen de cualquier otro criterio competencial), pueden aspirar a descargar sobre otros
los costes. No es por ello extraño que ciertas dinámicas recentralizadoras, como las de las normas en materia de
régimen local o las que constriñen a las Comunidades Autónomas en materia de sostenibilidad presupuestaria,
desconozcan toda la experiencia comparada que considera que el reparto del poder en clave federal ayuda a con-
trolar los excesos y el derroche o, simplemente, desatiendan la realidad de los números que nos indica dónde (y
no es precisamente en las Administraciones locales o autonómicas) hay más deuda acumulada o, en la actualidad,
1 * “Within our mandate, the ECB is ready to do whatever it takes to preserve the euro. And believe me, it will be enough,”
(Mario Draghi, Presidente del Banco Central Europeo, 26 de julio de 2013)
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